Parados de larga duración
De los «sin techo» a los «sin recursos»
Casa Caridad alerta del riesgo de exclusión social de los parados de larga duración. Atiende el doble de niños y a más valencianos
Si no se encuentra una solución a los seis millones de parados, la situación empeorará. «Mucho». La alerta social la lanza el presidente de la Casa de la Caridad de Valencia, Antonio Casanova, tras presentar el séptimo Informe de la Pobreza. En él se vislumbra un futuro donde la única esperanza pasa por un acuerdo entre Gobiernos, patronal y sindicatos. «Habría que obligarles a sentarse a negociar un plan para salir de ésta, y que no se levanten hasta que no lo encuentren». Porque según explica Casanova, la inestabilidad económica es la que está llevando a miles de personas cada día a las puertas de las oenegés.
Quince de cada cien personas que acudieron el año pasado a Casa Caridad lo hacían por primera vez. Usuarios en situación de vulnerabilidad social y en riesgo de caer en la exclusión. «Tenemos personas de todo tipo y aunque no son mayoría, a nosotros vienen muchas que prefieren comer aquí y ahorrarse el dinero que gastan en alimentación para así destinarlo al pago de la hipoteca o el alquiler». Y es que el miedo a los desahucios es cada vez mayor, confirma.
El drama infantil
«Son personas como usted o como yo. Personas a las que las cosas les han ido muy mal en muy poco tiempo. De hecho, cada vez se empobrecen más rápido y en cuatro días se quedan sin nada. El perfil del usuario ha pasado del 'sin techo' al 'sin recurso'».
Y luego están esos que llevan ya años pasándolo mal. Los parados de larga duración que llevan padeciendo las consecuencias de la crisis desde sus inicios y que han visto cómo su situación se ha transformado en crónica.
Uno de los datos más preocupantes es el relativo a los niños. Según el informe, el número de menores que demandaron el año pasado los servicios de Casa Caridad se duplicó respecto a 2011 hasta los 11.600 -cuatro de cada diez no superaban los tres años de edad-. Es más, 32 de los niños acuden cada día a las instalaciones de esta oenegé «porque no han tenido acceso a las becas de comedor».
También se han contabilizado más mujeres con hijos a su cargo -un 44 por ciento más- y un mayor número de españoles -actualmente dos de cada diez usuarios han nacido en el país, sobre todo en la Comunitat Valenciana-.
Pero a pesar de todo, Casanova se niega a caer en el pesimismo. «Debemos estar orgullosos de la solidaridad del pueblo valenciano, que hace posible que existamos». Aunque no baja la intensidad de sus reclamaciones. «¿Que si me gustaría tener un convenio de colaboración con Mercadona? ¡Y con la Ford! Me gustaría que todas las empresas valencianas nos ayudaran. Algunas se lo pueden permitir y no quieren».
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