Comunidad de Madrid

«Asfixiados» por el polen

Tras un marzo lluvioso, las elevadas temperaturas y la contaminación se han disparado los niveles en toda la Comunidad. El plátano de sombra y las ortigas son los principales «enemigos» de los alérgicos.

La emisión de partículas contaminantes en las ciudades favorece el número de alérgicos
La emisión de partículas contaminantes en las ciudades favorece el número de alérgicoslarazon

Tras un marzo lluvioso, las elevadas temperaturas y la contaminación se han disparado los niveles en toda la Comunidad. El plátano de sombra y las ortigas son los principales «enemigos» de los alérgicos.

Si hace sólo unas semanas los madrileños miraban al cielo esperando que saliera el sol tras varias semanas de lluvias, ahora que sus plegarias se han cumplido, ha traído consigo un efecto secundario importante: el polen. Si usted es alérgico y no se ha vacunado, debe llevar unos días con picor de ojos, estornudando y sin despegarse del «kleenex». Son las consecuencias de un inicio de primavera lluvioso y la posterior subida de temperaturas. Así es cómo se explica que, durante este puente de mayo, la alerta para los alérgicos se haya disparado, ya que se produce un pico de polen.

De acuerdo con la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad, la almendra central experimenta estos días un incremento muy importante de polen, especialmente en el barrio de Salamanca donde los medidores indican que existe un nivel muy alto de ortigas y también marcan valores altos de plátano de paseo, uno de los árboles más característicos de la zona centro y que también tiene índices muy elevados de polen en la localidad de Alcobendas. En Getafe y Coslada, por el contrario, son las ortigas las que más difícil se lo ponen a los alérgicos.

¿Cómo podemos explicar esta situación? «El dato sobre polen es para toda la provincia de Madrid, no distingue de zonas, aunque las más expuestas al plátano de sombra y las ortigas son las que presentan índices más altos. Ambos son los tipos de polen con niveles más elevados de la Comunidad de Madrid, seguidos del abedul y las gramíneas, que se encuentran bajas», explica a este diario Mar González, meteoróloga de ElTiempo.es. Y sostiene que «el motivo por el cual se suelen producir picos de polen está muy relacionado con la frecuencia e intensidad de las lluvias y su cese. Las precipitaciones con las que comenzó la primavera junto con el aumento de la temperatura de estos días han producido unas condiciones ideales para que se disparen los niveles de alergia, algo que suele ocurrir durante esta estación».

Lo cierto es que existen tres factores que marcan la temporada de cualquier alérgico, especialmente si vive en una gran ciudad como Madrid: «En días cálidos, secos y con viento, las partículas de polen se mueven muy fácilmente y, si además se incrementan las temperaturas, se produce una situación como la que tenemos ahora», añade González.

«Todas las plantas se reproducen por pólenes, pero por suerte no todos dan problemas alérgicos», sostiene Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). «En nuestro país las especies que más síntomas producen en orden decreciente son: gramíneas, olivo, ciprés, salsola, plátano de sombra y parietaria. En el centro peninsular los pólenes más frecuentes son los de gramíneas y olivo. En la capital, el porcentaje de polínicos alérgicos al plátano de sombra supera el 40%», añade. Asimismo, Moral detalla que en los últimos diez años se ha duplicado el porcentaje de alérgicos a los pólenes más alergénicos. «Las gramíneas han pasado del 35% al 74%, la arizónica del 9% al 23%, el plátano de sombra y la salsola del 7% al 14% y el olivo del 30% al 52%. La causa parece hallarse en el efecto de la contaminación y el cambio climático sobre los pólenes». Y este hecho afecta especialmente a Madrid donde los niveles de contaminación son muy elevados y han obligado, durante el invierno, a activar en varias ocasiones el protocolo anticontaminación.

Para determinar cómo afecta la polución a los alérgicos, la Seaic está haciendo un estudio precisamente en la capital. Comparan la situación de los asmáticos de Madrid con los de Ciudad Real. «Hemos medido la contaminación urbana y la de la ciudad manchega. Comprobamos que el polen de Madrid produce un efecto un 18% mayor que el de Ciudad Real», asevera a este diario Francisco Feo, coordinador del Comité de Aerobiología de la Seaic. Uno de los principales motivos es el estrés oxidativo que producen los elevados niveles de polución en las plantas que convierte sus pólenes en más alergénicos. La emisión de partículas contaminantes procedentes de las calefacciones y de los motores diésel altera la estructura del polen haciendo que éste genere proteínas de estrés como mecanismo de defensa y aumentando su capacidad de inducir una respuesta alérgica en personas susceptibles. «Estas proteínas de estrés incrementan la agresividad del polen en las ciudades y en poblaciones que viven cerca de autopistas en comparación con los pólenes de zonas rurales sin contaminación. Por este motivo, en las ciudades se producen más casos de alergia a pesar de que la concentración de pólenes sea menor que en el campo. Los altos niveles de contaminación de las ciudades favorecen el fenómeno de inversión térmica que impide a los pólenes abandonar la atmósfera e incrementa el tiempo de exposición a ellos», explica Moral. Asimismo, dentro de la ciudad, Feo concreta que «los vecinos que viven a menos de 300 metros de una autovía de alta densidad sufren más los efectos de la alergia».

Del mismo modo, existen varios factores que pueden elevar los problemas de los alérgicos: humos y vapores, olores fuertes, cambios bruscos de temperatura, realizar ejercicio físico sin preparación, entre otros.

Hay otro componente a tener en cuenta para los que más sufren por el polen en la Comunidad: «Los años que se producen podas masivas favorecen a los alérgicos», sostiene Feo. Los que viven en la zona de Castellana pueden notar una menor incidencia de polen, ya que Carmena inició a principios de mes una tala con la que quiere derribar unos 700 árboles que se consideran «de riesgo».

Por todo esto, los alergólogos insisten en la importancia de la vacunación: «Es la mejor solución para los pacientes específicos y, además, es una buena forma de evitar que sufran nuevas alergias», argumenta Feo. Si decide no vacunarse, «la mejor solución son los antiistamínicos. Sobre todo los de nueva generación que no causan somnolencia», añade.