Contaminación en Madrid

Las restricciones trasladan la polución a la periferia

La prohibición de aparcar en el centro a los no residentes hizo que ayer la polución bajara en el interior de la M-30. Los coches se quedan hoy en el extrarradio, donde ayer se registraron los picos de NO2.

Carmena cerró al tráfico la Gran Vía el pasado 2 de diciembre provocando enormes atascos en las entradas
Carmena cerró al tráfico la Gran Vía el pasado 2 de diciembre provocando enormes atascos en las entradaslarazon

La prohibición de aparcar en el centro a los no residentes hizo que ayer la polución bajara en el interior de la M-30. Los coches se quedan hoy en el extrarradio, donde ayer se registraron los picos de NO2.

El último episodio de contaminación registrado en Madrid ha revelado el gran fallo del protocolo anticontaminación que aprobó la alcaldesa, Manuela Carmena, el pasado febrero. Las medidas restrictivas con la velocidad, el aparcamiento y la circulación en la almendra central han logrado el objetivo que buscaba el equipo de Gobierno de Ahora Madrid y, tras dos días de altos índices de dióxido de nitrógeno registrados en las estaciones del centro de la capital, en la tercera jornada se redujeron mucho los registros a última hora de la tarde. Sin embargo, a las 20:00 horas saltaron de nuevo picos de polución por encima de los 200 mg/m3 de NO2 –nivel de aviso– en dos estaciones, en los distritos exteriores a la vía de circunvalación M-30. Es decir, la contaminación se desplazó del centro hasta fuera de la ciudad.

De hecho, pese a los picos que las estaciones de medición del suroeste marcaban en registros similares a los del centro en días anteriores, en el perímetro interior de la M-30 las subidas que siempre se producen al caer la noche fueron mucho menores que en los días anteriores. A pesar de ello, el protocolo de Calidad del Aire que la alcaldesa de Madrid modificó llegará hoy a un nivel o escenario inédito.

Si el Gobierno de Ahora Madrid se hubiera parado un poquito a analizar la contaminación de ayer, se hubiera dado cuenta de que los niveles de dióxido de nitrógeno estaban ya muy por debajo del nivel de preaviso en prácticamente todas las estaciones –salvo Villaverde, Fernández Ladreda y Méndez Álvaro–, una cifra que queda muy lejos de la registrada el pasado martes, cuando había once estaciones por encima de 200 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno a las 20:00 horas.

Desde final de tarde el Ayuntamiento pudo comprobar que los niveles de contaminación habían bajado considerablemente respecto a lo registrado días anteriores. Sin embargo, el Gobierno de Carmena decidió mantener la prohibición atendiendo a los niveles que se habían producido dos días antes y sin tener en cuenta que, según los indicadores de ayer, la polución se estaba desplazando fuera de la M-30, donde hay libertad de circulación. Esto provoca la siguiente paradoja: en el centro de Madrid, donde ya ha bajado la contaminación, hoy no habrá coches ni aparcados ni apenas circulando, puesto que las matrículas pares están vetadas; mientras que en los distritos del exterior de la M-30, donde ayer hubo picos de dióxido de nitrógeno, se podrá circular y aparcar con total libertad.

Si algo ha demostrado además esta última crisis de alta contaminación en Madrid es que las medidas que ha puesto en marcha Manuela Carmena durante las últimas semanas han servido de poco o han provocado incluso un efecto rebote. Así se ve en estaciones como la de Plaza de España que en esta última crisis de contaminación ha registrado los nieveles más altos de la ciudad a pesar de que esta estación está junto a la Gran Vía, calle que Carmena ha cerrado al tráfico privado durante la Navidad, precisamente en aras de la salud de los madrileños. Esta plaza es uno de los puntos, junto con Cibeles, en los que debido al cierre al tráfico de la Gran Vía se forman cada tarde enormes atascos de los vehículos que quieren acceder a la calle semipeatonalizada.