La Iglesia y Colegio de Nuestra Señora de la Paz, de interés patrimonial

La Consejería de Cultura, Turismo y Deportes inició el pasado martes 9 de julio los pasos para declarar al complejo de la iglesia y colegio de Nuestra Señora de La Paz y al antiguo asilo de San José –actual residencia de mayores La Paz– de estilos neomudéjar y neogótico, y situados en la esquina de la calle O’Donnell con Doctor Esquerdo, como Bien de Interés Patrimonial.

La resolución de la Dirección General de Patrimonio Cultural, a la que pudo acceder LA RAZÓN, consideró las instalaciones como un ejemplo de emplazamiento arquitectónico con carácter «benéfico y asistencial de finales del siglo XIX y principios del XX», emplazado en el contexto de la restauración borbónica, entre la etapa final de la regencia de la reina María Cristina de Habsburgo y el comienzo del reinado de Alfonso XIII. El complejo tiene su origen en la Inclusa y en el Colegio de la Paz, dos conocidas instituciones benéficas madrileñas que se dedicaron durante siglos a la recogida, cuidado, manutención y educación de niños que eran recién nacidos y abandonados.

A partir de la fecha de publicación de la resolución, existe un mes durante el cual se podrán presentar dudas o alegaciones sobre algún punto de la declaración. Igualmente, la Consejería solicitará un informe a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y al Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, que de no ser emitido en el mes siguiente, se entenderá en sentido favorable a la declaración.

Del complejo solo se conservan la iglesia, el pabellón principal anexo a ella, parte del asilo y un pabellón exento situado al sur. El Colegio y el Asilo fueron proyectados en 1903 por el arquitecto Luis Argenty Herrera, y la Iglesia de Nuestra Señora de La Paz en 1905 por el arquitecto Joaquín Kramer Arnáiz. Sin embargo, fue entre el año 2002 y 2004 cuando se derribó la mayor parte del Asilo de San José y del Colegio de la Paz. Por su parte, el edificio principal del asilo, conservado hasta hoy en día, se remodeló en 1989, que es cuando pasó a utilizarse como residencia de ancianos.

Las edificaciones originales ocupaban dos manzanas en el Ensanche previsto para Madrid en 1860 por el «Plan Castro», entre las calles de O’Donnell al norte, Doctor Esquerdo al este, Doctor Castelo al sur y la calle Máiquez al oeste.

En concreto, esas instalaciones, que se completarían en 1934, formaban parte de una agrupación de dotaciones para la infancia que englobaban el asilo, el colegio, una inclusa, pabellones externos y hasta un hospital infantil y de maternidad, donde ahora se sitúa el Hospital Materno Infantil del Gregorio Marañón. Destacaban estas dotaciones por su innovación en avances médicos y por la variedad de instalaciones, como vaquerías, talleres o una fábrica de chocolates, entre otras.