Educación

Madrid estudia adaptaciones del examen de selectividad

Las faltas de ortografía se seguirán penalizando en la prueba a los alumnos con dislexia o dificultades de aprendizaje. Desde este curso, la FP ya cuenta con mejoras

Varios estudiantes antes de afrontar la selectividad, el año pasado
Varios estudiantes antes de afrontar la selectividad, el año pasadolarazon

Poner burro con «v» puede suponer aprobado en Cataluña, pero suspenso en Madrid para un alumno que se examina de la EVAU o selectividad, como algunos prefieren seguir llamándola. Mientras en la primera Comunidad supone perder 0,05 puntos, en la capital de España se descuentan 0,5 puntos a los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje. Y eso incluye a los que tienen dislexia o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). En concreto, los disléxicos cometen más faltas de ortografía que cualquier otro alumno, aunque disponga de más tiempo para repasar su examen. Su configuración neurológica provoca que el proceso de decodificación de las letras sea más lento y con más posibilidades de cometer errores, lo que afecta a la puntuación de la prueba. Por eso, la asociación Madrid con la Dislexia ha dirigido una carta a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en la que pide que «se hagan adecuaciones para una EVAU justa» en la convocatoria prevista para 2020 que suponga «examinarnos en igualdad de oportunidades». Y eso pasa porque no se penalice las faltas de ortografía a los alumnos de la misma manera que al resto y que no sea más difícil examinarse de la selectividad en Madrid que en Barcelona por los criterios que se aplican, según demandan.

La Consejería de Educación ha asegurado que «está estudiando qué nuevas adaptaciones del examen de selectividad se pueden hacer con dificultades de aprendizaje aunque, por el momento, admitir que puedan tener faltas de ortografía no creemos que sea posible». Mientras, la presidenta de la Asociación Madrid con la Dislexia, María Sanz Pastor, cree que hacer esta modificación “es una cuestión de humanidad porque los alumnos con este trastorno de prendizaje no pueden acceder a un grado universitario en igualdad de oportunidades que el resto".

Madrid ha regulado este año unos nuevos requisitos que tienen como novedad el aumento del tiempo para realizar el examen: 30 minutos (antes eran 20), un margen que se considera beneficioso para que el alumno revise la redacción y la ortografía, aunque sigue penalizando la ortografía. El estudiante también tiene derecho a levantar la mano durante la prueba y solicitar a un profesor que le lea el enunciado de la pregunta para facilitar la comprensión de los textos más complejos. También se le puede adaptar la letra en los casos en los que el formato lo permita (OpenDyslexic), se utilizará doble interlineado, hojas en blanco, los enunciados pueden ir escritos en el anverso y no en el reverso de las hojas y se puede pedir formato DIN A3 en las páginas de enunciados donde haya que elegir entre dos opciones diferentes de examen. Se pueden dar facilidades técnicas y materiales como leer los enunciados en voz alta o mediante un documento grabado, si el alumno lo solicita. Y puede haber adaptaciones de espacio. Es decir, el estudiante podrá realizar las pruebas en primera fila o en un lugar aparte que favorezca su concentración y evite distracciones.Todas estas adaptaciones tienen que pedirse por escrito. Ahora bien, no se podrá solicitar medida alguna en la prueba de acceso a la universidad si ésta no se ha aplicado en el Bachillerato. Sólo en Madrid, 400 alumnos con dificultades específicas pidieron a la Complutense la adaptación de la prueba. Un decreto del 16 de julio pasado regula cómo adaptar los exámenes también en FP.