Comunidad de Madrid

12 uvas en Alerta 4

Por primera vez el aforo a la Puerta del Sol será limitado
Por primera vez el aforo a la Puerta del Sol será limitadolarazon

La amenaza yihadista acapara el dispositivo de seguridad en torno a Sol donde, por primera vez, se restringirá el acceso para celebrar la Nochevieja.

A efectos policiales y de seguridad, hace ya varios años que la Nochevieja se celebra, en realidad, dos días: el 30 y el 31 de diciembre o, lo que es lo mismo, el día de las «preuvas» y el día de Fin de Año. Esta edición es especialmente complicada porque nos encontramos en nivel de alerta 4 y a las aglomeraciones habituales de las navidades se une la amenaza «real» que existe sobre atentado yihadista. Pero, como no podría ser de otra forma, la gente quiere salir a la calle y celebrar estas fechas como siempre. Por eso la Puerta del Sol volverá a ser «asediada» por miles de personas que se pasarán por allí a hacerse una foto con «el reloj de las uvas». Pero para la noche del 30 y del 31 habrá un operativo específico diseñado. El próximo miércoles tendrá lugar una reunión en la delegación del Gobierno de Madrid donde se perfilará el dispositivo de seguridad especial para las aglomeraciones de este año, siendo las principales la San Silvestre Vallecana, «preuvas» y campanadas y cabalgata de Reyes. Miles de agentes participarán en el mismo aunque desde el Ayuntamiento de Madrid ya adelantaron ayer cuál será su dispositivo para las campanadas. La novedad es que, por primera vez, se restringirá el acceso a la Puerta del Sol hasta llegar a un cupo aún por determinar pero que, en cualquier caso, no llegaría a las 20.000 personas, según fuentes municipales.

Aunque será el próximo día 23 cuando se establezcan en la Delegación del Gobierno de Madrid los servicios y efectivos totales que se destinarán a cubrir las principales concentraciones de personas en estas fechas, el área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, dirigida por Javier Barvero, dio a conocer ayer la elaboración del dispositivo especial para las campanadas de Fin de Año que ha elaborado en coordinación con La Policía Nacional siguiendo las pautas acordadas en la reciente Junta Local y el Consejo de Seguridad, convocadas de forma extraordinaria por el Consistorio. La principal novedad es que, por primera vez en la Historia, se restringirá el acceso a la plaza hasta compeltar un cupo máximo. Lejos de las 71.100 personas que se aseguró ayer que cabrían, lo cierto es que ésa es la capacidad máxima de evacuación, teniendo en cuenta que la plaza cuenta con 12.000 metros cuadrados y que útiles realmente sólo tiene 10.900. Sin embargo, esta semana ya explicaron desde el Consistorio que precisamente lo que se pretende evitar es una concentración de hasta 7 u 8 personas por metro cuadrado. Así, aseguran que la solución pasa por establecer unos filtros y realizar de conteos para que, una vez se haya llegado a esa capacidad prudencial, no entre más gente en el perímetro policial acotado. Sin embargo, esta cifra está aún por determinar, aunque no superaría las 20.000 personas, según estimaciones municipales. Lógicamente, se hará un cálculo aproximado ya que no se trata de un recinto vacío cino de Sol, que nunca dejará de estar lleno de gente las horas previas.

Dos «cinturones» para filtrar

Para acceder al perímetro acotado, se realizarán previamnete cortes en las calles aledañas y posteriormente (instaladas las vallas y efectivos policiales) se realizarán dos cinturones. En el primero se contará el aforo con un conteo pormenorizado a cargo d voluntarios de protección Civil, según explicaron ayer desde el Ayuntamiento. En cuanto al servicio de control y vigilancia de los accesos se realizará por efectivos policiales (municipales y nacionales) que establecerán filtros para evitar la entrada de petardos, vidrios y objetos contundentes. Si bien esto se ha realizado todos los años, esta vez los controles será más exahustivos e incluso se procederá a cacheos corporales superficiales. Los cuatro puntos de control serán en la Carrera de San Jerónimo, calle Alaclá, Mayor y Arenal. El resto de las vías de acceso a Sol no podrán ser ocupadas, ya que se han establecido vías de evacuación. En el segundo cinturón se estabñlecerán cortes al tráfico y peatones para canalizar el público hacia los accesos anteriores. En el momento que se considere lleno el aforo en Sol, se procederá al corte total o parcial de los accesos. Para informar a la gente, se establecerán cuatro patrullas de la unidad de Atención al Turismo que indicarán a través de paneles led el mensaje de «Accesos a Puerta del Sol Cerrados» en calle Mayor, Sevilla, Callao y plaza de Jacinto Benavente.

Aunque la medida está diseñada para evitar aglomeraciones excesivas y avalanchas en el perímetro interior, muchos agentes calificaron ayer de «temeridad» este dispositivo. Y es que la gente que tuviera planeado acudir alguna de las dos noches a la Puerta del Sol probablemente lo seguirá haciendo. Esto quiere decir que no habrá capacidad para todos los asistentes al evento y se quedarán fuera del cordón de seguridad perimetrado lo que, en materia de seguridad, se traduce en miles de personas aglutinadas en las inmediaciones de Sol o por todo el distrito centro sin haber sido cacheada y, por tanto, pudiendo portar (en el mejor de los casos) vidrio, bengalas o cualquier objeto que a los del interior del perímetro les habría sido requisados. «Puede que tengan la Puerta del Sol muy controlada, pero si en Preciados o en cualquier zona aledaña se concentran cientos de personas sin control también es peligroso», comentó ayer un agente que ha cubierto este dispositivo otros años. Aun así, habrá agentes por todo el distrito y, si bien serán las UCEs quienes controlen los accesos, habrá efectivos policiales por todo el distrito y las principales zonas de ocio con los ojos más abiertos que nunca. Concretamente los agentes de la Brigada de Información están en disposición permanente.

De hecho, el plan «Stop radicalismos», puesto en vigor este mes de diciembre, tiene como objetivo la lucha antiyihadista y «cualquier radicalismo violento». El lema es «todos seremos vigilantes y vigilados» para detectar cualquier síntoma de radicalización violenta.