Andalucía
Bronca hasta la afonía en el primer «round» preelectoral
González y Gómez acapararon el debate con duros ataques a los puntos débiles del contrario
La inédita situación en que se encuentran los representantes de los distintos partidos presentes en el hemiciclo madrileños, en la cual no hay ningún candidato confirmado a 8 meses de las elecciones, se ha notado, y mucho, en uno de los Debates sobre el Estado de la Región más tensos y largos de las últimas legislaturas. Hasta las 17:15 horas se prolongó el turno de discurso, réplicas y contrarréplicas que inició el portavoz de UPyD Luis de Velasco pasadas las diez de la mañana en un tono reposado y tranquilo, quizás por el hecho de que todas las encuestas sitúan a su partido como llave de Gobierno de la próxima legislatura o porque puede ser su último debate. Sin embargo, el tono de las intervenciones fue «in crescendo» a lo largo del día hasta llegar a romper, literalmente, la voz del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González y del portavoz del PSOE, Tomás Gómez.
El resultado final del enfrentamiento fue positivo en cuanto a la propuesta que más interesaba al PP sobre el rechazo al proceso separatista en Cataluña, que logró el apoyo del PSOE y de UPyD, mientras que Izquierda Unida evitó apoyar la declaración. La propuesta en la que la Asamblea se comprometía con la Constitución española frente al desafía independentista catalán se aprobó con una ligera corrección de la formación magenta en la redacción de la misma y con el respaldo de los socialistas que se mostraron en contra del proceso de autodeterminación de Cataluña. Por otro lado, el Partido Popular sacó adelante en solitario su propuesta de apoyar una reforma electoral para la elección directa de los diputados, o al menos una parte de éstos, y de los alcaldes que promueve el Gobierno de Mariano Rajoy, así como la necesidad de reducir el número de representantes en el parlamento regional.
De dinosaurios y Franco
Pese a que la primera intervención del portavoz de UPyD fue moderada, señalando los aciertos a la vez que reclamaba los «dinosaurios» que González no había mencionado en su discurso de la primera jornada del Debate
–como la corrupción o los recortes–, ya en su primera réplica el presidente regional demostró que iba a por todas. Casi una hora estuvo rectificando cada uno de los puntos de De Velasco había ennumerado en sus 30 minutos de discurso, hasta el punto que el de la formación magenta se sintió «halagado» por la atención recibida cuando llegó su contrarréplica, aunque cambió de opinión cuando González le sacó los colores por la sospechosa denuncia de compra de apoyos en Brunete.
Con los ánimos ya exaltados, llegó el turno de Gregorio Gordo, portavoz de Izquierda Unida, que desde el primer momento marcó el tono de su discurso pidiendo el apoyo para el pueblo palestino. Entre críticas recurrentes a la política económica, al fracaso de Eurovegas y a la candidatura olímpica de la capital –aunque fuese una decisión municipal– y el rechazo a los indicadores positivos, algunas propuestas como el impulso a las inversiones públicas y al desarrollo industrial, Gordo se descolgó de vez en cuando con comentarios decimonónicos sobre la lucha de clases o Franco. Sin embargo, el presidente no se dejó arredrar y lanzó una batería de críticas a la gestión que Izquierda Unida hace en Andalucía donde gobierna en coalición con el PSOE, además de defender a capa y espada los datos que demuestran que Madrid está saliendo antes y mejor de la crisis que el resto de España. En el primer gran rifi-rafe de la jornada, el portavoz de IU espetó a González: «deje de mirar nuestros problemas y mire los suyos» y respondiendo casi a gritos a la insistente pregunta que el presidente de la Comunidad realizó a todos los portavoces sobre su propuesta para rechazar la consulta catalana, explicando que su grupo apoya el derecho a decidir pero no la segregación de Cataluña. Después de la contrarréplica de González, en la que rebatió todas las críticas sobre los datos de empleo y la Renta Mínima de Inserción vertidas por Gordo, y un breve receso de cinco minutos, llegó el turno del plato fuerte de la jornada: el portavoz socialista, Tomás Gómez, que realizó una de sus mejores oratorias pasadas las dos y media de la tarde. El líder del PSM comenzó sus palabras con una llamada de atención a los diputados sobre la desafección de la población con la política y recordando, en varias ocasiones, el peligro de los radicalismos –tanto populistas como nacionalistas que tienen su dinero en Suiza–. Pero pronto se lanzó a la carga contra el presidente regional, «que Aguirre dejó para que recogiese los papeles y apagase la luz», en un discurso tan electoralista como el que criticó a González en la primera jornada del debate. Gómez le buscó las cosquillas en todos los temas posibles y desgranó, de una manera más concisa y eficaz que sus compañeros de la oposición, sus propuestas en temas como la Educación, la Sanidad y la promoción de la industria.
Envolverse en la bandera
La réplica del presidente de la Comunidad fue fiera, hasta el punto de que comenzó a quedarse ronco, como le ocurrió al portavoz socialista en su segundo turno. González le devolvió los ataques con un tono cada vez más elevado, recordando los fiascos de la gestión de Franco –tuvo un «desliz» y se refirió al secretario general del PSM por su segundo apellido– al frente del Ayuntamiento de Parla, los problemas contables del PSOE de Madrid y los desastres de la era Zapatero, entre otros.
En respuesta, Gómez volvió a la carga y desafió al presidente regional afirmando que, si firmaba un decreto para acabar con los supuestos privilegios para las economías más adineradas de la Comunidad, al día siguiente acudiría con él ante el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para pedir más financiación para Madrid. También acusó a González de «envolverse en la bandera» por su propuesta sobre la unidad de España frente a la secesión catalanista, testigo que recogió «con mucho orgullo» el presidente. Por último, el portavoz popular, Íñigo Henríquez de Luna, recordó a los diputados que «algunos, al calor de las encuestas más o menos favorables, ya se sienten ganadores, pero ya sabemos los aficionados del Atlético que los partidos duran hasta el minuto 95, mientras tanto, vamos a dejar que se dejen seducir por los cantos de sirena de las encuestas, que ya sabemos cómo acaba el cuento». Con estás palabras concluyó la parte más activa del Debate, siete horas después de su comienzo, a falta de las votaciones que, tras dos horas de receso, concluyeron pasadas las 20:30 de la noche.
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