Criminalidad

Asalto y paliza de una banda de «policías full» a un empresario en su casa de San Blas

Los agresores entraron en su vivienda y le exigieron el pago de 35.000 euros

Utilizaron uniformes de municipales
Utilizaron uniformes de municipaleslarazon

Los agresores entraron en su vivienda y le exigieron el pago de 35.000 euros

Eran las 20:30 horas del viernes 25 de mayo. Una supuesta banda de «policías full» asaltó la vivienda de Juan Orlando, un hombre de 41 años de origen peruano pero con nacionalidad española que, al parecer, regenta un club de noche en Madrid. Los falsos agentes –iban vestidos de Policía Municipal, según denunció posteriormente la víctima– eran tres y sabían perfectamente lo que buscaban: el dinero de una supuesta venta o traspaso de un negocio de copas. Según el denunciante, llevaban pasamontañas, por lo que no se explica muy bien cómo creyeron entonces que podían ser agentes de Policía. En cualquier caso, entraron su domicilio de San Blas, iban armados y eran peligrosos.

Y es que no se encontraba solo en casa, también estaba su familia: su mujer y su hijo menor de edad. Además de armas blancas, el que parecía el líder de la banda portaba un arma de fuego, con la que encañonó al inquilino por la nuca: «Dame el dinero o te pego un tiro», le exigía muy nervioso. Mientras, los otros dos miembros de la banda amenazaban a su mujer y a su hijo con sendas armas blancas, según se desprende de la denuncia. Los asaltantes buscaban concretamente 35.000 euros que consideraban que el empresario debía tener en algún lugar. En un momento dado, el inquilino accedió a darle 300 euros. Pero no sirvió de nada. Según iba pasando el tiempo y el líder se ponía nervioso, le golpeaba con la culata de la pistola en la cara. De hecho, hay un parte hospitalario de la víctima donde se aprecia que presentaba lesiones en la mandíbula. A la segunda agresión fuerte, la víctima volvió a acceder a darle dinero en efectivo. Esta vez fueron 500 euros, pero ellos insistían en los 35.000 obtenidos de la supuesta venta del local. «¡Vamos! ¿Dónde está?», le gritaban. Para buscar parte del efectivo que le reclamaban (el aseguraba no tener esa cantidad), el empresario se subió a un mueble del salón, que acabó cediendo, pero antes pudo activar la alarma de un recoveco, encima del televisor. «Vámonos, ya es tiempo», dijeron los cacos en cuanto escucharon la puerta de la entrada pitar sin descanso.

Bajaron corriendo por la escalera y desaparecieron. La Policía estuvo preguntando a los vecinos si habían visto a alguien por la escalera o el portal sobre esa franja horaria. Pero nadie vio nada, aunque sí habían escuchado como «golpes» que procedían de la vivienda. Uno de los vecinos de este portal de la calle Idioma Esperanto aseguraba que no era del todo extraño. «Ya ha venido la Policía más veces, la última hará como medio año, y eso que sólo llevan un año aquí».

Más que broncas (en aquella ocasión sí fue algo violento) se quejan del ruido de tacones por el suelo a altas horas de la madrugada. Y es que algunos vecinos dan por sentado de que el piso es una casa de citas. Otros sostienen que el empresario tiene un club de alterne pero no en la vivienda, aunque poco más saben de él. «A ella sí la vemos cada poco entrar y salir en taxi, que la espera aquí en el portal. Siempre va muy arreglada pero a él no se le ve mucho porque vuelve muy tarde a casa. Raro es que le pillaran el día ese en casa a las ocho de la tarde. Yo escuché ruido pero sin más», sostiene un vecino. La Policía Nacional sigue investigando el suceso para tratar de identificar a los agresores y no descartan que fuera una deuda de este empresario ni tampoco que gente de su entorno le delatara.