Valencia
Qué debo comer si amamanto a mi bebé
La dieta de la madre apenas influye en la calidad y cantidad de la leche producida, pero sí en su sabor. El sabor de los alimentos que come la madre pasan a la leche que toma el bebé
La dieta de la madre apenas influye en la calidad y cantidad de la leche producida, pero sí en su sabor. El sabor de los alimentos que come la madre pasan a la leche que toma el bebé
El feto en su vida uterina ya está en contacto con el sabor de los alimentos que toma la madre a través del líquido amniótico. Posteriormente al nacimiento, la leche materna cambiará de sabor según los hábitos de alimentación de la madre, por lo que el lactante alimentado al pecho percibe diferencias de sabor en la leche dependiendo de los alimentos que la madre ingiera. Esto aporta numerosas ventajas al bebé alimentado al pecho, en comparación al que es alimentado con leche fórmula cuya leche siempre tiene el mismo sabor. La estimulación de las sensaciones gustativas es mayor en los lactantes alimentados con leche materna, y desde temprana edad empiezan a saborear los alimentos mucho antes de tomarlos directamente, lo cual le permite acostumbrarse a esos nuevos sabores, no resultándole nuevo el alimento a su paladar. Es decir, le permite llegado el momento, adaptarse más fácilmente a la alimentación complementaria.
Al mismo tiempo, las sustancias que contienen los alimentos que consume la madre y pasan al lactante a través de la leche materna permiten la maduración de su aparato digestivo, favoreciendo la formación de nuevas enzimas que son imprescindibles para la digestión, de modo que cuando el bebé inicie la alimentación complementaria le será mucho más fácil digerir los nuevos alimentos. Lo que significa que su aparato digestivo está mucho más preparado.
Para que un alimento que ingiera la madre cambie el sabor de la leche dependerá del tamaño de sus moléculas. Entre las moléculas que más fácilmente pasan a la leche paradójicamente nos encontramos con aromas y sustancias amargas de la verduras (ajo, cebolla, coliflor, pimientos, espárragos, apio, condimentas de sabor intenso y las especias picantes). Por lo que estamos acostumbrando al lactante al sabor de estos alimentos que tan sanos y necesarios le serán en el futuro.
Otra de las cuestiones que angustia a algunas madres son su gusto por los alimentos picantes. Si te gustan los platos picantes, no hay razón para evitarlos durante la lactancia. No es de extrañar que los bebés alimentados al pecho tenga preferencia por los sabores intensos y les resulte insípida la típica papilla de patata, zanahoria, judía verde y pollo.
Las madres que dan el pecho no deben limitar el consumo de ningún alimento salvo evitar el de algunas especies de pescados con un alto contenido de mercurio, como el marlín (pez vela), tiburón, pez espada, atún rojo y lucio. Pero no debe de dejar de consumir pescado azul que es rico en omega 3 y muy necesario para el desarrollo neurológico del bebé, por lo tanto lo recomendable es consumir pescados azules pequeños (sardina, boquerón, caballa...)
La cantidad de calorías adicionales que necesitan las madres que dan el pecho rondan alrededor de 250-300 kcal/día. Quizás hayas oído que hay que ingerir unas 500 calorías extras al día, pero esto no es así, lo que pasa es que se confunde el gasto de calorías que tiene la madre que lactan con la ingesta adicional de estas.
Es decir, mientras lactas tu cuerpo quema unas 500 calorías más, pero hay que considerar que durante la gestación tu cuerpo ha ido llenando los depósitos para prepararse para la lactancia, así que la mitad de estas calorías que necesitas procederán de estas reservas, que paradójicamente has acumulado en muslos, cadera y abdomen, y lógicamente se pierde antes en las madres que lactan que las que no. Así que, no necesitas hacer dieta para volver a tu peso anterior, la lactancia te ayudará a perder el peso que has ganado, siempre y cuando tu dieta sea saludable y no te alimentes de dulces.
También es un error frecuente pensar que la madre que lacta debe tomar más agua de lo habitual. Debes tomar la cantidad de agua necesaria para calmar la sed, aunque sí es cierto que en estos momentos sentirás más sed de la que tenías antes de lactar.
En cuanto a los alimentos que producen más gases (legumbres, col, espinacas, etc), no pueden causar flatulencia en el bebé ya que los gases se producen por el proceso de la digestión en el intestino materno y no en el del bebé.
Sí se recomienda limitar el consumo de cafeína (café, té, mate, bebidas energéticas), ya que su abuso puede producir irritabilidad e insomnio en el bebé. Por lo que no se aconseja exceder de una o dos tazas de café al día. Mi recomendación es que cada madre valore la conveniencia de disminuir o evitar tomar cafeína ya que hay lactantes que son más sensibles y con menos dosis presentan irritabilidad.
Así como el alcohol, durante el embarazo su consumo debe ser cero, ya que este pasa directamente al torrente sanguíneo y por lo tanto al feto. En cuanto a la lactancia, el consumo moderado y ocasional no ha demostrado tener efectos adversos sobre el bebé. A pesar de ello, es mejor evitar el alcohol hasta que tu bebé tenga más de tres meses y, a partir de entonces, tomarlo de forma muy ocasional, y mejor tomarlo después de la toma y esperar a que pasen unas dos tres horas hasta la próxima toma, porque así el nivel de alcohol será bajo o nulo. Para que tengas mayor información sobre este tema, te recomiendo visitar la siguiente página www.e-lactancia.org.
Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es
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