Comunidad de Madrid

Nueva normalidad: Una «huida» a medio gas por tren y carretera

El primer día tras el fin del estado de alarma registró pocos desplazamientos, pero sí unas terrazas llenas pese a ver ampliado su aforo

Una pareja se despide en la terminal de salidas de la estación del AVE, en Atocha, durante el primer día del fin del estado de alarma
Una pareja se despide en la terminal de salidas de la estación del AVE, en Atocha, durante el primer día del fin del estado de alarmaJesus G. FeriaLa razon

«¡Manda un whatsapp cuando llegues!». José Luis y Margarita se despedían así de su nieta en la terminal de salidas del AVE. Junto con 14 amigas, todas ellas procedentes de Pamplona, comienza a disfrutar de unas vacaciones que tendrán su epicentro en la soleada Marbella. «Le ha costado encontrar billete. El tren va lleno... pero al 50%. De hecho, querían pasaje de turista y no han podido». comenta José Luis. A unos pocos metros de allí, en la terminal de llegadas, Manolo espera en la cola de taxis. En su caso, ha llegado de Málaga. «Voy a ver a mi hermana, que vive aquí. Pasaremos una semana juntos. No la veo desde que se decretó el estado de alerta. Así que hace alrededor de...». No da en ese momento con los meses, que, para su sorpresa, superan ya los tres.

La estación del AVE de Atocha fue ayer escenario de reencuentros y despedidas en una jornada marcada en rojo en la cronología del coronavirus: el primer día de la nueva normalidad. Sin embargo, el día distó mucho de convertirse en un éxodo a otras provincias. «Tenemos la misma clientela que hace una semana. No notamos la diferencia», comenta Santiago, uno de los taxistas que hace cola a la espera de clientes en la estación. «Trabajo, poquito. Hasta que no haya una vacuna todo va seguir igual», insiste Enrique, un compañero. Eso sí, esperan que, a medida que entremos en periodo vacacional y que el aforo de los trenes aumente –ayer estaba en torno a un 50%–, mejore su situación. En todo caso, y como aperitivo, desde ayer los conductores ya podían prescindir de la limitación de dos pasajeros y llevar hasta tres personas por fila de asientos.

En lo que a las carreteras se refiere, la libertad de movimientos entre provincias no se tradujo en congestiones de tráfico. Ni en la Comunidad de Madrid ni en el resto del país. La A-6 presentó normalidad tanto en la entrada como en la salida de la capital, solo quebrada por la pérdida de carga de un camión, a la altura de Torreledones, que provocó algunas retenciones. A las 18:00 horas sí se empezó a notar más tráfico, sobre todo en la A-1, a la altura de San Agustín de Guadalix en sentido entrada. Un aumento que responde a la llegada de madrileños con segunda residencia fuera de la capital, tal como se viene registrando desde que la región entró en fase 2. De hecho, desde la DGT señalaron que la jornada se asemejó más «a un día dentro del estado de alarma» que al fin de las restricciones en los desplazamientos.

Quizá, los puntos que pudieron atestiguar con mayor rigurosidad el fin del estado de alarma fueron, cómo no, los bares y las terrazas. Desde ayer, los primeros permitían su ocupación en un 60%, barras y mesas incluidas; las segundas, por su parte, aumentaron su capacidad en un 80%. En un zona eminentemente hostelera como es la calle Fuencarral, que además corta su tráfico durante los fines de semana en su tramo en dirección a Quevedo, no había una silla libre. En un bar mexicano, Lucía, Alba y dos amigas más, todas ellas enfermeras, disfrutaban de su gin-tonic pero sin obviar todo lo que han pasado y lo que, desgraciadamente, creen que pasarán. «Comentábamos que la percepción que tenemos nosotras del coronavirus no es la misma que la del resto de la gente. Vemos que hay personas que están histéricas por las normas de seguridad, mientras que otras no las cumplen en espacios tan cerrados como son los autobuses», afirman. Así, no dudan en calificar su experiencia, sobre todo en los primeros meses de pandemia, «como una guerra en la que no había recursos». Y, si bien en caliente lo dieron todo, es ahora cuando comienzan a notar secuelas, «como un estrés postraumático». Además, visto lo visto, están convencidas de que «en otoño habrá un repunte, si bien no será algo tan brutal como lo que vivimos en marzo».

De hecho, Madrid sigue registrando casos. Ayer, se notificó un fallecido por coronavirus y 27 nuevos contagios en las últimas 24 horas, según el informe diario del Gobierno regional. A esos positivos hay que agregar además 167 nuevos casos incorporados tras el recuento de las pruebas PCR pertenecientes a fechas anteriores.

Y hoy, al Zoo y a los parques infantiles

El Parque de Atracciones, el Parque Warner, el Aquopolis, el Zoo, Faunia y el acuario Atlantis reabren sus puertas al público hoy, pero con una limitación del 50 % de su aforo hasta el 6 de julio y del 75 % a partir de ese día. Se realizarán desinfecciones diarias de preapertura y periódicas de los elementos de uso común más frecuentes. También hoy las zonas infantiles de los parques de Madrid, que habían sido clausuradas como medida de prevención ante el avance del coronavirus al igual que los propios parques, volverán a poder utilizarse y serán desinfectadas a diario. Se trataba del último espacio de los parques que quedaba por abrir.