Ciudad de la Luz no ve con buenos ojos la oferta de compra de Cinespace

En principio, el ambiente no es propicio a aceptar la única oferta de compra presentada hasta ahora por los recintos cinematográficos Ciudad de la Luz. Se trata de la empresa norteamericana Cinespace, socia del director de cine Francis Ford Coppola. Según se ha publicado en varios medios de comunicación, la compañía ha presentado una propuesta de adquisición de todo el recinto y estaría valorada en unos 20 millones de euros, es decir, casi la cuarta parte de los 94 millones de precio oficial de salida. Ambas cifras son muy superiores a los más de 400 millones que costó la construcción de los estudios.

Con estas condiciones, fuentes cercanas a la negociación aseguraron ayer que la predisposición ante esta propuesta no es buena. Además, en el pliego se establece que si una oferta es inferior a la mitad del precio de salida, como es el caso, Ciudad de la Luz puede rechazarla.

En el caso de que esto sucediera, la sociedad entraría en un proceso de liquidación o de subasta judicial. La decisión de si se acepta o no la opción de Cinespace se tomará el próximo lunes, cuando se ha convocado al Consejo de Administración del recinto cinematográfico de Alicante.

El pliego de condiciones de la enajenación fue impuesto por la Unión Europea (UE) a consecuencia de que Bruselas declarara ilegales las ayudas públicas recibidas para la construcción y ordenara la devolución a la Generalitat de 264 millones de euros.

Entre las condiciones, se obligó a que el licitador presente un plan de negocio que podrá estar o no vinculado a la industria del cine, y a que la actividad que proponga no genere ruidos ni daños ambientales, así como que su oferta económica no baje el 50 por ciento del precio de salida.

El director de la Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana, Antonio Rodes, explicó ayer que esta entidad es el socio único de Ciudad de la Luz, un activo en su día «estratégico» pero que ha resultado «un gran fiasco» por la «pésima gestión» de la administración autonómica anterior.

Según indicó, la hoja de ruta marcada por la UE es «vender los activos mediante subasta pública», después cesar la actividad, y si finalmente los activos que se licitan no dan para obtener una cantidad que sea mínimamente razonable para resarcir al accionista, «habrá que entrar a otros pasos», entre los que citó la subasta judicial o la liquidación de la propia sociedad. En todo caso, el hecho de que el concurso se declare desierto será una decisión política.