Construcción
El complejo de los Pirineos en el valle del Mijares
En dos años, la serranía de Yátova, contará con un «resort» de 400 hectáreas en el que se invertirán 30 millones y se crearán 265 empleos
El complejo turístico del valle del Mijares nació hace nueve años. Entonces, no había crisis, al revés, era la época del «boom» inmobiliario y se tramitaban centenares de PAI donde predominaba el ladrillo. Fue entonces cuando el grupo de inversores, todos españoles, agrupados en la Sociedad de Inversiones Yátova, compraron los primeros terrenos para convertir esta zona de la Hoya de Buñol en un área turística singular, solo comparable con las que existen en los Pirineos, pero con una gran diferencia, con el clima propio de la Comunitat Valenciana.
El director técnico del proyecto, Marcos A. Dorado, explica a LA RAZÓN cómo se ha gestado este proyecto y también cómo se desarrollará. Los datos básicos de esta iniciativa son más que sorprendentes en los tiempos que corren. Prevé una inversión directa de 30 millones de euros y la creación de 265 puestos de trabajo, entre la fase de construcción y la de explotación. El empleo generado abarcará diferentes titulaciones y formación, puesto que requerirá desde empleados de hostelería, hasta ingenieros forestales, por poner dos ejemplos.
Con estas cifras no es de extrañar que la Generalitat le haya dado la calificación de Actuación Territorial Estratégica (ATE) y que incluso tengan ya la financiación bancaria garantizada.
El Mijares Resort explota al máximo el concepto de turismo de interior. Busca ofrecer diversión y descanso en medio de la naturaleza, pero va más allá del concepto de casa rural donde poca gente es capaz de pasar más de una semana. «Las actividades son tan variadas que cualquier persona encontrará la suya. Familias, abuelos con sus nietos, parejas, deportistas de elite... Por un día o por un mes» .
Situado en la partida de La Paridera, en el término municipal de Yátova, y a unos 40 minutos de Valencia, este complejo de 400 hectáreas pivota sobre una masía del siglo XIX que una vez restaurada se convertirá en un hotel con restaurante. A su alrededor se desarrollará una zona residencial con 400 plazas de alojamiento distribuidas entre el hotel, de 20 habitaciones, un albergue juvenil, apartahoteles y casas de madera. También habrá medio centenar de viviendas a la venta, previstas de momento para los trabajadores.
Un balneario, una bodega, una zona de hípica, una piscina, un área de polideportivo, un campo de golf, una granja escuela o un circuito de «paintball» son las principales atracciones del «resort» y que lo diferencian del resto. La variedad de actividades permite también hablar de un turismo no estacional.
«Realmente hemos ido aprovechando las infraestructuras ya existentes para formar el complejo», apunta Dorado quien afirma que no hay un enclave similar en toda España. El valle tiene una excelente calidad ambiental y abre la posibilidad de practicar cualquier tipo de deporte de montaña, incluido los que necesitan un río, dada la proximidad del Mijares.
Con estas características sorprende que haya tardado tanto en convertirse en realidad. El problema eran las leyes urbanísticas, que no tienen la flexibilidad suficiente para poner en marcha este tipo de proyectos. Por este motivo, no fue hasta la creación de la figura de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) cuando el Mijares Resort vio la manera de superar un enrevesado entramado burocrático que podría haber provocado la pérdida de esta importante inversión.
Fue el pasado 14 de noviembre cuando el pleno del Consell aprobó esta ATE asegurando así que la Administración valenciana permitirá su ejecución en un tiempo récord.
El complejo debe estar en funcionamiento en dos años. Los primeros trabajos será la ejecución de una línea eléctrica que permita dar suministro a la finca y la construcción de una planta de biomasa para generar energía. En esta primera fase, que termina en 2013 o a principios de 2014, se contempla la ejecución de la rehabilitación de la masía y la construcción de los equipamientos de aquellas actividades de menor inversión, pero con atractivo turístico, tales como las tirolinas, el centro hípico o la pista polideportiva.
Para mediados del próximo año, se pretende haber finalizado el poblado de cabañas, el campo de golf ,el núcleo zoológico y la granja escuela. En la última parte de 2014 se concluirá la construcción de los apartahoteles, las viviendas y la zona comercial.
Aunque todavía es pronto para hablar de precios, Dorado asegura que el complejo tendrá ofertas muy variadas. De tal manera, que sea accesible para todos los bolsillos, pero que también haya instalaciones que puedan satisfacer hasta deportistas de elite.
«Es la ventaja de iniciar un proyecto en tiempos de crisis», bromea Dorado, «estás preparado para todo».
Un complejo cuidadoso con el entorno
La aprobación del proyecto se ha encontrado con el recelo de grupos ecologistas. Sin embargo, Mijares Resort contempla un plan de protección de incendios para la zona, así como la construcción de una planta de biomasa que cumplirá una doble labor. Dará salida al material «combustible» de los montes, y conseguirá que el complejo sea autosuficiente en materia energética. La producción agrícola ecológica es otro de sus pilares.