Comunidad de Madrid
No es tiempo de hacer mudanza
Ya lo dijo San Ignacio de Loyola: “En tiempo de desolación, nunca hacer mudanza”. Y aunque estamos en tiempo de desolación pandémica, parece que en el mundo de la política nunca son malos tiempos para mudarse a una casa común más confortable.
Se habla en estos días del “arrimadazo” de Ciudadanos al PSOE en el asunto de la prórroga del estado de alarma, puede que con ánimo de ensayo para un futuro a corto o medio plazo. Así las cosas, una moción de censura vuela sobre el nido de Díaz Ayuso, en la Comunidad, y de Martínez Almeida, en el Ayuntamiento de Madrid. Parece que el partido de Inés Arrimadas, aunque de momento lo niegue, podría estar dispuesto a acuerdos con el de Pedro Sánchez para echar a los de Casado de la presidencia regional y de la alcaldía madrileña.
Esto sólo sería posible a través de dos instrumentos legales: uno, apoyando una moción de censura que promovería el PSOE; otro, retirando el apoyo al PP y dejándole sin mayoría, lo que daría lugar a la convocatoria de nuevas elecciones.
Presumo que esta segunda opción, no le conviene a Ciudadanos, envuelto en una crisis interna, que se trata de disimular, desde la marcha de Albert Rivera, y no sería buen momento para acudir a las urnas, cuando las previsiones actuales le dan una fuerte bajada en intención de voto.
Por lo que respecta a la primera de las opciones, la de una moción de censura, es muy complicada y puede resultar lesiva para los intereses de Ciudadanos, que en una situación delicada como la que atraviesa, y gracias al pacto con el PP, mantiene dos importantes cargos de poder en la Comunidad y en el Ayuntamiento capitalino: Ignacio Aguado es el vicepresidente del ejecutivo regional, y Begoña Villacís la vicealcaldesa de la capital de España. En un hipotético pacto PSOE-Unidas Podemos-Ciudadanos para una moción de censura, el partido de Arrimadas, en el mejor de los casos, perdería poder en ambas instituciones, porque los podemitas, sin ninguna duda, exigirían la vicepresidencia regional y la vicealcaldía de Madrid, en detrimento de Ciudadanos, que tendría que bajar peldaños en la escalera del poder.
El partido de Arrimadas no está en las mejores condiciones para enfrentarse a una cita electoral, ni para enfrascarse en mociones de censura, donde perdería el poder que ahora tiene en las dos principales instituciones madrileñas. Sería el principio del fin, pero en política nunca se puede afirmar que, en tiempo de desolación, no sea bueno hacer mudanza, aunque sea a una casa más pequeña.
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