Historia

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«Aquí vivió» un madrileño que sufrió el terror nazi

El Ayuntamiento se suma a la iniciativa del artista Günter Demnig e instalará 449 placas delante de las viviendas de los vecinos que fueron deportados a campos de concentración alemanes

Cada «tras(pie)dra» indica que «aquí vivió» la persona a la que se recuerda con sus fechas de nacimiento y muerte / Foto: Ayuntamiento de Manresa
Cada «tras(pie)dra» indica que «aquí vivió» la persona a la que se recuerda con sus fechas de nacimiento y muerte / Foto: Ayuntamiento de Manresalarazon

El Ayuntamiento se suma a la iniciativa del artista Günter Demnig e instalará 449 placas delante de las viviendas de los vecinos que fueron deportados a campos de concentración alemanes.

Cuatrocientos adoquines dorados recordarán a partir de la primavera la vida de otros tantos vecinos de la capital que sufrieron la represión del nacional-socialismo, fundamentalmente los deportados a los campos de concentración. El Ayuntamiento de Madrid se ha sumado al Proyecto Stolpersteine del artista alemán Günter Demnig que desde 1997 ha llenado de pequeños homenajes a las víctimas de los nazis por toda europa. En cada adoquín, de unos 10x10 centímetros, similares a los de las calles de la capital, hay una placa de bronce en la que se recuerda que «aquí vivió» una persona, con su fecha de nacimiento y defunción después de pasar por el terror nazi.

Es por ello que el nombre de Stolpersteine juega con las palabras traspié y piedras –en Madrid se denominarán tras(pie)dras– para que quienes «tropiecen» con ellas recuerden el sufrimiento de su vecinos. En total 445 hombres y cuatro mujeres de la capital murieron en los campos de concentración nazis.

Será el propio Demnig quien instale la primera «Stolpersteine» en la capital, tal y como ha hecho en cada una de las más de 1.800 localidades europeas en las que ya existen más de 70.000 «tras(pie)dras». De hecho, a mediados de diciembre estuvo en Mallorca y Menorca –Palma y Ciutadella– donde se ha recordado a los republicanos que huyeron a Francia y fueron deportados a los campos de concentración tras la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, tal y como ocurre con la mayor parte de víctimas que serán recordadas en Madrid.

Está previsto, según la agenda del artista, que viaje a España entre el 19 y el 23 de abril de 2019. Además, según reclama también el artista, las Stolpersteine siguen el principio una víctima-una piedra, y siempre en la casa en la que vivieron, no donde fueron obligados a vivir, de modo que en algunos casos habrá varias placas delante de un mismo portal. Igualmente, nunca se sitúan en la pared de las viviendas, sino en el suelo, delante de la puerta.

En España, las primeras «Stolpersteine» se colocaron en el municipio barcelonés de Navas, y desde entonces se han instalado 126 «tras(pie)dras» en 18 localidades españolas. Está previsto que, junto a Madrid, a lo largo del próximo año se instalen más «Stolpersteine» en Valencia, además de en más municipios de Cataluña.

Además, las «tras(pie)dras» no sólo recuerdan a aquellos que sufrieron en los campos de concentración nazis como Treblinka, Mauthausen, Dachau o Auschwitz (que aparecen reflejados en los grabados de cada placa), sino también a los represaliados de todos los colectivos que sufrieron el terror nazi. Así en los 24 países europeos en los que se puede «tropezar» con las Stolpersteine, hay recuerdos a Testigos de Jehová, prisioneros de guerra, personas sin techo, inmigrantes, miembros de los grupos «Weisse Rose» y «Sociedad Patriótica» (los grupos de resistencia alemana), los detenidos por hacer acopio de tabaco o mestizaje y los deportados a Polonia en 1938. También los que sufrieron por la Acción Tormenta o la Acción T –el programa de eugenesia nazi–, los niños discapacitados, así como los miembros del Partido de la Clase Media, el Partido Social Demócrata y los Brigadistas Internacionales en España.

Del mismo modo, no se recuerda únicamente a aquellos que fallecieron en los campos de concentración, también a quienes sobrevivieron y a aquellos que sufrieron otras formas de represalia. Es por ello que en las Stolpersteine se pueden encontrar referencias a «inhabilitado para trabajar», «humillado», «expulsado de su cargo», «víctima de experimentos científicos», «destinado a batallón de castigo», «torturado por la Gestapo» o fallecido «a causa del hambre», así como los exiliados o aquellos que no se conoce su destino. De hecho, para los casos en los que sería necesario instalar miles de Stolpersteine debido a la magnitud de la represión en determinados lugares, Demnig ha ideado las denominadas Stolperschwellen, (umbral del tropiezo), que recuerdan en una placa el destino de las víctimas en cada circunstancia.

Piedras de la Memoria

En su reciente visita a Mallorca y Menorca, Gunter Demnig ha estrenado, junto a las «tras(pie)dras» de Palma y Ciutadella, un proyecto piloto que se desarrollará en principio únicamente en España y que son las Remembrance Stones o Piedras de la Memoria que recuerdan a las víctimas de la represión franquista. Con el mismo formato que las Stolpersteine y la única diferencia en que la placa en lugar de ser en bronce y doradas son en acero inoxidable y plateadas, se instalarán también, además de en sus casas, en los lugares en los que trabajaron que son en su mayoría ayuntamientos. Así, la primera Piedra de la Memoria recuerda a 20 alcaldes y políticos que fueron arrestados, encarcelados y torturados por oponerse a Franco.

Según explica Demnig, las Remembrance Stones son un punto de vista distinto al de las Stolpersteine, que está limitado a las víctimas de los nazis entre 1933 y 1945, puesto que considera que los sublevados no habrían obtenido la victoria en la Guerra Civil sin un apoyo masivo de la Alemania nazi, lo que enlaza ambas iniciativas. Es por ello que considera que las Piedras de la Memoria para los republicanos españoles son la continuidad lógica de las «tras(pie)dras».

Con todo, el Ayuntamiento de Madrid no ha aclarado si estas Piedras de la Memoria se instalarán también en la capital junto con las Stolpersteine. En principio, el equipo de Gobierno de Manuela Carmena se ha adherido a la iniciativa de las «tras(pie)dras» dentro de su acción de reconocimiento a las víctimas en la misma línea del acuerdo por unanimidad del Pleno municipal de abril de 2017 en el que se decidió levantar una escultura memorial que recuerde a todas las víctimas madrileñas del terror nazi.

El coste de cada una de las Stolpersteine es de 120 euros, según indica Demnig, a los que habría que añadir el pago al artista por la instalación y el discurso que realiza para las primeras «tras(pie)dras» que coloca en cada ciudad y para las que suele requerir la presencia de los familiares de aquel al que se rememora, así como los gastos de traslado del artista. Aproximadamente unos 55.000 euros, si bien probablemente el consistorio madrileño no incurra en muchos gastos de colocación ya que la mayor parte de la ciudad está adoquinada con placas de 15x15 centímetros de tamaño muy similar a las Stolpersteine», de modo que se puede sustituir con facilidad.

La Fundación Gunter Demnig admite a su vez donaciones para la instalación de Stolpersteine, así como para el desarrollo de proyectos educativos en torno al recuerdo de los horrores nazis. Para ello, colaboran con los colegios para organizar ceremonias de instalación adaptadas a los escolares y aportar material educativo.