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El carsharing baja a los madrileños del autobús

Por primera vez los usuarios eligen el coche, moto, bici o patinete de alquiler por minutos en lugar del metro o el autobús para moverse por la ciudad. En el último año, los tiempos de espera y la regularidad media de las líneas de la EMT se han desplomado.

El 47% de los madrileños eligen como medio de transporte favorito el carsharing frente a un 20% que prefiere el metro y un 16% que elige el autobús
El 47% de los madrileños eligen como medio de transporte favorito el carsharing frente a un 20% que prefiere el metro y un 16% que elige el autobúslarazon

Por primera vez los usuarios eligen el coche, moto, bici o patinete de alquiler por minutos en lugar del metro o el autobús para moverse por la ciudad. En el último año, los tiempos de espera y la regularidad media de las líneas de la EMT se han desplomado.

Coches grandes y pequeños, con y sin conductor. Motos de pequeña potencia y que permiten circular por la M-30. Bicicletas con y sin motor. Y ahora, patinetes eléctricos. En apenas tres años en la capital se han multiplicado las opciones de movilidad compartida como alternativa no sólo al vehículo privado sino al transporte público tradicional. La simplicidad de sus sistemas de alquiler así como la disponibilidad han conquistado a los madrileños que, por primera vez eligen el «carsharing» como opción favorita para trasladarse por la ciudad por primera vez por delante del Metro y del autobús. A la pregunta de ¿cómo puedo ir de un punto a otro de la ciudad de la manera más rápida y barata? la respuesta en el 47 por ciento de los casos es la movilidad compartida frente a un 20 por ciento que prefiere el metro y un 16 por ciento que se inclina por utilizar más el autobús.

Así lo ha constatado un estudio del Centro de Demoscopia de Movilidad, en el que han participado la consultora Pons Seguridad Vial y la plataforma de carsharing Wible Así, el 94 por ciento de los 3.000 madrileños encuestados asegura conocer los servicios de carsharing e incluso un 53 por ciento los ha utilizado de manera habitual durante el último año y medio, aunque también es cierto que un 80 por ciento no lo utiliza de forma recurrente para ir al trabajo o a su centro de estudios.

«La movilidad personal tiene que ver con que sea eficiente porque el ciudadano lo que quiere es llegar a su destino en el menor tiempo posible y de la forma más cómoda», explica Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial.

«De ahí que el carsharing empiece a ser imbatible porque en estos momentos es difícil encontrar una solución más personalísima a la movilidad: pagas por lo que usas, mientras que el transporte público es más rígido. Otro debate es si es posible que podamos tener 3.000 motos aparcadas en las aceras», añade. En estos momentos, el 50% de los encuestados utiliza su coche particular para desplazarse a diario por la ciudad pero el 58% de los madrileños estaría dispuesto a vender su coche si tuvieses garantizado un sistema de movilidad efectivo.

Y es que no sólo el atractivo de los coches, motos, bicis y patinetes de alquiler ha hecho que los madrileños lo tomen como su medio de transporte preferido. Los problemas que arrastra Metro y, especialmente la Empresa Municipal de Transportes, han alejado a los usuarios del transporte público regular. No son solo las obras. El pasado septiembre el consistorio madrileño presumía de un incremento de viajeros del 2,32% que, según aseguraron desde el grupo municipal del PP, suma los servicios especiales de eventos como el MadCool o las líneas para sustituir los cortes del suburbano.

Según los datos de la propia EMT el pasado agosto los autobuses de la compañía arrastraban una pérdida anual de más de dos millones de viajeros respecto a 2017, lo que supone casi un 5 por ciento de viajeros. Además, también según datos del Informe Comparativo de la Regularidad Media de las Líneas EMT, tanto el tiempo de espera en parada como la regularidad media se han desplomado entre septiembre de 2018 y el mismo mes de 2017. Con un incremento de los tiempos de espera y un empeoramiento en la regularidad del 0,12% (sumando los servicios especiales), los autobuses madrileños pierden la batalla de la movilidad.

«Tan sólo hay que remitirse a los datos oficiales de la Empresa Municipal de Transportes para ver cómo los madrileños han dejado de confiar en ella. Esto se debe a cuestiones fundamentales como la demora y los retrasos que se están produciendo en general en prácticamente todas las líneas y con retrasos de hasta 24 minutos en algunas de ellas con lo que la velocidad comercial de le EMT disminuye día a día», denuncia el concejal popular, Álvaro González, que califica la política de movilidad de Carmena de «un fracaso tras otro».

En concreto, casi un centenar de las 179 líneas a las que se refiere el informe de regularidad de la EMT han sufrido empeoramientos en la regularidad media el pasado mes de septiembre respecto a 2017, con descensos de hasta un 24,50% en la media en el caso de la línea M2, lo que supone que es regular tan sólo en un 61,67%, frente a una regularidad del 81,68%. Pese a que en 82 líneas sí se ha mejorado este aspecto, en el resto hay empeoramientos que en ocho líneas superan el 10% de pérdida de regularidad, como es el caso de la línea 1 (-12,67%), la línea 3 (-17,20%), la línea 46
(-11,32%), la línea 51 (-10,33%), la línea 144 (-10,13%), la línea 126
(-10,22%), la línea 148 (-11,67%) y la mencionada M2.

Lo mismo sucede con los tiempos de espera, que tan sólo se han reducido en 54 líneas, frente a casi 120 que han empeorado hasta llegar a tener tiempos de espera que duplican ampliamente la media de 12, 3 minutos. Es el caso de las líneas 33 (para la cual hay que esperar 19 minutos), 108 y 109 (con un tiempo de espera de 21,3 y 21,5 minutos respectivamente), 160 (19,1 minutos de espera frente a los 17,2 que tenía de media el septiembre pasado), 215 (que ha mejorado pasando de 36 minutos de espera a 31), 247 (26,1 minutos), y la funesta M2 (que ha empeorado también su tiempo de espera de 18, a 25,5 minutos).