Podemos saca los colores al Consell por no actuar para reducir el paro

Podemos se vistió ayer de oposición y evidenció que, o mucho cambian las cosas, o la tercera pata del Botànic ha dejado de ser un palmero más en Les Corts. El síndico de Podemos, Antonio Montiel, sacó los colores al Consell por su inexistente política en materia de empleo.

El podemita realizó un exhaustivo repaso por las promesas incumplidas del Consell que gustó incluso a varios diputados populares, que aplaudieron su intervención.

Lamentó que la Conselleria de Economía únicamente se haya dedicado a realizar anuncios, «llevan dos años hablando de lo mismo», dijo en referencia a un plan para dinamizar el Servef sobre el que aún no se han visto resultados.

Se apoyó además en unos datos que hablan por sí solos. El programa Avalem Joves solo ha conseguido 89 contratos de los 90.000 marcados como objetivo y el resto de Avalem (Experiència y Territori) todavía se están desarrollando. Alertó además sobre una cuestión sobre la que diariamente pone el foco el PP. Se han delegado competencias a los Ayuntamientos, en este caso en materia de fomento del empleo, sin que estos tengan los instrumentos necesarios para desarrollar los programas.

Para acabar, Montiel le exigió la aprobación de una ley de empleo, también anunciada, que sirva de instrumento para «luchar contra la precariedad y acabar con la interinidad» e insistió en la necesidad de hacer políticas para «salir de la miseria».

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, respondió con tono conciliador, pero no pudo negar la realidad. Queda prácticamente todo por hacer. «Hay que llegar a un pacto para reflotar las políticas activas de empleo», pero desde Podemos, le recordaron que en esto llevan ya casi dos años.

El conseller aludido, el de Economía, Rafael Climent, también se tomó la crítica con mucha calma. Es más, optó por repartir responsabilidades entre el resto de Conselleries, y aseguró que estos programas deben ser transversales. Así, lo único que pudo prometer fue que durante el segundo semestre del año estará lista la ley.

Cuestión de libertad

La portavoz del PP, Isabel Bonig, insistió al presidente Puig sobre el decreto de plurilingüismo y le preguntó qué piensa hacer para garantizar la libertad de los valencianos. La popular le animó a ser «valiente» y a derogar el decreto del «chantaje lingüístico».

Sin embargo, esta petición no entra en los planes del Consell. A pesar de mostrarse dispuesto a «mejorar cualquier decreto», el del plurilingüismo es una excepción. Puig defendió su contenido sin dudarlo y celebró, con ironía, que el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, esté preocupado por la discriminación de las lenguas. «Bienvenido, ¿qué va hacer para defender el valenciano?».

Bonig insistió en que la radicalidad del Consell es tal que ha espantado a las empresas que durante el pasado año redujeron un 37 por ciento su inversión en la Comunitat.

Los menores decidirán sus tratamientos «trans»

El pleno de Les Corts aprobó ayer con los únicos votos en contra del PP la ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y a la expresión de género (conocida como la ley trans). La votación acabó con un largo aplauso de los diputados dedicados al público que siguió el debate desde la tribuna de invitados.

En el PP, caras serias, puesto que el sentido del voto no se decidió hasta el último momento. Había diferentes opiniones, pero finalmente optaron por la «responsabilidad».

La diputada María Bernal explicó que los populares rechazan que un menor pueda acudir a un juez para solicitar iniciar un tratamiento sin el consentimiento de los padres, así como el hecho de que no sean necesarios los informes médicos o psicológicos puesto que «creará inseguridad jurídica y médica».

Los populares también afirman que no cumple con el ordenamiento jurídico y que vulnera derechos fundamentales.

La consellera de Igualdad, Mónica Oltra, aseguró que se trata de un día «muy grande» ya que por fin hay una ley que ampara la dignidad de este colectivo y declara a la Comunitat Valenciana «libre de entender a los transexuales como personas enfermas».