Inseguridad ciudadana
Detenidos in fraganti tres «obreros» en San Blas
Jugó en su contra el hecho de ser conocidos delincuentes, sino, es probable que los agentes del Grupo de Policía Judicial de San Blas-Vicálvaro que les reconocieron hubieran pasado de largo. Eran las 4:25 horas de la madrugada del lunes de la semana pasada y Roberto y Óscar estaban hablando por el móvil parados en la calle Capri. Cuando se percataron de que los agentes se acercaban hacia ellos comenzaron a caminar. En realidad estaban haciendo las labores de vigilancia de un delito que se estaba perpetrando a escasos metros y dejaron a su compañero tirado. Cuando los policías se bajaron del vehículo para identificarlos y preguntarles los motivos de su presencia allí, vieron a otro individuo salía de un local vacío anexo a una pizzería, en el número 11 de la calle Aquitania. Era el «obrero» encargado de picar la pared y logró zafarse por unos instantes de los agentes. Al igual que sus compinches, cuando se dio cuenta de que había dos policías también apretó el paso y trató de esconderse detrás de un muro. Sus compañeros ya habían desaparecido. Al tiempo que se encontró al individuo que estaba escondido –se trata de Agustín López Rayo– se comprobó que el local del que había salido tenía la cerradura de la puerta arrancada. En la pared que daba a la pizzaría Anticapizza ya había hecho un butrón de medio metro de diámetro y tirado en el suelo la herramienta: una punta de martillo neumático de 49 centímetros y unos guantes, según fuentes policiales.
En la requisa del local los agentes comprobaron que habían intentado forzar la caja fuerte y encontraron un pico de obra con la empuñadura rota. La caja no la llegaron a abrir así que trataron de arrancarla para proceder a su apertura en otro lugar más tranquilo.
Los agentes que encontraron a Agustín, procedieron a su detención. Era el único del grupo criminal que no tenía antecedentes, por lo que el pasado lunes estrenó ficha policial. Pocos minutos antes, sobre las 3:45 una patrulla que pasaba por la zona ya había identificado a dos de los autores del butrón: a Agustín y a otro individuo que iba con él. Se trataba de Roberto Redondo y era, precisamente, uno de los que vigilaban en el exterior y que se fue cuando vio a la Policía.
Además, en las inmediaciones del local había un vehículo que llamó la atención de los agentes y que tenía los cristales tintados: un Citroën Xsara que no tenía los asientos de la parte posterior. A través de la placa comprobaron que pertenecía a Óscar Baena y era, precisamente, el tercero en discordia. Ante la posibilidad de que pudieran pasar a recogerlo se estableció un dispositivo de vigilancia en la zona. Pero los autores y, más concretamente, el propietario del vehículo (Óscar) es un conocido delincuente (cuenta con siete reseñas, la última por robo con fuerza el pasado mes de marzo), por lo que no iba a caer en esa trampa y, por supuesto, no apareció por allí. Así, los agentes se llevaron el vehículo a la comisaría de San Blas y se requirió a su propietario. Óscar no tuvo más remedio que acudir y lo hizo con un abogado. Fue detenido en ese momento. Lo mismo ocurrió con Roberto, que se presentó al requerimiento policial en San Blas y allí fue arrestado por su presunta participación en el robo con fuerza de la pizzería. Él cuenta con cinco reseñas, la última también por robo con fuerza el pasado mes de octubre.