China

«Los españoles no damos la suficiente importancia a nuestro sueño»

Buena parte de la sociedad no le presta la atención necesaria y dedica poco dinero a los medios que facilitan el descanso.

Javier G. Pioz, María Fink y Alfonso del Saz. Sentados, Purificación Iniesta, Isabel Acero y Eva Luque
Javier G. Pioz, María Fink y Alfonso del Saz. Sentados, Purificación Iniesta, Isabel Acero y Eva Luquelarazon

Buena parte de la sociedad no le presta la atención necesaria y dedica poco dinero a los medios que facilitan el descanso.

Los españoles dormimos poco y mal. Así lo refleja un estudio elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que revela que en España dedicamos al descanso una media diaria de menos de siete horas. Además, el 71% de la sociedad tiene una mala calidad de sueño y una escasa percepción de su relevancia. Para analizar este problema que nos atañe, LA RAZÓN organizó un debate en el que participaron expertos en esta materia como Eva Luque, socia de Consulting WorkShop; Purificación Iniesta, miembro de Lienzo Decor; Isabel Acero, responsable de la tienda Pepe Peñalver; Lola Márquez, redactora de la revista «El Mueble», y María Fink, interiorista de Mint&Co. En la mesa redonda también estuvieron presentes Eduardo Javier Gómez Pioz, doctor arquitecto, fundador y director del Estudio Internacional de Arquitectura Pioz Architects y primer arquitecto europeo que recibe el premio «Golden Global Award» por su trayectoria profesional y por el desarrollo de la arquitectura biónica. Y Alfonso del Saz, director de The Bedding Company. El debate se celebró en el marco de la presentación en España del «Diamond Majesty», el colchón de lujo fabricado por la marca británica Vispring, la cual pertenece desde el año 2005 al grupo Flex.

¿Somos conscientes de los altos beneficios que proporciona a nuestra salud y a nuestro bienestar un sueño adecuado? La mayoría de los ponentes aseguraron con rotundidad que una buena parte de los españoles somos grandes desconocedores de la cultura del descanso. Por lo tanto, el problema radica en el escaso conocimiento que tenemos, el cual se suele corregir, según la socia de Consulting WorkShop, cuando se nos explica los productos existentes y empezamos a conocer las ventajas que nos aportan. «Lo importante es aprender a diferenciar entre un artículo malo y uno bueno», afirmó.

María Fink sostuvo que solemos poner el foco en la estética en detrimento de las propiedades béficas que aporta una buen cama, y aseguró que si no disfrutamos de un descanso nocturno de calidad, «es muy difícil tener un buen estado de salud». La ciencia ha demostrado que cuando dormimos logramos restaurar los tejidos de nuestro organismo, segregamos hormonas de crecimiento vitales para el desarrollo del cuerpo y recuperamos las energías perdidas a lo largo del día. Además, otras capacidades como la memoria, la relajación mental e, incluso, el humor también están relacionadas.

La almohada es otro de los elementos indispensables para el bienestar. Los españoles solemos darle más relevancia a disponer de una buena almohada que de un colchón de calidad porque probablemente hemos tenido malas experiencias en el pasado con cabezales defectuosos que nos han acarreado problemas cervicales o musculares. Purificación Iniesta comparó la gran cantidad de clientes que se quejan de la almohada cuando se hospedan en un hotel, con los que se dan por satisfechos con el colchón que dispone la habitación por muy baja calidad que éste tenga. Incluso existe un buen número de personas que llevan consigo su propia almohada allá donde vayan.

La responsable de la tienda Pepe Peñalver profundizó en esta línea al relatar la anécdota de que, en otra época de su trayectoria profesional, solamente un cliente, de origen estadounidense, le había dado la merecida importancia a las características que poseían los diferentes colchones. Y es que la mayoría de participantes en la mesa redonda señalaron que, fuera de nuestras fronteras, se tiene una mayor percepción de los beneficios que aportan un buen equipo completo de descanso nocturno. Debido a este desconocimiento generalizado, Lola Márquez señaló que a la hora de realizar el catálogo de la revista «El Mueble», «no incluimos el término colchón, sino que hablamos de camas bonitas en la que los incluimos para presentarlos mejor». Alfonso del Saz recordó que la filosofía de The Bedding Company es la de generar placer cada vez que el cliente se acueste en las camas que ofrece en su establecimiento. Asimismo, animó al resto de tiendas especializadas a apostar por explicar y enseñar el producto en lugar de darle tanta prioridad a cerrar una venta. En este sentido, la publicidad también juega un papel fundamental en la opinión pública. El cliente suele comprar artículos anunciados en televisión sin siquiera informarse de si poseen unas cualidades inferiores que otros menos anunciados, pero con mayor calidad.

Eduardo Javier Gómez Pioz comparó la cultura del descanso con una ciencia que conoce a la perfección: la arquitectura. El ganador del «Golden Global Award» afirmó que en su disciplina existe el mismo desconocimiento por parte del público que genera desinterés frente a un aspecto tan importante como es el diseño de nuestras casas y nuestras habitaciones. «Rara vez coinciden la posesión de unos elementos óptimos para un buen descanso con el adecuado diseño del cuarto donde van a estar ubicados», declaró. Para explicar la importancia que tiene esta afirmación, puso como ejemplo la decoración de los hospitales, que influyen sobremanera en la salud de los pacientes no sólo en su estado de ánimo, sino también ayudando a reducir la presión sanguínea y el ritmo cardíaco independientemente de que dispongan de una buena cama para descansar. De hecho, cada vez son más los centros hospitalarios que ponen su centro de atención en la decoración de las habitaciones y de los pasillos para que el enfermo se sienta lo más cómodo posible.

Por lo tanto, el diseño donde vamos a disfrutar de nuestro sueño y descanso es clave. Frente a este factor, Lola Márquez mostró su sorpresa al poner en evidencia la escasa demanda de decoradores que aporten una dosis de luz y de color a las viviendas. En esta materia también estamos muy alejados de otras culturas europeas que dedican más esfuerzo a decorar sus hogares, aunque en los últimos años hemos acortado ligeramente la distancia.

El auge de las camas XXL –las cuales pueden llegar a alcanzar dos metros de largo y dos metros de ancho– se está consolidando fuera de nuestras fronteras, pero está teniendo más dificultades para llegar a España porque nuestras casas no están preparadas para albergar esas dimensiones. Sin embargo, y al contrario de lo que piensa una parte de la sociedad, no es necesario tener una vivienda de varias centenas de metros cuadrados para sentirse a gusto. Lo importante, según las expertas, es disponer de una decoración que produzca calidez independientemente del tamaño del hogar. «Nosotros parece que vamos hacia atrás porque nuestro único objetivo es el de rentabilizar al máximo el metro cuadrado», señaló Eva Luque.

China, con el «Feng Shui», o la India, con el «Vastu Shastra». son dos claros ejemplos de la cultura del diseño y del descanso vigentes en otras sociedades. En la nuestra, cada vez son más los que aplican métodos orientales como el «Feng Shui», que consiste en la búsqueda del equilibrio de la energía vital a través de la distribución y la orientación de los espacios. Purificación Iniesta considera que las razones de este incremento se encuentran en la necesidad, a veces desesperada, de realizar un cambio que nos haga ver la vida de otra manera. Al fin y al cabo, solemos darle más relevancia a lo que piensa nuestra mente que a lo que ven nuestros propios ojos.

Aunque no nos demos cuenta, pasamos muchas más horas en nuestra cama que probablemente en nuestro coche o en nuestra propia sala de estar. Quizás no las suficientes como deberíamos. Pero si estamos dispuestos a gastarnos grandes cantidades de dinero en estos artículos, ¿por qué no invertimos en un buen descanso que además va a repercutir positivamente en nuestro bienestar y aumentar nuestra calidad de vida?