Presupuestos autonómicos
Las bajas salvan a Cifuentes...
El efímero regreso de González-Moñux e Isabel Redondo logró que no prosperasen las enmiendas a la totalidad de la oposición a las cuentas de 2017.
El efímero regreso de González-Moñux e Isabel Redondo logró que no prosperasen las enmiendas a la totalidad de la oposición a las cuentas de 2017.
In extremis. Así ha salvado la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, el primer paso para la aprobación de su proyecto de Presupuestos para 2017. Finalmente, las dos diputadas del PP de baja médica –Isabel Redondo y Elena González-Moñux– acudieron para votar en contra de las dos enmiendas a las cuentas regionales presentadas por los grupos parlamentarios del PSOE y Podemos que, de haber prosperado, hubieran provocado un caso inédito en Madrid: que el proyecto de presupuestos hubiera vuelto al Gobierno regional obligándole a redactar una nueva propuesta.
Debido al frágil equilibrio de fuerzas en la Asamblea de Madrid, donde sólo un diputado marca la mayoría entre la suma de PP+Cs y la de PSOE+Podemos, era fundamental la presencia de al menos una de las diputadas populares para rechazar las enmiendas a los presupuestos.
La presencia de una de ellas permitiría, al menos, el empate y en este caso la presidenta de la Cámara madrileña repite dos veces más la votación y, si persisten las tablas, la enmienda decae. Esto le daba ayer al PP la posibilidad de que, aunque no se presentase más que una de las diputadas, se lograsen salvar las cuentas. No obstante, los nervios ayer se palpaban en todas las bancadas. A primera hora de la mañana, el portavoz del grupo parlamentario del PP, Enrique Ossorio, explicó que había hablado con Redondo y le había asegurado que acudía «pase lo que pase». Ossorio confiaba en que también lo hiciese González-Moñux, cuya baja, según la diputada, está relacionada con un presunto caso de acoso protagonizado, según Moñux, por Ossorio. Aunque desde el PP se decía ayer que aparecería porque «alguien del grupo ha hablado con ella», la incertidumbre era evidente.
El Pleno empezó a las 10:00 y no fue hasta la una de la tarde cuando apareció la diputada Isabel Redondo que, aunque aún se está recuperando del postoperatorio de una intervención de hace unos meses, llegó al hemiciclo vallecano ayudada porque «era una votación importante». «Hubiera agradecido a los grupos de la oposición que hubieran facilitado el trámite del voto telemático porque, evidentemente, para mí ha sido un poco angustioso», señaló. Y es que pese a que el PP pidió a la Junta de Portavoces que se tomase en consideración antes la cuestión del voto telemático que se tramita junto a la modificación del reglamento de la Asamblea, finalmente fue rechazado.
Pero las bajas no sólo afectaban al PP. De hecho, ayer, según iba avanzando la mañana y se iban incorporando los diputados «ausentes», la balanza caía para un lado u otro del hemiciclo. En el grupo de Podemos, la portavoz del grupo, Lorena Ruiz-Huerta, apareció después de varios días de reposo debido a un problema de estrés. Ruiz-Huerta se incorporó a primera hora para defender la enmienda a la totalidad presentada por su grupo, que se negó a condenar el ataque de las CUP a la sede del PP de Barcelona. A esa hora, sin Moñux y Redondo, la balanza se hubiera inclinado a favor de la bancada de izquierdas si no fuera porque el diputado del PSOE, Daniel Viondi, portavoz de la comisión de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, también causo baja, según dijo su grupo, «por una incidencia familiar».
Con Redondo en el hemiciclo y a falta de saber si Viondi llegaría a la votación, los populares ya respiraban tranquilos puesto que al menos tenían el empate garantizado. Hasta el último minuto no se supo si González-Moñux aparecería en la Asamblea de Madrid. A las tres y diez de la tarde y a dos minutos de que terminase su turno de intervención la consejera de Economía, Empleo y Hacienda, Engracia Hidalgo, la diputada irrumpió en el hemiciclo directamente desde los ascensores, acompañada por el portavoz del Gobierno y consejero de Presidencia y Justicia, Ángel Garrido, que estuvo muy cerca de ella desde que entró en el hemiciclo vallecano.
Llegó, votó en contra de las dos enmiendas de PSOE y Podemos, que fueron rechazadas por un total de 65 votos en contra, frente a 63 a favor. La presidenta de la Asamblea de Madrid, Paloma Adrados, se encargó de subrayar el número de diputados presentes en cada grupo: 17 de Ciudadanos, 27 de Podemos, 37 del PSOE y 48 del PP, dejando en evidencia que, al final, la única baja que no se incorporó fue la del diputado socialista. Tras el recuento, Moñux salió tan rápido como había entrado; de nuevo, acompañada de Garrido. En su rostro se reflejaba la tensión vivida por el trámite y a las preguntas de la Prensa de cómo se encontraba, la diputada comenzó a sollozar. Tras acompañar hasta el aparcamiento a Moñux, el portavoz del Gobierno regional no hacer declaraciones. Por su parte, fue Enrique Ossorio quien se ocupó de Isabel Redondo y la acompañó tranquilamente a la salida de la Asamblea, entre los abrazos y deseos de restablecimiento de diputados de todas las formaciones políticas.
González-Moñux está de baja médica desde el pasado mes de octubre tras denunciar, primero en los medios de comunicación y después ante los tribunales, al portavoz de su grupo por un supuesto caso de acoso laboral. Ossorio, por su parte, presentó una denuncia por injurias ante esta acusación. No fue hasta el Congreso nacional del PP que ambos fueron persuadidos para enterrar el hacha de guerra. Se inadmitió la querella de la diputada en primera instancia y prosperó la del portavoz, que finalmente ha desistido de continuar el proceso judicial. Entonces, González-Moñux afirmó que trataría de estar bien para poder participar en las votaciones fundamentales para el Gobierno regional, como era ayer el caso de las enmiendas a la totalidad del presupuesto de 2017 y como serán los próximos días 4 y 5 de mayo, cuando se votarán las enmiendas parciales.
Al respecto se pronunció la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, que recriminó al portavoz socialista –que cuestionó la «sostenibilidad» de las cuentas– que lo que no es «sostenible es que tenga que venir dos diputadas de baja a votar esta enmienda» por la negativa de su grupo a facilitar el voto telemático de los representantes públicos en caso de enfermedad o embarazo.
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