Alcorcón
«Papá, la he liado»
La asesina de Alcorcón reconoció a dos policías haber «pinchado» a Denisa, ex pareja de su novio. La acusación particular pedirá hoy siete nuevas imputaciones encubrimiento.
La asesina de Alcorcón reconoció a dos policías haber «pinchado» a Denisa, ex pareja de su novio. La acusación particular pedirá hoy siete nuevas imputaciones encubrimiento.
Rocío Martínez, la joven de 19 años que presuntamente asesinó a la menor de edad Denisa María Dragan el pasado 25 de noviembre en Alcorcón, confesó el crimen ante dos agentes de la Policía Nacional que la custodiaron durante un traslado al hospital cuando ella ya se encontraba detenida. Ocurrió la madrugada siguiente que fue arrestada, a eso de las 00:10 horas del 28 de noviembre, aunque los policías no lo comunicaron hasta siete días más tarde. La detenida refería ansiedad e insomnio y fue trasladada al centro médico de urgencias de Alcorcón. Al manifestar que había sufrido un aborto quince días antes, fue derivada al Hospital Fundación de Alcorcón. Allí, durante las dos horas que estuvieron esperando en obstetricia, «de forma libre y espontánea», según declararon a posteriori los funcionarios, la detenida contó su versión sobre lo que ocurrió la tarde del 25 de noviembre, cuando acabó matando a la ex novia de su actual pareja. Aquel fin de semana Rocío y su amiga Yohana se habían quedado en casa de su novio, Mario Tabanera, de 22 años. Salieron de fiesta la noche del sábado y el domingo, después de acercar con el coche a su amiga hasta Aluche, Mario y ella fueron al McDonalds del Ensanche Sur (un barrio de Alcorcón) para comer unas hamburguesas. Entonces, ella le cogió el móvil a Mario y descubrió una conversación de WhatsApp entre su pareja y Denisa. Según explicó a los agentes que la custodiaban, lo que le enfadó fue que sólo encontró los mensajes de ella porque Mario se había encargado de borrar los escritos por él. Por eso, como «no podía saber lo que Mario le había contestado a Denisa», Rocío le dijo que se lo preguntaría a ella misma. El chico, según recoge el sumario, al que ha tenido acceso este diario, le contestó que él sabía dónde encontrar a Denisa y Rocío le pidió que la llevara allí con el coche o que, si no, iría andando pero que iba a hablar con ella.
Según el relato de la presunta asesina –interna en la prisión provisional de Alcalá Meco desde el pasado 28 de noviembre– aquella noche Mario y ella llegaron con el BMW de él al local bajo de Iván (actual pareja de Denisa y donde ambos vivían) y Mario se detuvo en la puerta, sin bajar del vehículo. Entonces, Rocío, según su propia versión, cogió «del coche de Mario una navaja con las cachas metálicas plateadas y el filo también plateado, se bajó del coche y se dirigió a la puerta de Denisa». Para ello bajó unas pequeñas escalerillas. Antes, probablemente, dudó porque Mario declaró a los agentes que se dio la vuelta pero, cuando vio que él la miraba, volvió hacia la puerta de Denisa.
Parece que las preguntas que quería hacerle sobre aquellos mensajes de WhatsApp ya se le habían olvidado. Llamó a la puerta y cuando abrió, Denisa estaba hablando por teléfono. Rocío dijo que la víctima «le azuza a dos perros raza pitbull» que tenían allí, y en ese momento es cuando «pincha con la navaja a Denisa». Según confesó a estos agentes, «escuchó un grito muy raro» por parte de Denisa pero asegura que no vio sangre. Una vez volvió al coche, «le entregó la navaja a Mario» y éste le preguntó: «¿La has pinchado, verdad?» pero ella no le contesta. Según esta versión, se dirigieron a casa de los padres de Mario y «tras contarle todo al padre de Mario, que había salido de la cárcel 15 días antes, éste le indica a su hijo que no dijera en ningún momento que había estado con Rocío para que no le metiera en ningún marrón», según recoge el acta policial. Sobre las 6:00 de la madrugada del día después los hechos, según esta versión de Rocío, es cuando, aún sin haberse dormido, se enteran por las noticias de que Denisa ha fallecido. Entonces llama a su padre, agente de la Guardia Civil, y le dice: «Papa, la he liado». Más tarde fueron a buscarla y se la llevaron a la vivienda familiar en Ventas de Retamosa (Toledo), donde fue arrestada al día siguiente. Una detención, al parecer, que no facilitó el padre de la chica, que incluso podría haberla asesorado para que no dejar ciertas pruebas, como la ropa que llevaba el día del crimen. Si bien es cierto que, al tratarse de un ascendente directo de la sospechosa, no sería punible su encubrimiento –como recuerda el abogado de la defensa de Denisa, ejercida por Marcos García Montes–, el letrado pedirá hoy la imputación de los progenitores de Rocío en el Juzgado de Instrucción número 4 de Alcorcón, que dirige la investigación. No es el caso (ser ascendente directo) de Mario, ni de sus padres (Sonia y Rubén) ni sus tíos (Ana Tabanero y Maikón Da Silva). Por eso, García Montes solicitará también la imputación de todos ellos al considerar al novio de Rocío cooperador necesario del crimen y de estas otras dos parejas (padres y tíos) al entender que fueron conocedores del homicidio que se cometió aquel fatídico domingo y son, por tanto, encubridores. Así se desprendería de las declaraciones que hicieron ante el Grupo VI de Homicidios de la Policía Nacional, que investiga el caso. La acusación particular considera que los tíos de Mario encubrieron a la pareja porque les dio cobijo la misma noche del crimen y se enteraron de lo que había ocurrido, aunque ante la Policía no lo reconocieron hasta cinco días más tarde, en una «declaración voluntaria» para ampliar lo ya declarado ante los agentes. El 29 de noviembre, cuando Ana explicó a los agentes cómo fue la noche que Rocío y Mario durmieron en su casa, había olvidado algunos matices que decidió aclarar el 4 de diciembre. Entonces explicó que, en realidad, sí supo de la comisión del crimen la misma noche de los hechos. Admitió que cuando su marido Maikón acompañó a Mario a casa de éste para recoger la mochila donde Rocío tenía la medicación para su diabetes (porque ésta llegó a su casa con muy mala cara y creyeron que era por su enfermedad), Mario «le comentó a Maikón que Rocío había “pinchado” a Denisa», y que «Rocío estaba loca y tenía miedo por lo que había hecho». Que cuando se produjo la discusión por los mensajes Rocío «le pegó» y le dijo que le llevara hasta Denisa «o se iba ella sola». Una vez allí, ella se bajó del coche y «a los pocos minutos volvió corriendo y se metió en el coche con él». Luego se fueron «dirección Móstoles, pararon el coche y escondieron el cuchillo debajo de unas hojas que había allí». También reconoció Ana en esta declaración que, mientras los chicos fueron a este recado y ella se quedó a solas con Rocío, ésta le contó la discusión inicial con su novio y reconoció que había «pinchado» a la menor de edad. Al día siguiente dice que la chica llamó a su madre y escuchó cómo ella decía: «...la niña ha muerto y he sido yo». Al día siguiente todos se dirigían, supuestamente, a la Policía de Alcorcón para contar lo sucedido pero suspendieron el plan por el camino.
Dos versiones «por la pastilla de los nervios»
La cooperación necesaria de Mario se desprende de lo declarado por Rocío ante los policías que la acompañaron al hospital: reconoce que él la condujo al lugar del crimen, la esperó, vio cómo volvía corriendo, supo que la había apuñalado y luego la ayudó a deshacerse del arma, que supuestamente guardaba en su BMW. Pero Mario declaró una cosa ante la Policía y otra en el juzgado, a pesar de que sólo transcurrieron quince horas diferencia. A las 20:30 horas del 27 de noviembre explicó a los agentes de Homicidios sus líos amorosos. Que rompió con Denisa en mayo porque ella le puso los cuernos y que empezó con Rocío en junio. Que en su cumpleaños fueron al circuito del Jarama y allí la nueva pareja se hizo un vídeo que subieron a las redes sociales; algo que, según él, no gustó a Denisa, que contactó con Rocío de forma privada para advertirla del tipo de hombre que era Mario. Ahí, al parecer, empezó la enemistad entre las chicas. En sede policial reconoció haber acercado a Rocío a casa de Denisa y ver cómo ella iba y volvía del lugar del crimen al coche pero «no le preguntó nada». Sin embargo, al día siguiente, ante la juez aseguró que no fue así. Que después del McDonalds y el «piquecillo» que había tenido fueron directamente a casa de sus tíos a dormir allí. Mario dijo que si la Policía le había entendido que la llevó a casa de Denisa sería un «malentendido» porque él estaba «nervioso y le dieron una pastilla para los nervios». Es decir, que él no pasó por esa zona y no se explica cómo Iván (novio de la víctima) dice que le vio.
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