Que no te engañen

Los estudios señalan como la principal causa de abandono de la lactancia la falsa creencia de la falta de leche

La ciencia ha conseguido modificar la leche de vaca para que resulte apta para el bebé y cierto es que hace grandes esfuerzos para conseguirlo. Aun estando a años luz de lograrlo, su pretensión es asemejarse a la leche de madre, pero el competidor es excelente y el listón demasiado alto. Así que complicado lo tendría la industria si pretendiese vender su producto argumentando que la leche de fórmula es mejor que la leche materna.

Como el negocio tiene que ser rentable, se hace necesario cambiar la estrategia de «marketing», ya que nadie entendería y paradójico resultaría que teniendo la original se recurriera a un sustituto, más aún cuando las sociedades científicas refieren una y otra vez que la lactancia materna es la mejor manera de alimentar al bebé y además un 80 por ciento de mujeres desean hacerlo, pero, ¿por qué un 65 por ciento dejan de amamantar antes del mes?

Los estudios señalan como la principal causa de abandono de la lactancia a la falsa creencia de falta de leche. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad casi todas las madres han alimentado a sus niños de forma normal, natural y sin aspavientos y ahora resulta que hay una falta de leche materna. ¿No será que hay excedente de la leche de fórmula y conviene hacer creer a la madre que quizás puede que no tenga suficiente leche para alimentar a su bebé?

Por mucha promoción, protección y apoyo a la lactancia materna que hagamos los profesionales sanitarios tenemos un «monstruo» que ejerce presión promocionando la falta de leche en la madre, protegiendo su industria, apoyando a los profesionales a recomendar su producto en estos casos que la madre no puede. No nos engañemos, no es un aliado de la lactancia, si la madre lacta, no hay beneficio para la industria.

Los sanitarios promocionamos, protegemos y apoyamos la lactancia con el enemigo en casa, y no nos damos cuenta que luchamos contra él en el mismo equipo. Cada vez que acude la madre, a pedirnos ayuda con la lactancia, lo ve en los calendarios que están en nuestra mesa, colgados en la pared, en los bolígrafos que llevamos en los bolsillos, en los botes de leches de las estanterías... nosotros mismos participamos a que la «hipogalactia» sea universal, no nos damos cuenta del tremendo favor que le estamos haciendo a la industria.

Una madre me dijo una vez, «la leche de fórmula no debería de darse sino fuese bajo prescripción médica al igual que se hace con los medicamentos». Pero para ello, los profesionales deberíamos estar más formados para poder hacer frente a los problemas de lactancia, todos los profesionales sanitarios son pro-lactancia, pero ¿cuantos pueden ayudar cuando un bebé no gana peso? Ayudar no es dar o recomendar un suplemento de fórmula, ayudar es además ver el motivo por el que no gana peso, ya que la causa muy rara vez es la falta de leche. Nadie da un fármaco sin conocer la patología, ¿por qué se hace con la lactancia?

Como profesional, ¿observas la toma cuando acude una madre a consulta? O tal vez le preguntas a la madre si el bebé toma bien del pecho y, ¿cómo sabe la madre si toma bien o toma mal si nunca ha dado de mamar antes?. Me pregunto si no sería más correcto valorar lo que pasa. Me atrevería a afirmar que lo que sucede es que falta formación para que los profesionales puedan evaluar muchos de los problemas que acontecen durante la lactancia y es más fácil recomendar sin más las leches de fórmula.