Ciencias humanas

Etxeberría: no vamos a encontrar a Cervantes con su nombre puesto en un ataúd

El investigador Luis Avial durante la presentación del informe con los resultados de la prospección con georradar que se llevó a cabo a finales de abril en al iglesia de las Trinitarias
El investigador Luis Avial durante la presentación del informe con los resultados de la prospección con georradar que se llevó a cabo a finales de abril en al iglesia de las Trinitariaslarazon

El forense Francisco Etxeberría, que dirigirá la búsqueda de los restos de Cervantes en la iglesia conventual de las Trinitarias de Madrid, advierte de que se enfrenta a una tarea muy difícil, que puede acabar con un resultado negativo: "No vamos a encontrar a Cervantes con su nombre puesto en un ataúd".En una entrevista con EFE, el forense repasa los próximos pasos de esta segunda fase de la investigación, que consistirá en recuperar los restos óseos para después analizarlos y cotejar si alguno de ellos se corresponden con los del escritor.

La investigación comenzará por la cripta de la iglesia, donde se han localizado unos 30 nichos, porque es un lugar de fácil acceso y de gran tamaño en el que se puede trabajar como en un laboratorio.

"Es lo más fácil, lo más cómodo y lo más lógico, suponiendo que, si alguna vez se han movido los restos -en alguna de las modificaciones que ha sufrido la iglesia-, casi seguro que se han ido a depositar en la cripta", explica.

El georradar ha encontrado tres puntos ubicados en la nave de la iglesia que podrían corresponderse con enterramientos de familias, un hallazgo interesante, si se tiene en cuenta que Catalina Salazar, esposa del genio universal, fue enterrada con él, unos huecos sobre los que el investigador apunta: "No sabemos si en su interior quedan restos que están intactos o si se han llevado a otro lugar".

También es una "incógnita"para el forense cómo se encontrarán los restos óseos, porque, dice, "tan factible es que estén muy disgregados, lo cual a veces imposibilita el estudio antropológico, como que se encuentren bien y aparezcan incluso las ropas y los sudarios con que fueron enterrados", explica.

Francisco Etxeberría apunta el clima y la humedad como factores determinantes para la conservación. "Pero hay muchos más, como por ejemplo que se hubiese utilizado cal para los enterramientos, algo que era habitual por motivos higiénicos".

El también profesor en la Universidad del País Vasco sostiene que, si los restos están bien conservados, podrían identificarse características de Cervantes como que "tenía la boca muy despareja, artrosis en la columna vertebral, lesiones en su mano izquierda y heridas en el pecho". "Esos estigmas traumáticos los solemos localizar, aunque haya pasado mucho tiempo", señala.

El padre de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha"fue enterrado además con un hábito de la orden terciaria -"muy modesto y con un cordón en la cintura", dice a Efe- y sin objetos personales, adornos ni tampoco mucho lujo.

Tampoco es seguro que de la materia osteológica que se encuentre pueda extraerse el ADN, que "no será la clave de la investigación", entre otras cosas porque "el árbol genealógico de Cervantes acaba prácticamente con él". Y añade el profesor: "Si un día lo hacemos, es simplemente por tener un perfil genético que se quedaría en una base de datos, no porque vayamos a hacer comparaciones".

Etxeberría valora "el interés social"que ha despertado la búsqueda de Cervantes desde el punto de vista cultural y por ello remarca que el valor del proyecto es, simplemente, intentar que salga adelante. "Se está haciendo lo que humanamente es posible con los medios que tenemos y veremos hasta dónde se puede llegar".

Y además confía en que no habrá trabas para continuar ni por parte de la Administración ni por parte de las monjas de clausura, que en un primer momento se mostraron reticentes a que se iniciase la búsqueda del escritor. "Les hemos enseñado el 'power point' en un clima de cordialidad, y las he visto receptivas, aunque ellas tienen que decidir en comunidad", explica a Efe.

Independientemente de que se resuelva la incógnita, el profesor Etxeberría, que ha participado en el estudio de las fosas comunes de la Guerra Civil, en el caso Bretón o en el análisis de los restos de Salvador Allende, se muestra emocionado por su participación en el proyecto, por la combinación entre ciencia y cultura.

"Me produce mucha satisfacción, porque muchas veces parece que la ciencia sólo está en el laboratorio cuando en realidad hay muchos descubrimientos de los científicos que tienen mucha trascendencia en la sociedad, y eso es algo que tenemos que saber trasladar", reivindica en la entrevista con Efe.