Comunidad de Madrid
Malestar en el PSOE por la «espantá» de Gómez
La dirección federal reprueba la «nueva salida de tono» del líder del PSM. Sus compañeros en los ayuntamientos, molestos ante el engaño
La «espantá» de Tomás Gómez en su velada por la Sanidad madrileña en la Asamblea ha sentado mal, muy mal, a muchas de las agrupaciones socialistas y a sus compañeros en varios ayuntamientos de la región que, bien por solidaridad, bien por cumplir con la disciplina de partido –y para no hacer un feo a su jefe–, también pasaron la madrugada encerrados. «Por intentar ayudar ha terminado haciendo el ridículo», se lamentaba ayer con resignación un miembro de la dirección federal del PSOE sobre el asunto de la «acampada-trampa» protagonizado por el líder de su delegación madrileña. El citado socialista tildó la protesta de Gómez de «nueva salida de tono» del ex alcalde de Parla.
En el mismo sentido se expresaban los socialistas de Alcalá de Henares: «Insistimos, nosotros no tenemos competencias en esto. Claro que nos solidarizamos y estamos en contra de la privatización, pero igual lo mejor hubiera sido acompañar a los sanitarios en los hospitales, no hacernos la foto en despachos donde realmente no sirve para nada», apuntó un dirigente de la agrupación. En la Asamblea, la guardia de Tomás Gómez –la misma que sigue insistiendo en que estuvo toda la noche en Vallecas– empieza a quebrarse. Fuentes del Grupo Socialista reconocían ayer el nerviosismo en la dirección regional por obtener las imágenes del vehículo de Gómez saliendo de madrugada (la única versión oficial se ciñe a que, a las dos de la mañana, el chófer de Gómez se marchó solo).
Calefacción a cuenta del erario
Además, igual que sus compañeros de Alcalá, reconocieron como «una torpeza» haber realizado el encierro en sus despachos haciendo uso de unas instalaciones cuyo mantenimiento (calefacción, limpieza, etc. corren de cuenta de los presupuestos públicos de la Comunidad de Madrid).
El despertar, con la exclusiva de LA RAZÓN en la que se revelaba que el líder del PSM había abandonado el hemiciclo de Vallecas durante varias horas, fue también especialmente duro para el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky.
Encerrados en los despachos del edificio de la calle Mayor para los grupos parlamentarios municipales, varios concejales socialistas pasaron la noche «más mal que bien», acomodados en sillas y butacas, intentando dormir, o leyendo un libro para permanecer despiertos. Igual que ocurrió en la Asamblea, tras tratar la cuestión de la Sanidad madrileña durante varias horas, a las cuatro de la mañana el cónclave se deshizo entre ronquidos aunque nadie llegó a abandonar el edificio.
De hecho, aunque se insistió a algunos colaboradores para que se fuesen a sus casas, la mayoría se quedó para apoyar la iniciativa de Gómez. Así, con dolores de espalda y apenas un par de horas de sueño, Lissavetzky se desayunó la noticia a las siete de la mañana porque otro medio de comunicación le pidió una respuesta en el programa matinal de la radio.
Pero la «papeleta» del portavoz, no fue el único «sapo» que tragaron los socialistas del Ayuntamiento de Madrid. Aunque no todos los concejales del grupo se encerraron en la calle Mayor, al parecer fueron muchas menos las faltas de asistencia entre los ediles que entre los diputados de la Asamblea.
«Él tenía que quedarse»
En el Pleno muncipal de ayer, muchos aseguraban no entender la actitud de Tomás Gómez. «Si se hubiese ido cualquier otro no habría pasado nada, pero él tenía que quedarse», señalaron. Con todo, hubo quienes defendieron la presencia del líder del PSM en Vallecas. «Estuve mandando mensajes a los diputados, si se hubiese ido me habría enterado», afirmaba otra de las concejalas.
Lo que ha quedado claro tres días después del encierro, es que no se debatió durante doce horas –la iniciativa quería copiar las protestas de los sanitarios y duraba de 21:00 horas del martes a 9:00 horas del miércoles– sobre los «recortes» como prometió el líder del PSM, y que, para la mayoría, la vigilia se convirtió en una mala noche en la que se vieron obligados a dormir en sus despachos o, incluso, en sus vehículos, mientras Gómez se marchaba de la Asamblea durante la madrugada.
Fuentes del Grupo Parlamentario Socialista reconocían ayer los nervios en la dirección regional de su partido para conseguir las imágenes de Gómez en su coche oficial de la Cámara. Una misión que encomendaron al diputado Juan Barranco pero que se topó con la negativa del presidente del Parlamento autonómico.
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