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Colegios “Covid free” en Madrid: carriles, pelo recogido, clases cortas y lenguaje de signos entre alumnos

La mitad de alumnos en clase y el resto por videoconferencia, la solución a las aglomeraciones

Adaptación colegios coronavirus
Adaptación colegios coronavirusAntonio Cruz

El colegio “Arenales”, del madrileño barrio de Carabanchel, se prepara ya para la “prueba piloto” de cómo será la vuelta al cole en septiembre. Está casi listo para ser un colegio “Covid free” adaptado a las nuevas circunstancias sanitarias. Ya tiene un protoloco que está ultimando sobre cómo proceder para evitar contagios. Porque, aunque la práctica totalidad de alumnos vuelven a clase en septiembre, hay una primera vuelta al cole antes del verano, en la segunda fase de la desescalada, a partir del 25 de mayo. A partir de esa fecha, está previsto que regresen de forma voluntaria los alumnos de hasta 6 años, los de final de etapa en FP y Bachillerato y los que precisan refuerzo. Será el “ensayo general” de las nuevas normas que ha diseñado, pendiente aún de las últimas directrices de Sanidad y de la reunión de las comunidades autónomas con la ministra de Educación para añadir los últimos detalles a las nuevas reglas del centro.

Organizar un tránsito ordenado de los alumnos en un centro con 1.200 alumnos es fundamental para evitar aglomeraciones. Es por esto por lo que el centro prevé establecer carriles de ida y de vuelta para facilitar el tránsito. A ello se añade la nueva señalética con mensajes diseminados por el centro que recordarán a los alumnos la necesidad de lavarse las manos, cómo hacerlo y la conveniencia del uso de mascarilla y de guardar la distancia.

¿Y qué reglas deben seguir alumnos y profesores? El director del centro, José Luis Marrero, explica que se pedirá a los alumnos que vayan a clase con el pelo recogido, sin anillos, relojes y pulseras (por la mayor permanencia del virus en superficies metálicas), uñas cortadas, y los docentes deberán llevar bata.

El departamento de orientación también trabaja en adaptar el lenguaje de signos a la relación entre los alumnos, de tal manera que sirva para evitar el contacto. Así, se enseñará a los niños a expresar: “Hola”, “¿cómo estás?”, “abrazo” o “te quiero” a distancia. “Se lo enviaremos a los padres para que también puedan practicarlo en casa con lo hijos y puedan tenerlo interiorizado cuando lleguen a las aulas, explica Marrero.

El colegio concertado también está estudiando fórmulas que permitan hacer compatible la propuesta de la ministra de Educación que apuntaba recientemente que acuda a clase la mitad de los alumnos para evitar aglomeraciones. El director del centro asegura que están estudiando la posibilidad de que los alumnos vayan a las aulas en días alternos de tal manera que 13 estudiantes acudan a clase un día y el resto sigan las explicaciones a distancia en streaming. Pero eso implica, desde su punto de vista, que se reduzca el tiempo de las clases. “No pueden durar 55 minutos porque hemos comprobado por la experiencia que hemos tenido que el ritmo de aprendizaje es más lento cuando se hace de manera virtual, cuesta más que los alumnos sigan las clases; en una clase presencial el profesor tiene un feedback inmediato”.

De momento, lo que ya tiene previsto el centro es remitir un formulario a las familias para saber cuántos niños menores de seis años acudirán a clase en cuanto nos adentremos en la fase dos y otro para saber si estarían dispuestos a llevar a su hijos al colegio si el Gobierno flexibiliza aún más las condiciones antes de que acabe junio.