Salud
Cómo iniciar la alimentación complementaria (I) (I)
No es cierto que la leche materna se vuelva agua a partir de los seis meses, pero los bebés requieren un aporte mayor de nutrientes
Hay tantas listas de cómo iniciar la alimentación complementaria, como profesionales sanitarios. Las familias se enfrentan a la disyuntiva de averiguar cuál es la más adecuada. En honor a la verdad, no hay una lista que sea mejor ni peor que otra, al final lo que se pretende es que el bebé coma lo más equilibrado y sano posibles y empiece con unos u otros alimentos, lo que sí es seguro es que al final los habrá probado todos.
Pero en honor a la ciencia, hay que una serie de recomendaciones que las sociedades científicas hacen y que los profesionales sanitarios debemos indicar.
Una, la leche va a seguir siendo el principal alimento hasta el año de edad.
Dos, hay que introducir los alimentos de forma separada varios días unos de otros, observando así como los acepta o si aparece alguna reacción.
Tres, no añadir sal antes de los 12 meses porque los riñones del bebé no pueden aún manejar ciertas cantidades de cloruro sódico.
Cuatro, desde los seis meses se pueden comer verduras de hojas verdes (espinacas, acelgas...), pero mejor en poca cantidad hasta los 12 meses, por su alto contenido en nitratos, que pueden causar un tipo de anemia.
Cinco, no dar miel en menores de un año, aun pasteurizada, puede contener esporas de Clostridium Botulinum, bacteria que antes del año de edad el ácido del estómago no es capaz de destruir.
Seis, nada de azúcar o alimentos que lo contengan, son un riesgo alto de obesidad y lo predisponen a una mayor preferencia por este sabor, interfiriendo en la aceptación de otros sabores.
Siete, no darle pescado azul grande (emperador o atún...) antes de los 2-3 años, por su alto contenido en metales pesados (plomo, mercurio).
Ocho, el huevo crudo no debe darse antes de los dos años (riesgo de Salmonella).
Nueve, los frutos secos enteros no antes de los seis años, por el riesgo de ahogamiento. No está contraindicado darlos triturados.
Aun sabiendo lo que no dar al bebé, hay familias que prefieren tener pautas más concretas, por lo que antes de continuar me gustaría hacer algunas premisas.
La leche materna sigue aportando al bebé todo lo que necesita, pero a partir de los seis meses requieren un aporte mayor de algunos nutrientes. No es que la leche materna se vuelva agua, (100 mililitros de leche aportan unas 70 calorías, a partir de los seis meses 100 mililitros 80 calorías) ¡más bien es nata!
Por lo que, empezar con la fruta, no es la mejor de las ideas. Sobre todo en aquellos bebés que van justos de peso.
100 gramos de frutas (pera, manzana naranja) no sobrepasan las 50 calorías. Alguien puede pensar: ¿por qué no comenzar por los cereales hidrolizados? Tienen más calorías y aportan hierro (a esta edad los bebés suelen necesitar una pequeña cantidad mayor de hierro y zinc que la que aporta la leche materna). Sin embargo, los cereales hidrolizados no son el alimento más idóneo, por varios motivos.
En primer lugar por su alto contenido en azúcares y en segundo lugar porque el hierro de la leche materna se absorbe en un 50-70 por ciento, el de las leche de formula el 7-10 por ciento, los cereales fortificados del 4 por ciento, añadiendo que los cereales son ricos en filatos que interfieren en la absorción del hierro.
Los alimentos que podrían ser los más idóneos para el inicio de la alimentación complementaria los abordaré en el artículo de la próxima semana.
Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es
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