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¿Para cuándo un destete respetuoso?

La evidencia científica afirma que la leche, y mejor si es materna, debe ser el principal alimento hasta cumplir el año

La madre no debe sentirse presionada por lo que digan las personas de su alrededor, incluyendo pediatras o enfermeras. Destetarlo es privarlo de mucho más que de alimento
La madre no debe sentirse presionada por lo que digan las personas de su alrededor, incluyendo pediatras o enfermeras. Destetarlo es privarlo de mucho más que de alimentolarazon

El destete se conoce como el momento en que finaliza la lactancia en los mamíferos. En los humanos el primer paso del destete se produce cuando la madre inicia la introducción de otros alimentos alternándolos con leche materna y concluyendo cuando el bebé deja de tomar la leche de su madre. Lo curioso es que, a excepción de los humanos, en el resto de mamíferos la edad del destete se produce de forma natural, voluntaria por parte de la cría.

La doctora Kayhy Dettwler, antropóloga estadounidense defensora de la lactancia materna, estudió su duración en humanos comparándola con otros mamíferos, principalmente con los primates.

Según sus investigaciones, la edad natural del destete para nuestra especie debería ser de los dos años y medio a los siete. Edad que está determinada por varios factores. En primer lugar, por el tiempo de gestación, es decir para los humanos el destete debería ser seis veces al tiempo de la gestación (cuatro años y medio).

También se debería producir una vez se cuadruplique el peso del nacimiento (5-7 años) o con la erupción del primer molar (6 años).

Lejos de llegar a estas edades de destete, en demasiadas ocasiones se produce por decisión de la madre, cansada de rehuir de la crítica social y familiar, y del reproche de algunos profesionales sanitarios, que «rematan» la jugada, confundiendo con mensajes tipo «tu leche a esta edad es agua», afirmando que la leche materna ya no alimenta en el momento en el que el bebé comienza a ingerir otros alimentos. Juicios que hacen oídos sordos al conocimiento científico que avala todo lo contrario, afirmando que la leche debe de ser la «principal» fuente de nutrientes hasta el año de edad. Y por supuesto, qué mejor leche que la de la propia especie.

A pesar de ser el conocimiento científico un aval de peso, seguimos oyendo contrarias recomendaciones a la ciencia. Toda esta amalgama de incoherencias, hace posible que la poderosa industria de los mal llamados sucedáneos de leche materna hagan su agosto. Buscan estrategias de marketing, llegando a implicar al sector profesional para poder despojar a madres y bebés del derecho de amamantar y ser amamantados. Cuantos menos bebés lacten, mejor para la industria de leches de fórmula y por ende para la industria farmacéutica en general.

La leche materna sigue y seguirá siendo el alimento ideal sin parangón, tenga la edad que tenga el lactante. La leche materna no es sólo alimento, además de ser un excelente nutriente, también contiene anticuerpos que refuerzan el sistema inmunológico del lactante, protegiéndole de virus y bacterias mientras va madurando su sistema inmunitario. Pero además es importante enfatizar en la relación personal e íntima que se establece entre madre e hijo por el hecho de amamantar. Lactar requiere pasar mucho tiempo con el bebé en brazos, engendrándose un proceso de vinculación afectiva que dota a la madre de una sutileza especial para percibir las necesidades del lactante en cada momento.

Es decir, gracias a la lactancia se establece un lenguaje silencioso, sin palabras emocional e intuitivo entre madre y bebé, contribuyendo a que se sienta tranquilo y seguro en los brazos de su madre, rememorando aquellos momentos en que se encontraba en el vientre materno. Por lo tanto, destetarlo es privarlo de mucho más que de alimento. Madre y bebé son quienes deberían decidir cuánto tiempo debe durar la lactancia materna. La madre no debe sentirse presionada por lo que digan las personas de su alrededor, incluyendo pediatras o enfermeras.

No obstante, sea cual sea el momento en que decida iniciar este proceso, es deseable hacerlo gradualmente, evitando así incomodas congestiones del pecho que pueden desencadenar en una mastitis. Destetar de forma progresiva a su vez hará que el sistema digestivo e inmunitario del bebé se vaya adaptando. De esta forma, tanto tú como el bebé os iréis acomodando a esta nueva etapa que también puede resultar difícil para ambos en el plano emocional.

La próxima semana hablaremos cómo poder hacer un destete respetuoso.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es