Infraestructuras

Centro, cementerio del patinete

Estos vehículos están siendo abandonados por los usuarios, muchos de ellos turistas, en el distrito. Ante las molestias y accidentes que causan, los vecinos exigen que se cumpla la normativa.

Los vehículos han experimentado un impulso en Madrid desde que el Ayuntamiento, en octubre del año pasado, concedió más de 8.000 autorizaciones para su alquiler. Foto: Alberto R. Roldán
Los vehículos han experimentado un impulso en Madrid desde que el Ayuntamiento, en octubre del año pasado, concedió más de 8.000 autorizaciones para su alquiler. Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Estos vehículos están siendo abandonados por los usuarios, muchos de ellos turistas, en el distrito. Ante las molestias y accidentes que causan, los vecinos exigen que se cumpla la normativa.

La libre circulación de los patinetes eléctricos pretendía ser una solución de movilidad para los habitantes de la capital. Sin embargo, las soluciones han llegado acompañadas de más problemas: según algunos residentes hay un exceso de estos vehículos abandonados por los usuarios en el distrito Centro que, va camino de convertirse en el «cementerio» del patinete.

En octubre del año pasado, el Ayuntamiento de Manuela Carmena, a través de la Ordenanza de Movilidad Sostenible, concedió 18 autorizaciones a empresas de alquiler de patinetes, identificados desde entonces como vehículos de movilidad urbana de tipo A y B. Así, se permitió el desplazamiento de 8.610, de los cuales 310 unidades estaban destinadas a Centro y el resto a los demás distritos. Los barrios con mayor número de patinetes fueron Hortaleza (765) y Moncloa-Aravaca (726), mientras que Moratalaz (124) y Chamberí (160) eran los que menos tenían.

Casi un año después, la incomodidad de los residentes es cada vez mayor porque no se estarían respetando las normas básicas de funcionamiento. Jordi Gordon, portavoz de la Asamblea Ciudadana Del Barrio de Universidad (Acibu), afirma que estos dispositivos se han convertido en un nuevo problema a añadir para los residentes del centro. «Estamos hartos de ver patinetes tirados en los espacios peatonales. No pedimos que los quiten, solo que las empresas se hagan cargo de mantenerlos en orden y que implementen una manera más efectiva de informar a los usuarios de cómo usarlo», explica a LA RAZÓN.

No en vano, el patinete es uno de los transportes con menos restricciones de todos los disponibles en alquiler. La edad permitida para circular por las vías y espacios públicos es de solo 15 años. Mientras, el uso de cascos se reserva a los menores de 16 años. Todos deben llevar timbre, sistemas de frenado, luces y elementos reflectantes.

Según estipula la normativa del Ayuntamiento, solo los patinetes «sin motor» pueden transitar por las aceras si circulan a una velocidad de cinco kilómetros por hora. También pueden transitar por carriles y pistas bici, por la calzada de calles integradas dentro de zonas 30 –dando prioridad al peatón– y por las calles en las que en todos sus carriles la velocidad máxima sea igual o inferior a 30 km.

Sin embargo, no hay quien controle el cumplimiento de estas normativas. Cada vez son más frecuentes la invasión de las aceras y los choques con los peatones, incluyendo a los minusválidos. Además, resulta complicado dar con los infractores, al no ser ellos los dueños de estos vehículos. De hecho, desde Acibu afirman que en una conversación entre este colectivo y el concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, el edil les aseguró que, según sus informes, el 60% de usuarios de patinetes son turistas. Paradójicamente, los que menos hacen uso de ellos son los residentes y son los más afectados.

Barato y rápido

Algunos turistas afirman que, en comparación con un taxi o un bus interurbano, el patinete les resulta más sencillo de usar. «Es un artículo novedoso, barato y facilita la forma de llegar a los lugares más conocidos como el Parque del Retiro, el Templo Debod o el Museo del Prado», explica un visitante. Pero también es cierto que la mayoría de visitantes no conoce las reglas de circulación: a través de las app, lo primero que ven es donde encontrar un patinete cercano y, después, la forma de pago. «En el momento de alquilarlo no especifica por donde se tiene permitido ir», afirma. Por último, cuando la batería se agota no saben si hay un lugar de aparcamiento determinado.

Para Gordon, la responsabilidad recae sobre el Ayuntamiento y las compañías con autorización de circulación. «Las empresas que se benefician con los ingresos deberían invertir en el lugar donde se lucran para que tanto ellos como nosotros convivamos», asegura. Mientras, el Ayuntamiento, continúa, debería hacer cumplir a las empresas los compromisos adquiridos.

Lo que está claro es que el paisaje de un Madrid con patinetes nos va a seguir acompañando. Actualmente aún hay más «micro distribuidoras» que tienen interés en ingresar en este negocio. El Ayuntamiento está estudiando otras tres solicitudes que añadirían a nuestra ciudad 3.000 unidades más.

Sin embargo, los patinetes también cuentan con apoyos. Y es que el permiso para su uso no se limita solo al centro. Muchos vecinos de Arganzuela, Retiro, Latina, Vallecas, Ciudad Lineal, Barajas, etc, coinciden en que no cuentan con suficientes y piden que haya una mayor disponibilidad Sin embargo, la situación de estos es variada.

Un negocio en expansión

Del mismo modo, es una de las pocas soluciones a la movilidad apoyada al cien por cien por las asociaciones de defensa del medio ambiente, que la ven como un recurso sencillo y efectivo ante los problemas de contaminación y de transporte. Estos factores han sido suficientes para que los patinetes eléctricos hayan ganado espacio a largo plazo en las grandes ciudades

Javier Sirvent, conocido como «technology evangelist» y uno de los mayor expertos del negocio tecnológico en España, considera que los Vehículos de Movilidad Urbana (VMU) están en plena fase de despegue. «Invertir en este área supone un éxito: proporciona soluciones rápidas ante una gran problemática, en este caso el transporte». Sirvent asegura que en la era en la que vivimos, «todo se quiere y se puede solucionar con tecnología. Y la movilidad no es la excepción».

En el caso específico de Madrid existe además el problema de la contaminación, que ha motivado además la reciente denuncia por parte de la Comisión Europea. Después de restringir la circulación de vehículos en la ciudad con la ordenanza de Madrid Central, la anterior corporación municipal entendió que los patinetes podrían suponer una alternativa para el desplazamiento. «Invertir en el mundo de los patinetes es totalmente rentable en Madrid», concluye el experto.