Alicante

Las Hogueras más dolorosas

Un profundo dolor recorre las fiestas de Alicante por la muerte de un niño. El pequeño falleció tras estallar un petardo dentro de una lata de refresco

La alcaldesa presidió los cinco minutos de silencio en señal de duelo por el menor.
La alcaldesa presidió los cinco minutos de silencio en señal de duelo por el menor.larazon

ALICANTE- Un sentimiento de tristeza recorría ayer los noventa distritos de fiestas de la ciudad de Alicante al conocerse la muerte de un niño de diez años al estallar un petardo dentro de una lata de refresco. Rostros compungidos, lágrimas y tristeza en los ojos se pudieron observar en el primer acto oficial en el marco de las fiestas de las Hogueras de la capital alicantina.

En la Concha de la Explanada, lugar emblemático de la ciudad y que ayer por la mañana acogía la entrega de premios de hogueras y barracas, solo se vio pena. Aunque el presidente de la Comisión Gestora de las Hogueras, Manuel Jiménez, retuvo sus lágrimas durante el acto, su rostro reflejaba tristeza y abatimiento, el mismo que mostraban las reinas de las fiestas, la Bellesa del Foc y sus seis Damas de Honor, y la corte infantil.

La muerte del pequeño, que no pertenecía a ninguna comisión de fiestas, se produjo la madrugada de ayer después de ser intervenido de urgencia en el Hospital General de Alicante a causa de una profunda herida en el cuello al estallar un petardo. Al parecer, una esquirla metálica procedente de la lata impactó sobre su cuello lo que le provocó una fuerte hemorragia.

El suceso se produjo junto a un recinto de fiestas ubicado en el barrio de San Blas, uno de los muchos que estos días se instalan en la ciudad con motivo de las festejos.

Respecto al accidente mortal, la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, aseguró no tener palabras que puedan expresar «esta tragedia ni mitigar el dolor de la familia del pequeño. Habrá siempre un recuerdo para el pequeño Aaron». Además de los cinco minutos de silencio que guardaron, se colocó un crespón negro en la Hoguera Oficial, aunque la «mascletà» se disparó.

Por su parte, los representantes de la Federación de Hogueras portaron un lazo negro durante la segunda jornada de la ofrenda flores, que ayer por la tarde recorrió las calles más céntricas.

Por otra parte, ya por la noche, se conoció el accidente de un autobús que, al volcar, produjo decenas de heridos. Al cierre de esta edición se desconocían las causas del siniestro que se produjo en la autovía que conecta Alicante con Murcia junto a la zona de Mercalicante.

Pero pese a las desgracias, la fiesta grande de Alicante continúa. Así, los monumentos de cartón y madera que este año surgen de entre el asfalto de la ciudad intentan recrear fantasías de personajes mitológicos, fábulas y cuentos, pero no consiguen evitar que se abran paso las ásperas garras de la crisis.

La ensoñación de las leyendas se marchita en hogueras como la del distrito de La Cerámica, basada en uno de los relatos de Gustavo Adolfo Bécquer, «El rayo de luna», donde las musas que inspiraron al poeta danzan muy cerca de la tumba del empleo juvenil.

En la hoguera del Mercado Central, una ninfa que simboliza a la Madre Naturaleza, rodeada de pájaros y flores de colores, contrasta con el esqueleto de la crisis, sentado en un trono a sus espaldas. Los recortes en Sanidad, Educación y Dependencia, el paro, la corrupción y los conflictos políticos son a su vez los cuatro jinetes del Apocalipsis que galopan implacables en la del distrito Carolinas Altas.

La creatividad y la fantasía pero, también, la más ácida ironía, se alían en estos monumentos efímeros, con la esperanza de que, como el fénix que preside la hoguera de la plaza de Calvo Sotelo, después de la quema puedan renacer de sus cenizas el año que viene.