Madrid
Peatonalización de la plaza Olavide: Las calles por donde no pasa un camión de bomberos
El cambio de las plazas de aparcamiento a espiga ha estrechado algunas calzadas de Chamberí. Con los coches aparcados, el espacio libre se reduce a 2,40 metros
El cambio de las plazas de aparcamiento a espiga ha estrechado algunas calzadas de Chamberí a 2,40 metros.
Cinco centímetros. Pueden parecer una distancia insignificante, pero no para los vehículos de emergencia, cuya labor depende del tiempo de respuesta y, por tanto, de la falta de obstáculos. Recientemente, el Ayuntamiento ha acometido la peatonalización de la plaza de Olavide, lo que ocasionó pérdidas de plazas de aparcamiento. Para compensar este perjuicio, el Consistorio transformó las plazas en línea de varias calles adyacentes en plazas en batería en espiga, de forma que cupieran más coches. El objetivo se cumplió, sí... pero causando un daño colateral que puede resultar, cuando menos, peligroso: las calzadas se han estrechado tanto que prácticamente no cabe un vehículo medio de bomberos y, en ningún caso, un vehículo pesado.
Así lo ha constatado el concejal del PP en Chamberí, Pedro Corral, que se reunió con varios vecinos y comerciantes tras recibir quejas al respecto. En un sólo día, Corral comprobó que el espacio libre de la calzada quedaba muy reducido debido a este tipo de aparcamiento. Así, en una mañana, detectó tres calles en las que las labores de emergencia podrían verse seriamente comprometidas: en Gonzalo de Córdoba, a la altura del número 14, la calzada se reducía a 2,45 metros; en Covarrubias 19, a 2,40 metros, y en Nicasio Gallego 13, a 2,48 metros. Como apunta Corral, la anchura de un vehículo medio de bomberos, encargado habitualmente de pequeños incendios –contenedores, etc– es de 2,35, mientras que el de uno pesado –el que sofoca incendios en inmuebles– es de 2,45. El primero habría tenido serias dificultades para atravesar las calles mencionadas sin llevarse a ninguno de los vehículos aparcados por delante, debido a que sobresalieron ligeramente de los márgenes; el segundo lo habría tenido literalmente imposible.
El problema no incumbe sólo a los bomberos. Una vecina denunció que una ambulancia, al pasarse del número donde tenían que recoger a un paciente, tuvo que rodear de nuevo la manzana por la imposibilidad de dar marcha atrás. Camiones de basura, furgonetas de reparto y autobuses también están sufriendo las consecuencias.
Además, los aparcamientos en espiga, muy inusuales en la capital, requieren de mucha destreza por parte de los conductores, que están tardando entre cinco y siete minutos en completar la maniobra.
Por todo ello, el PP presentará mañana en el Pleno de la Junta Municipal de Chamberí una moción de urgencia instando a cambiar los estacionamientos en espiga por los tradicionales en batería. «En su día llevamos este problema como proposición ordinaria, pero nos forzaron a retirarla al no poner en la misma la frase ''instar al órgano competente''... Es un tema urgente. No podemos jugárnosla así, ni los coches de bomberos pueden ir a una velocidad determinada, parándose cada minuto, cuando cuentan con un tiempo de reacción. Que el Ayuntamiento deje de experimentar en Chamberí», afirma Pedro Corral a LA RAZÓN.
Los vecinos también han mostrado su preocupación y, en general, con todo el proyecto de peatonalización de Olavide. Como afirma Almudena Díaz, portavoz de Chamberí Se Defiende, principalmente por un «problema de seguridad» que surge tras una «soberana chapuza». Pero también porque el proyecto de Olavide, opinan, puede afianzar «un entorno de botellón y nocturnidad» como el que actualmente viven las zonas de Malasaña y de los bajos de Moncloa, transformando así «una zona fabulosa de hostelería». «Como es habitual, se va a poner en marcha el proyecto sin haber informado a los vecinos», concluye.
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