Sanidad
Lactancia materna ante un nuevo embarazo
No es raro encontrarnos con madres que están dando el pecho mientras gestan a un nuevo bebé. Con el nuevo embarazo surge la duda si continuar amamantando puede ser perjudicial, sin embargo, está científicamente demostrado que el solapamiento de embarazo y lactancia no supone un riesgo ni para el bebé que se está gestando, ni para el niño mayor, ni para la madre. Por consiguiente la duda en este caso no tiene razón de ser. La evidencia científica considera perjudicial continuar con la lactancia, exclusivamente, en los casos en los que exista riesgo de amenaza de aborto o parto prematuro.
Por lo tanto la decisión es de la madre, y los profesionales sanitarios debemos de apoyar y respetar su voluntad. No hay que asustar a la madre con falsos mitos, eso es lo deseable, y lo más profesional, informarla en lo que puede acontecer durante estos meses.
Durante la nueva gestación la producción de leche disminuye, sobre todo a partir del cuarto mes de embarazo. No obstante, lo habitual es que el bebé mayor ya esté tomando otros alimentos además de pecho, de cuatro a seis tomas de leche van a ser suficientes para cubrir sus necesidades.
La situación cambia si se trata de un bebé menor de seis meses, en este caso se debe prestar un mayor apoyo a la madre con el fin de garantizar que el bebé está recibiendo leche suficiente. Tampoco es nada extraño que con el nuevo embarazo sea el bebé quien se destete de motu proprio, puesto que el sabor de la leche cambia. Se vuelve menos dulce debido a que disminuye la cantidad de lactosa y aumenta la concentración de sodio. El cambio de sabor unido a una menor cantidad de la producción, contribuye a que algunos bebés pierdan interés por la lactancia y se desteten.
No obstante, también los hay a los que no les incomoda en absoluto, y siguen lactando incluso después del nacimiento del hermano o hermana. Es lo que conocemos como lactancia en tándem.
También la madre durante la gestación puede sentir mayor sensibilidad en el pezón, y en consecuencia la succión del bebé al pecho puede resultar tan molesta que le lleve a evitar dar de mamar o incluso desee interrumpir. En este caso, la madre debe de ser asesorada para que conozca que estas molestias son pasajeras y suelen desaparecer a medida que el embarazo avanza.
Asimismo algunas embarazadas, cuando el bebé está lactando, pueden notar pequeñas contracciones en el útero, producidas por la eyección de la leche. Se debe al efecto de la hormona oxitocina, que interviene también en distintos procesos fisiológicos, por ejemplo, se segrega durante el parto preparando el útero y la vagina para el nacimiento, pero también los niveles de esta hormona aumentan durante el acto sexual y el orgasmo, siendo estos mucho más altos durante el orgasmo que durante las tomas. En consecuencia, si durante la gestación no está contraindicado tener relaciones sexuales, mucho menos aún suprimir la lactancia.
Por último, me gustaría que ninguna madre tuviera la insostenible preocupación de que continuar con la lactancia durante la gestación va a privar del calostro al nuevo ser. Por supuesto que el recién nacido va a beneficiarse de las magníficas propiedades nutritivas e inmunológicas del calostro. Unos días antes de que se desencadene el parto la glándula mamaria producirá este oro líquido. Es más, la leche materna siempre se va adaptar nutricionalmente al recién nacido. Lo importante durante la lactancia en tándem, es priorizar siempre al recién nacido. Además, continuar amamantando produce una simbiosis que beneficia a ambos ya que favorece una menor pérdida de peso para el bebé y una más rápida recuperación del peso del nacimiento. El mayor se beneficia de la inmunidad que otorga el calostro, lo cual confiere una protección extra al recién nacido al estar menos expuesto a posibles contagios.
Si pensamos que la leche es un alimento de gran importancia en la dieta un niño, no es razonable pensar que la de su madre no es de vital importancia para su salud. La naturaleza no tiene previsto que una cría tome leche de una especie diferente a la suya. En cualquier caso, cuando una madre se plantea un nuevo embarazo estando amamantado, no debemos alentarla a que destete antes de embarazarse, con el fin de evitarle posibles molestias que tal vez no se presenten nunca.
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