Transporte por carretera
Del pulmón verde...a la zona cero de la contaminación
Todos los madrileños, excepto los 80.000 que viven en la Cuenca del Río Alberche, han respirado gases tóxicos este año.
Todo apunta a que está usted respirando un aire perjudicial para su salud. En este mismo instante, mientras lee este reportaje. Eso, o entonces es uno de los 80.000 afortunados que, a pesar de saberse cercado por el frenesí de la vida urbana, vive sin mayor perturbación que el rumor del agua del Alberche, en las tierras rurales del suroeste de Madrid. Y es que, no hay otro punto en toda la Comunidad donde una bocanada de aire fresco sepa a eso, a aire fresco; sólo en la Cuenca del Alberche el aire es puro.
Así ha quedado constatado en el último informe elaborado por Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en España, un documento que, un año más, alerta de lo mismo: todos los madrileños están condenados a respirar gases tóxicos. Bueno, casi todos, porque atendiendo a los parámetros de la normativa vigente, una pequeña parte de la población de la Comunidad de Madrid –poco más de un 1 por ciento– puede gritar a todo pulmón que vive en el único rincón de la región donde la brisa corre como hace décadas, sin contaminación, al menos así ha sido en todo este año. La pregunta ahora es: ¿cuál es su secreto?
Para la redacción de «La contaminación por ozono en el Estado español durante 2016» –así se llama el informe–, se han recopilado los datos registrados por las 37 estaciones de control de contaminación atmosférica instaladas a lo largo y ancho de la Comunidad, desde el día 1 de enero de 2016 hasta el pasado sábado 15 de octubre. Así, atendiendo a la norma vigente –que establece que, para la protección de nuestra salud, no deben superarse los 120 microgramos de ozono por metro cúbico de aire en periodos de ocho horas en más de 25 días al año–, podemos afirmar que, en lo que va de 2016, sólo la Cuenca del Alberche puede presumir de salir airosa del test de calidad del aire de Ecologistas en Acción.
«La razón, por supuesto, es que ésta es una zona muy natural», apuntan fuentes del Área Medioambiental del Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias, uno de los municipios más poblados de esta zona; con razón, la práctica totalidad del territorio en cuestión está declarada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Igualmente, desde el Centro de Educación Ambiental «El Águila», en Chapinería, atribuyen los méritos a la «riqueza medioambiental» de la Cuenca del Alberche, donde los ecosistemas se entremezclan dibujando un paisaje verde único con encinas, pinos, robles y castaños que comparten atmósfera con la ribera, la fauna y, también, con los 80.000 habitantes de la comarca.
Sin embargo, Javier Bárcenas, miembro de Ecologistas en Acción que ha participado activamente en la confección del citado informe, advierte: la Cuenca del Alberche puede atribuirse este logro «por poco», pues sólo responde a unos vientos dominantes que, fruto del azar, este año han beneficiado a estos vecinos enviando el ozono a otras localizaciones de la periferia. Y lo mismo piensa Daniel Santos, investigador de la Universidad Complutense, que recuerda: «El que contamina no es siempre el que sufre la contaminación».
De hecho, los peores registros se han obtenido en las estaciones de El Atazar, Orusco de Tajuña, Mahadahonda y Guadalix de la Sierra, todas fuera de la metrópoli, donde realmente se genera este gas. Según destaca el mismo informe, en ocho de las catorce estaciones que registran ozono troposférico de la capital se han producido más de 75 superaciones, lo que supone además la media de las superaciones registradas por todas las estaciones. Asimismo, en siete de estas estaciones (Ensanche de Vallecas, Barajas Pueblo, Juan Carlos I, El Pardo, Tres Olivos, Casa de Campo y Farolillo) se han producido superaciones por encima del nivel de información a la población en 35 ocasiones, siendo Tres Olivos y Juan Carlos I donde más ha ocurrido con 12 superaciones cada una en lo que va de año.
Curiosamente, estas dos estaciones, junto con la de El Pardo y la de Casa de Campo situadas todas en zonas despejadas de tráfico, son las que menos acumulaciones de dióxido de nitrógeno (N02) han registrado en 2016, que es el contaminante que más complicaciones trae y sobre cuyos niveles está establecido el protocolo de calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid. Y es que en la capital las superaciones de N02 obligan a reducir la velocidad e, incluso, cortar al tráfico en la almendra central.
De hecho, es desde ahora y en los primeros meses del invierno cuando se producen las mayores superaciones de dióxido de nitrógeno, pero varias estaciones de la capital ya han acumulado superaciones por encima del umbral anual que permite la Unión Europea y está en 40 microgramos por metro cúbico de media. Así, Plaza de España, Escuelas Aguirre, Fernández Ladreda y Plaza del Carmen, ya registran medias de 41, 53, 51 y 44 microgramos por metro cúbico de N02 a estas alturas de 2016, mientras que tanto Ramón y Cajal como Plaza de Castilla ya se encuentran en el límite de 40 mgr/m3 y Urbanización Embajada está en 39.
De estas estaciones, la de Ramón y Cajal ha sido en la que durante más horas se han superado los niveles de alerta del protocolo de Calidad del Aire –180 microgramos por metro cúbico–, llegando a las 14 hasta el mes de septiembre. Le sigue la estación de Fernández Ladreda con 12 horas de superación de este nivel, la de Escuelas Aguirre con 11 horas por encima de los 180 mgr/m3 y la de Barrio del Pilar, que aún tiene 35 mgr/m3 de media anual, pero 10 horas de superaciones.
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