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Garzón enseña la salida a los rebeldes

La Razón
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No es la primera vez que el candidato a coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, amenaza con «purgas» una vez que se haga con el poder. A finales de año, «invitaba» a irse de la formación a quienes no apoyasen su plan y consideraba que no puede haber «dos direcciones» en un partido que siempre se ha caracterizado por la multitud de facciones que lo componen. Esta vez su dedo acusador señala la puerta a los rebeldes que esta semana votaron en contra de que los portavoces de la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid, Gregorio Gordo y Ángel Pérez respectivamente, cesen de sus cargos por su supuesta implicación en el escándalo de las «tarjetas black» de Caja Madrid y Bankia. Considera el diputado regional que «quienes votaron en IUCM contra la dimisión de Ángel Pérez y Gordo reclamada por la dirección federal se están situando fuera de la organización». Este conflicto es el último exponente del enfrentamiento entre la corriente renovadora de Garzón, en la que también está Tania Sánchez, y la directiva regional, que interpreta de otra forma la más que confusa resolución del pasado noviembre en la que la presidencia de IU federal consideraba por un lado que «corresponde a la organización de IU-CM actuar y adoptar de manera urgente las medidas necesarias para que la acción política e institucional de IU quede claramente situada en los límites y términos de la ética política y la transparencia» y por el otro señalaba que «IU-CM debe recoger y reconocer la puesta a disposición de su portavocía del compañero Gregorio Gordo en la Asamblea de Madrid» y «debe dirigirse al grupo municipal del Ayuntamiento de Madrid» al objeto de que su portavocía quede también a disposición de la organización. Lo que para los «rebeldes» supone que la última palabra es la de IUCM.