Un ejército de voluntarios de la ANC pedirá dinero en la Diada para las multas

«¿Vos le véis pinta de revolucionarios a esos dos?». La pregunta la hacía ayer una periodista argentina a su cámara de televisión frente al Parlament de Cataluña.

«¿Vos le véis pinta de revolucionarios a esos dos?». La pregunta la hacía ayer una periodista argentina a su cámara de televisión frente al Parlament de Cataluña. Y esos dos eran Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, presidentes de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, mientras presentaban los actos de la Diada e intentaban, con tono más grave que alegre, movilizar a los independentistas a sumarse a los actos del lunes. Quieren que sea la más multitudinaria de los últimos cinco años, pero es un reto difícil. Sobre todo, tras la actuación de los soberanistas en el Parlament, que aleja a los comunes de apoyar un referéndum ilegal.

Aprobada la ley de transitoriedad jurídica, a la que ahora rinden pleitesía los soberanistas, «Junts pel Sí juega ya en el campo de la CUP, el de la desobediencia», tal y como dice Inés Arrimadas (C’s). Cuixart y Sànchez no le llevaron la contraria, defendieron que la legalidad de los catalanes en estos momentos «es la legalidad que aprobó el Parlament», la única que reconocemos». Con esta premisa, intentaban ayer tranquilizar a los alcaldes, funcionarios y voluntarios que se impliquen en la organización del referéndum del 1-O. Pero aunque proclamen que «no se preocupen», que «el TC ya no tiene ningún tipo de prestigio», de cara al 11 de septiembre han organizado un despliegue de voluntarios que pedirán a los ciudadanos dinero para hacer frente a las multas por implicarse en la organización del referéndum.

La cuenta bancaria que la ANC y Òmium abrieron esta semana para recibir donaciones que ayuden a pagar las sanciones a cargos públicos por organizar el 9-N ya cuenta con 800.000 euros. Aunque el Tribunal de Cuentas pide a Artur Mas y a sus ex consellers 5 millones, el dinero que gastó para montar el 9-N.

El próximo lunes, el frente soberansita tiene un doble reto, llenar la llamada «caja de la solidaridad» y el paseo de Gràcia con Aragón para dibujar «un inmenso signo de “+”». El símbolo de este año, que se extiende hasta la calle Casanova y los Jardinets de Gràcia, por el oeste, y el Paseo Sant Joan y plaza Catalunya, por el este. Y se divide en 48 tramos, uno por comarca. La «performance», a la que ya hay apuntadas 360.000 personas, empezará a las 17.00, se desplegarán cuatro lonas amarillas en las puntas y avanzarán hacia el centro, como cuando una estrella de rock se lanza sobre el público eufórico.

Dos lonas llevan impresas el logo del «si» a favor del referéndum y la independencia. La tercera lleva el lema de «Referéndum es democracia» y la cuarta, «Paz y libertad» junto al símbolo de una paloma. Pese al espectáculo grotesco de estos tres días de pleno en el Parlament, en un vídeo que Carles Puigdemont grabó y subió a su cuenta de Instagram y Twitter llama a los catalanes a participar en la Diada para responder a «la ola de amenazas, obstáculos, querellas y utilización de las cloacas del Estado» con la pretensión de frenar el 1-O. El presidente de la Generalitat insiste en que la Diada tiene que ser «masiva» y como reclamo añade: «Yo estaré». A diferencia de su antecesor, que no se sumó a estas marchas nunca, el año pasado ya participó en la «performance» de Girona.

La Diada acabará con la fiesta de la Llibertad en Lluís Companys con conciertos de Txarango, que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ha compuesto la canción del referéndum, Jarabe de Palo, la cuota en castellano y Els Pets, a quien Cuixart animó a cambiar la letra de una de sus canciones: !Constatí vol imprimir!