Carreteras
Se duplican los controles hasta Reyes
La Policía Municipal suma 22 agentes a la campaña contra el alcohol y las drogas al volante. En lo que va de año 3.773 conductores han dado positivo en la capital
Tan tradicionales como el turrón son las cenas de empresa o con amigos estos días, aunque están también presentes durante el resto del año, los controles de alcohol y consumo de droga a conductores que estos días se duplican en efectivos repartidos por las calles de Madrid. Desde ayer y hasta después de Reyes, la ciudad cuenta con el doble de agentes destinados en la Unidad de Atestados de Tráfico. Si durante todo el año dos unidades, con dos efectivos cada una, se encargan de controlar que nadie conduzca con una copa de más, estos días –de lunes a jueves– tres equipos de la Policía Municipal se unen al dispositivo puesto en marcha por la Dirección General de Tráfico dentro de su «campaña de Navidad». A partir de los jueves y durante todo el fin de semana, días en los que se concentran más cenas (según los datos de los restauradores madrileños este año están registrando un 50% más de reservas que en las mismas fechas de 2014), el dispositivo también aumenta: si durante el resto del año seis equipos –doce agentes– se encargan de las pruebas entre las 23:00 y las 14:00 horas del día siguiente, ahora hay un refuerzo de diez personas más en este operativo hasta alcanzar los 22 agentes para controlar lo que ellos llaman las «recogidas», informaron fuentes del área de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid.
En 2013 los conductores ebrios provocaban tres accidentes diarios en la capital, una cifra similar al balance hasta este momento de 2015, y que dejará un saldo de siniestros, con el alcohol o las sustancias estupefacientes de por medio, menor que la de años anteriores.
A pesar de que la tendencia mejora, la DGT asegura que el 40% de los conductores que fallecieron en accidentes de tráfico en 2014 dieron positivo en alcohol o drogas. «Las campañas de concienciación funcionan, pero no podemos estar contentos en el momento en que aparezca un sólo conductor ebrio al volante», indican desde este organismo.
Según los datos de los últimos diez meses, los únicos disponibles hasta el momento en el portal de datos abiertos del Ayuntamiento de Madrid, en la capital 136.240 conductores han sido interceptados en un control policial de alcoholemia en lo que va de año. La parte positiva de la estadística es que apenas un 2,77% de los automovilistas son «cazados» conduciendo borrachos (en 2013 eran el 3,6% del total). Aún así, la cifra de positivos –3.773 han dado en la prueba en lo que va de año– es importante. Y, lo que es más preocupante, 499 conductores fueron detenidos tras someterse al test que detecta la presencia de alcohol o sustancias estupefacientes en el organismo. Junto con estos últimos días de diciembre –que coinciden con la «campaña de Navidad»–, los meses de verano son los más «fuertes» para los agentes de la Unidad de Atestados. Sólo en abril, mayo y junio la media de conductores que se sometió a la prueba superó los 14.000, siendo mayo, con 475, el mes que más positivos se registraron.
Las alcoholemias ocupan también un apartado importante en la radiografía sobre las multas de tráfico en Madrid que Automovilistas Europeos Asociados realizó entre enero y septiembre de 2015. En ese periodo el Ayuntamiento de la capital impuso 1.519.154 sanciones, de ellas en 4.865 (el 0,40% del total) se reflejaron el resultado positivo de los test de alcohol y drogas. En el periodo analizado por esta asociación de conductores el Consistorio de la capital recaudó 4.240.000 euros de los conductores que decidieron ponerse borrachos al volante.
La picaresca de los avisos
Además de tener en cuenta las multas que conllevan los positivos en estos test, superar los 0,5 microgramos/litro de alcohol en aire espirado supone (multas de alrededor de 500 euros) la retirada de 4 puntos del carné de conducir. En el caso de que la tasa supere los 0,60 mg/l la multa asciende a 1.000 euros y 6 puntos. Si el nivel que se supera en la prueba sobrepasa los 0,61 mg/l se considera delito y, además de la retirada del permiso de uno a cuatro años, el conductor ebrio puede enfrentarse a penas de prisión de tres a seis meses o la obligación de realizar trabajos para la comunidad en un periodo de entre 30 y 60 días.
Ya hay muchos conductores madrileños que ven en estas razones motivos suficientes para dejar el coche en casa y optar por otros medios de transporte para ir a sus cenas navideñas. Estos días el número de servicios de taxi se incrementa en más de un 70%, según los datos ofrecidos por el sector. Los conductores que recorren a diario las calles de la capital lo corroboran: «Este año las cenas se han espaciado más que otros años, llevamos notando que la gente sale más a diario a cenar con los compañeros desde mediados de noviembre», aseguró Mercedes, una de las taxistas que estos días está haciendo su particular «agosto».
Otros automovilistas optan por la picaresca y, con ayuda de las redes sociales y de diferentes aplicaciones de tráfico consiguen burlar los controles aleatorios que instalan los agentes. «Peugeot 508 gris calle Josefa Valcarcel. Debajo puente Canillejas», avisaba ayer a media tarde en Twitter Félix García. «Mondeo Guardia Civil parando en la cuesta de las perdices A6 salida del hipódromo», alertaba un poco antes otro perfil dedicado en exclusiva a avisar de radares y controles en Madrid.
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