Familia

Una semana de risas y juegos

La 52 edición del Salón de la Infancia cierra con más de 90.000 visitantes y el rotundo éxito del festival dedicado a Peppa Pig

Una semana de risas y juegos
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Con 52 años de historia, la vida tiende a sus repeticiones, a ecos que continúan y continúan, aunque con el protagonismo diferido. Los niños que llenaron las primeras ediciones del tradicional Salón de la Infancia de Barcelona, ahora son los padres, por no decir algún abuelo, de los niños que llenaron la última edición, que ayer cerró sus puertas con más de 90.000 visitantes. En tiempos de fiestas, o diviertes a los niños o te hundes en la miseria y nadie se quiere hundir en la miseria ni en cualquier otra cosa, y esta iniciativa ya es una tradición navideña más para todos los barceloneses.

Un espacio que acoge a 50.000 niños debe estar bien organizado o aquello puede derivar en una zona de guerra. Por suerte, los monitores de los diferentes espacios educativos y de entretenimiento ayudaron a mantener el orden general. Porque los niños no ayudan, eso lo saben todos, pero a veces los padres ayudan todavía menos. El éxito organizativo del festival de la infancia volvió a dejarlo claro.

Según el director del Festival de la Infancia, Josep Antoni Llopart, el éxito del evento se debe a «la gran y variada oferta de entretenimiento con la que se ha logrado ampliar la franja de edad del público». Este año, los adolescentes tenían su espacio exclusivo, con la Fira XD Young, muy centrada en el mundo tecnológico. Los que estaban más olvidados eran los más jóvenes, los niños de uno y dos años, pero también tenían su espacio donde poder corretear y volver locos a sus padres. Las estrellas, por supuesto, eran los niños de 5 a 10 años, que tenían desde juegos de tenis a navegar con canoas. Había tradiciones buscadas como subir a un furgón policial o los stands de los bomberos, aunque la gran estrella de este año fue una cerda, una cerda enorme, de nombre Peppa.

El festival «Un día con Peppa» consiguió agotar entradas en los 14 pases que se pusieron a la venta, un plus a la enrada general del salón que a pocos les importó pagar. Dentro, todos los personajes de la serie se dejaron ver y fotografiar con los más pequeños. Además, los niños se podían subir en el tren del Abuelo Pig o en el coche de Papá Pig, incluso visitar la casa de Peppa, que siempre que ríe a carcajadas se cae de espaldas y se reboza en el suelo. Los niños imitan a sus ídolos, pero por suerte los niños no se ríen a carcajadas así, al menos todavía.

El Festival de la Infancia volverá a celebrarse en el recinto de Montjuïc de Fira de Barcelona del 27 de diciembre del 2016 al 5 de enero del 2017. No hay niño que haya pasado en esta edición que no piense ya en volver. Y para las siguientes ediciones, el salón ya tiene más y más futuros padres que no dudarán en traer a sus hijos a una tradición como ésta.