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Los Mossos ocultaron el «soplo» sobre el imán en el gabinete de crisis

La presencia de coches y motos en la «casa bomba» de Alcanar pasó inadvertida

Mossos d’Esquadra
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La presencia de coches y motos en la «casa bomba» de Alcanar pasó inadvertida.

Conforme avanzan las investigaciones, se pone de manifiesto que lo que se ha presentado como un gran éxito de los Mossos d’Esquadra tiene más sombras que luces, por más que se quiera utilizar políticamente para dar la imagen de que Cataluña puede gobernarse sola.

Un primer e inexplicable error de coordinación fue no comunicar al Ministerio del Interior y, por ende, a la Policía y a la Guardia Civil, la información que había transmitido Bélgica a uno de los mandos superiores de los Mossos sobre la presencia en aquel país del imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty. Las consultas trasladadas por la Policía belga a un mando de los Mossos tampoco se pusieron sobre la mesa durante la primera reunión del gabinete de crisis posterior a los atentados. Según expertos consultados por LA RAZÓN, la cadena de fallos se inicia, tal y como adelantó este periódico, tras la explosión en una casa de Alcanar en la que los terroristas preparaban las bombas. «Los Mossos hicieron mal la pericial (creyeron que se trataba de un suceso fortuito y no de índole terrorista) y ahí se iniciaron una serie de errores en cadena que, de haberse evitado, probablemente habrían abortado los atentados del día siguiente», explicaron.

Resulta inoperativo y hasta cierto punto inexplicable que los Mossos no pusieran en conocimiento de la Policía y de la Guardia Civil lo que había ocurrido. Entre los tres cuerpos habría sido más sencillo dar con el origen terrorista de las explosiones y, de esta manera, iniciar las investigaciones.

También llama la atención que al cuerpo policial autonómico, que tiene encomendada las competencia de seguridad de su ámbito territorial, le pasaran inadvertidas la concentración de bombonas y, lo que es más grave, la presencia de numerosos coches y motos en las proximidades de la vivienda de Alcanar, que, para colmo, era una casa «okupada». Estos vehículos eran propiedad de los miembros de la célula.

Asimismo, es llamativo que Josep Lluís Trapero, el Mayor de los Mossos, anunciara a las 20:00 horas de la tarde del día del atentado de las Ramblas que no iban a producirse nuevas acciones criminales, sólo unas horas antes de lo que ocurrió en Cambrils.

Si a todo esto unimos que uno de los mandos de este cuerpo «pasó» de una información que llegó desde Bélgica, las sombras de la actuación de los Mossos d’Escuadra parecen alargarse sobre las luces.