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Movimiento por un escaño

La Razón
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Se acercan las elecciones municipales y autonómicas -nueve meses para que las listas de las candidaturas se perfilen- y comienzan los escarceos de aquellos temerosos de no continuar en sus puestos para encontrar hueco en el partido por el que han concurrido en las últimas o por el que intuyan un flanco por el que entrar. En definitiva, cunden los nervios en las personas que llevan decenios viviendo de la política y que anhelan no retirarse nunca.

Esta falta de lealtad a unas siglas, evidentemente, afecta más a quienes ya tienen en su currículum político apostasías de unos para hacer actos de fe en otros. Siempre, eso sí, que se garantice un escaño. Da igual en el Ayuntamiento, en Les Corts, en el Congreso o en el Senado. Lo que se conoce por buitres de la Cosa pública.

Mi amigo Rogelio ya ha notado algún movimiento en ese sentido. Como es lógico, hoy por hoy, los afectados por estos posibles trasvases son dos. Uno, el PP porque necesita renovar sus listas para romper con el pasado reciente y porque podría tener menos sitios si se cumplieran los augurios a la baja de las encuestas. Ya se benefició por estos tipos cuando se disolvía Unión Valenciana.

El otro es Ciudadanos, a donde miran esos con pasado mutante, organización que se halla en periodo de formación en la Comunidad y necesita gente, más aún si se trata de algún «nombre» con experiencia política. Además, podría presentar de inicio lugares vacíos si, contrariamente al PP, las encuestas al alza llegan a ramos de bendecir a la hora de la verdad. Aunque, dada la experiencia reciente, a la hora de fichar -Carolina Punset, Alexis Marí y cía- deberá tener especial cuidado para no sentir de nuevo el hierro de la traición. Así es la vida.