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Una víctima del “violador de Martorell” culpa a la Justicia por concederle permisos penitenciarios

El acusado, Tomás Pardo, reconoce los hechos y afronta una posible condena de 70 años de cárcel

En la imagen, el acusado de diversas violaciones, Tomás Pardo
En la imagen, el acusado de diversas violaciones, Tomás Pardolarazon

Mucho se ha hablado en los últimos meses y también años, de las agresiones sexuales cometidas sobre mujeres, con diversos episodios muy polémicos. La sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) acogió ayer la primera sesión del juicio al conocido como «violador de Martorell», que empezó a delinquir en 2002 y que es reincidente.

Fueron dos los testigos importantes que comparecieron en el TSJC. Uno fue el propio presunto violador, Tomás Pardo. El otro fue Montse, la primera mujer a la que el acusado atacó dándole una paliza en 2002. Fue contundente en declaraciones a los medios.

Criticó que «la justicia patriarcal maltrata a la mujer en los juicios». Lo dijo tras corroborarse que la Fiscalía pide para él 70 años de cárcel por presuntamente reincidir aprovechando un permiso penitenciario y secuestrar, violar y apuñalar a una tercera víctima, a la que arrojó por un barranco y la tapó con tierra y hojas pensando que la había matado en Castellbisbal.

Pardo estaba interno en la cárcel de Ponent, condenado a 26 años de cárcel por una anterior violación a otra mujer en 2002 en una zona boscosa entre Martorell y Castellbisbal, la misma área donde ocurrió la violación de 2016, y tenía un permiso penitenciario de tres días. «La justicia es culpable de lo que ha ocurrido. La justicia y el sistema penitenciario permitieron que vuelva a salir y que vuelva a atacar», lamentó la mujer.

Por su parte, Pardo reconoció «todos los hechos» que se le imputan en el juicio: aprovechar un permiso penitenciario para secuestrar, violar y apuñalar a una mujer, a la que arrojó en un barranco y la tapó con tierra y hojas pensando que la había matado en Castellbisbal el 29 de octubre de 2016. Su abogada aseguró que «es una persona que está arrepentida» y que no quería defenderse de las acusaciones.