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La visión no siempre es la causa de un problema de aprendizaje

Un estudio desmonta el mito. Dislexia, alteraciones neurobiológicas o TDAH deben tenerse en cuenta

Un estudio desmonta el mito. Dislexia, alteraciones neurobiológicas o TDAH deben tenerse en cuenta

Las dificultades de aprendizaje que pueden presentar los escolares no siempre están asociadas a problemas visuales, puesto que puede haber alteraciones de origen neurobiológico u otra índole en algunas condiciones, como la dislexia o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Así se desprende de un trabajo científico realizado por el Grupo de Óptica y Percepción Visual de la Universidad de Alicante (UA) y un equipo multidisciplinar (óptico-optometristas, oftalmólogos, psicólogos, logopeda y psiquiatra) de la Policlínica Alto Aragón de Huesca.

Este estudio se enmarca en el proyecto de investigación desarrollado por la doctoranda y óptico-optometrista Carmen Bilbao Porta, en colaboración con el doctor en Ciencias de la Visión y miembro del citado grupo de Óptica de la UA, David P. Piñero.

La importancia de este trabajo radica en tratar de diferenciar los casos de problemas de rendimiento escolar en los que la visión desempeña un papel primordial (defectos de graduación sin corregir, por ejemplo) de los motivados por alteraciones en el procesado cerebral de la información, como la dislexia, la dispraxia o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

«La visión es uno de los sentidos cruciales en cualquier actividad de aprendizaje, pues cerca del 80 por ciento de la información que nos llega es a través del sistema visual», explica Piñero. Sin embargo, ello no debe a conducir a pensar que todo problema de aprendizaje obligatoriamente es debido a la visión.

No a las pseudoterapias

«Los padres no deben desesperarse cuando sus hijos tienen falta de rendimiento escolar ni recurrir a pseudoterapias ‘salvadoras’. Hay que buscar, con el consejo de expertos sanitarios cualificados, el origen de ese problema, porque puede ser por una anomalía visual o no, y, una vez determinado, hallar posibles soluciones».

Según esta investigación, la presencia de errores de refracción sin compensar, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, y los problemas de convergencia (dificultad para mover de forma coordinada los ojos para mirar un objeto próximo) o de enfoque en cerca (acomodativos) pueden dificultar tareas en los escolares, como la lectura y escritura.

Sin embargo, precisa, «no hay que confundir eso con niños y niñas que ya tienen una dificultad de lectura y escritura de base y pueden presentar otro tipo de causa de base».

El análisis de los datos confirma la presencia de patrones de movimientos oculomotores alterados en la mayoría de los grupos de pacientes con dificultades de aprendizaje, pero no en todos los casos. Por consiguiente, esta alteración oculomotora no genera el problema de aprendizaje, sino que va a veces como condición asociada al caso.

Además, según esta investigación, «la diferencia entre la prevalencia de problemas de enfoque en cerca (con la graduación correcta puesta) entre grupo control y grupos de problema de aprendizaje ha sido menor. Por tanto, no existen anomalías visuales en todos los menores con problemas de aprendizaje, tales como dislexia, TDAH y dispraxia, aunque sí se da «una mayor tendencia a la existencia de alteraciones de los movimientos oculomotores y de la convergencia, siendo necesario analizar estos aspectos en este tipo de pacientes».