Barcelona

Roca se marcha de Sevilla

La empresa de sanitarios catalana anuncia el cierre de la planta en Alcalá de Guadaíra y el despido de 228 trabajadores. También clausura otra fábrica en Madrid

La planta, afectada por un ERTE hasta enero, no tiene actividad
La planta, afectada por un ERTE hasta enero, no tiene actividadlarazon

Otra multinacional que abandona Sevilla. Sin el menor atisbo de compasión –como funcionan las grandes empresas– a seis días de Nochebuena, Roca anunció ayer el cierre de la factoría de Alcalá de Guadaíra. En total, 228 trabajadores al paro; 228 familias sevillanas más en riesgo. La decisión se adopta a mil kilómetros, en Barcelona, y también afecta a la planta de porcelanas sanitarias de Alcalá de Henares, donde se eliminan 258 empleos.

El Grupo Roca mantendrá nueve fábricas –2.000 empleos–, ninguna en Andalucía. Sus argumentos: «falta de indicios de reactivación» de las ventas y el «sinsentido de persistir en la adopción de medidas temporales como son los ERE de suspensión». El volumen de negocio ha caído un 41% desde 2009 y un 68% desde 2006; las plantas en España no alcanzan el 30% de su capacidad y la rotación de existencias alcanza los 160 días, el triple de la cifra media de los últimos años.

Mantiene la empresa que las previsiones para 2013, de seguir con el ritmo actual de fabricación, serían duplicar las unidades vendidas. A finales de 2009, en plena crisis, se solicitó un ERE para 504 trabajadores que entró en 2010, «se contemplaban unos escenarios de recuperación de la economía y del sector que, lejos de cumplirse, han ido empeorando en la totalidad de indicadores», argumenta Roca en un comunicado. Desde hace tres años se llevan a cabo ERE temporales que suponen paradas de la producción durante varios meses para dar salida a las reservas.

Inmersos en uno de ellos, los trabajadores de la planta alcalareña expresaron su rechazo al cese de la actividad. El viernes volverán a reunirse para decidir si convocan o no movilizaciones. Antes, mañana mismo, hay prevista otra reunión del comité de empresa con la dirección en Barcelona.

Entre los delegados sindicales se habla de «gran estafa» al recordar que la empresa ya justificó el cierre de la planta de Bellavista en 2009 para mantener la de Alcalá: «Vamos a demostrar que lo que plantea la empresa es un simple escenario para ganar más dinero y expandirse en el mundo. Hace unos meses Roca abrió una planta en Brasil, ha utilizado un crédito blando para invertirlo fuera de España», lamentan.

También ha sorprendido que la plantilla total la conforman 240 trabajadores y aún debían aclarar el futuro de 12 de ellos. Aunque en principio la negociación comenzaría el día 26, la intención del comité de empresa es retrasar su inicio. «Hay mala fe, son fechas en las que es complicado reunirse y buscar apoyos, pero sobre todo no pueden cerrar el centro de trabajo con un argumento falso».

Por su parte, el alcalde de Alcalá, Antonio Gutiérrez Limones, instó a la empresa a que negocie con los trabajadores la búsqueda de alternativas al cierre, una decisión que «supondría un duro golpe para la economía del municipio y especialmente para las familias afectadas». El edil planteó la necesidad de un plan de viabilidad para «impulsar medidas de recuperación que no sean simplemente la eliminación de puestos de trabajo». Limones considera que la reforma laboral está causando «estragos» porque «abaratar el despido conlleva que se multipliquen estos casos».

«¿Y dónde voy yo ahora con la edad que tengo?»

La mayoría de los 228 trabajadores de la planta de Alcalá tiene más de 45 años y una antigüedad en la empresa de más de veinte. «¿Y dónde voy yo ahora?», se preguntaba uno de ellos, totalmente sorprendido por una decisión inesperada. La fábrica debía abrir el 7 de enero y actualmente los trabajadores estaban afectados por un Expediente de Regulación Temporal de empleo (ERTE). Si Roca se aferra a la legalidad, las indeminizaciones serán de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades.