Barcelona

Un ex gerente de Sant Pau advirtió sin éxito de que había contratos ficticios

El ex presidente del centro carga contra el modo de proceder del Govern

Pomés acachó el déficit del centro a su estructura y a la falta de consenso laboral
Pomés acachó el déficit del centro a su estructura y a la falta de consenso laborallarazon

BARCELONA- Jordi Colomer, ex director gerente del Hospital de Sant Pau, afirmó ayer que al tomar posesión del cargo en 2004 advirtió tanto a la entonces consellera de Salud, Marina Geli, como al también entonces director del Servicio Catalán de Salud, Carles Manté, de la existencia de contratos ficticios en la institución. La respuesta que encontró fue la de «ya veremos lo que hacemos». Así de crudo se pronunció ayer Colomer en la comisión parlamentaria que investiga presuntas irregularidades en el seno del sistema de salud público catalán.

Junto a Colomer también comparecieron por turnos el ex gerente del centro, Jordi Varela; Ricard Gutiérrez, que fue gerente adjunto del hospital; el ex primer teniente de alcalde Barcelona, José Ignacio Cuervo; y el ex presidente del centro sanitario , Xavier Pomés. La sesión se centró en investigar el desfase presupuestario de las obras de las nuevas instalaciones hospitalarias, las supuestas irregularidades de gestión como los citados contratos ficticios y la situación en la que se encuentra ahora la institución. Los cuatro primeros están imputados por el Juzgados de Instrucción número 22 de Barcelona, que investiga si hubo o no una gestión fraudulenta del centro.

Colomer fue contundente a la hora de defender su labor al frente del Hospital Sant Pau. Y señaló que, en 2004 y varias veces, explicó a las autoridades sanitarias que, al menos, la relación contractual con Gutiérrez «no se ajustaba a la ley». Nadie le escuchó y el gerente adjunto siguió contratado por el centro hasta el año 2011, cuando fue cesado. Por su parte, Gutiérrez defendió su trabajo y sentenció que realizaba aquello que sus superiores en el centro le indicaban.

Tanto Colomer como Varela y Pomés coincidieron en reiterar la ingobernabilidad del centro ante la dificultad de cuadrar las cuentas y lidiar con las posiciones encontradas de los trabajadores. Pomés fue un paso más allá y tildó a la actuación del Protectorado de Fundaciones de la Generalitat de «incompetencia absoluta o irresponsabilidad total o incapacidad». El pasado 9 de abril, el patronato gestor del hospital solicitó la intervención del organismo ante la deriva del centro. El Protectorado no se pronunció hasta el 7 de junio, una hora más tarde de que el patronato dimitiera. Y cargó contra su decisión de instar un concurso de acreedores porque significa que «no tienen ni idea» de lo que es el Hospital de Sant Pau.

Por otro lado, Colomer y Varela consideraron que el sobrecoste de 77 millones del nuevo hospital está justificado porque, por un lado, se construyeron más metros cuadrados de los previstos en el proyecto inicial y, por otro, el material y la tecnología con que dotar al centro se encareció con el paso del tiempo. También admitieron que las obras se demoraron más de lo debido.