Cabalgata
Los Reyes Magos iluminaron la ciudad de Madrid: así fue la noche más mágica
En el Conde Duque, sus Majestades dieron un mensaje de optimismo y alabaron a los niños por ser tan responsables durante la pandemia, algo que les ha salvado de recibir carbón
Los Reyes Magos se convirtieron en Reyes «majos» en la ciudad. Habló Melchor en representación de los tres, para recordarnos a todos quienes fuimos y lo que podemos ser a partir de este año. Dijeron que este año no hay carbón para nadie, pero se callaron que ese «regalito» se lo dejan a la pandemia, pero sin acuse de recibo, que no es cuestión que los Reyes, que están inmunizados, se acerquen a un virus que no da ninguna prebenda a los pacientes. El coronavirus se queda sin regalos, ya se ha cobrado bastantes, tanto que la cabalgata de todos los años no se quedó descafeinada por la voluntad de los vivos.
Melchor, en el que se puede confiar, hizo justicia a todos los menores, a los que se quedaron en casa durante la pandemia y dieron la lata lo necesario, los que dejaron de ir a los centros escolares durante el confinamiento, a los que después de esos meses volvieron con sus mascarillas
–que hay algunos tan responsables que ni se la quitan en casa– por eso Melchor les dedicó unas palabras: «Muchas gracias por vuestro recibimiento». Y citó nombres: «Abel, Alberto, Ana, Andrés, Antia. Sois muchos y no puedo decir los nombres de todos los niños y niños que habéis enviado vuestras cartas... porque sois miles y miles». Añadió que «ha sido un año complicado. Por eso este año Gaspar, Melchor y Baltasar «no sólo hemos venido con un montón de regalos, también con toneladas de ilusión y esperanza para que el 2021 sea mucho mejor, con el fin de que sea un año que no olvidéis nunca».
Los Reyes, que están al tanto de todo, tampoco se olvidaron de los que nos han apoyado en jornadas muy difíciles, casi agónicas, en que los sanitarios se convirtieron en ángeles al velar por nuestra salud y nos enviaron una recomendación: «Vuestros médicos, vuestros enfermeros, vuestros maestros, vuestros cuerpos de seguridad y, en general, todas las personas que piensan en los demás antes de sí mismos seguirán estando aquí, cuando nosotros nos hayamos ido. Son un brazo en los que apoyarse, la mano que apretar». Tampoco se olvidó de los abuelos, el sostén, la sabiduría y los guardianes del pasado que se nos han ido. El mejor homenaje para ellos es ser herederos de su memoria y tan dignos como fueron en épocas insolentes en las que doblaban la espalda, lavaban a mano y sacaban de donde no había. Para los resistentes, que son muchos, también tendrán regalos esta noche.
El alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, minutos antes de que llegasen sus Majestades pidió que esta noche «no hubiese carbón en ninguna casa». Sabe que esta noche de Reyes es diferente –las restricciones mandan– y afirmaba que los niños «han sido los más aplicados durante la pandemia. Han aprendido que lo mejor era quedarse en casa». El alcalde había entregado su carta a Baltasar unos días antes. Sobre todo, pidió, con la ilusión de un niño, que «volvamos a las cabalgatas que estamos acostumbrados porque eso significará que ha terminado la pandemia». Esa ha sido su petición y su deseo. Lo decía en el Patio del Conde Duque, espacio que estaba blindado para que no llegase un invitado inesperado, la Covid-19.
Apenas 50 personas estaban presentes, entre dirigentes del Ayuntamiento, medios de comunicación y poco más... Sin embargo, el consistorio de ha esmerado para que no fuese una situación excepcional –que lo era– pero sin regatear la ilusión de los niños y niñas.
Para empezar, desde varios puntos de Madrid se señalaron las cometas para que los Reyes no se perdiesen en su trayecto. Eran lugares estratégicos de la ciudad: Cibeles, Madrid Río, el parque de la Bombilla, muy cerca del Palacio Real y, demás está decir, el Conde Duque, el sitio donde tenían su destino, y su partida para hacer esta noche tan mágica como siempre.
Allí se pergeñó un espectáculo para que, desde los distintos canales de televisión, no dejasen a ningún chaval sin la magia de esta noche. Los pajes reales sentían «no sentir el calor de los niños, pero la ilusión será igual». Y vaya que si lo fue. El mago Jorge Blass amenizó los minutos previos y sacó de un cajón al músico Ara Malikian que, con su violín, y una composición propia iba atrayendo a los Reyes. No faltaron los ángeles y un coro escolar del Instituto de la Serna.
El Ayuntamiento de Madrid tenía un plan de contingencias para esta noche que sabían desde hace meses que iba a ser peculiar. Había que reinventarse y buscar las soluciones más propicias para todos los ciudadanos en tiempo de pandemia. Hace unos meses se valoró que fuese como otros años, pero la evolución de la Covid-19 cortó de raíz esa posibilidad. Había que buscar alternativas sin perjuicio para los niños, pero evitando aglomeraciones. En 2020 el trayecto fue desde San Juan de la Cruz hasta Cibeles con miles de personas observando su recorrido, a lo que había que sumar carronas institucionales y de empresas privadas, además de voluntarios.
El 20 de octubre, el alcalde ya anunció que «Tenemos que estar a la evolución de los acontecimientos y a la situación sanitaria. Lo que sí le digo a los madrileños es que la decisión se tomará, porque todos los escenarios estarán previstos, en función del momento en que nos encontremos». Visto en panorama en regidor afirmó pocos días antes que se celebrase la cabalgata que «Va a ser una llegada como la de todos los años, porque va a tener exactamente la misma ilusión con su llegada y recibiéndoles como se merecen previo a la gran noche de trabajo que tendrán por delante. Vamos a explicarlo en breve y estamos cerrando los últimos detalles».
También se ha considerado cómo sería en los distritos de la capital. En todos los barrios de Madrid, donde se preparaban sus propias cabalgatas, este año no ha sido así. El argumento no podía ser más razonable: «Al considerar que suponen una concentración de personas que puede favorecer situaciones con riesgo de contagio.
Esta recomendación la recogió el decreto publicado finales de octubre. en el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid, que dispone que «los órganos de contratación de los distritos adoptarán la decisión que corresponda, en función de la fase de tramitación administrativa en que se encuentren los contratos que den soporte a estas actuaciones, tendente a adaptar la tramitación a esta suspensión». Y añadía que la exposición de motivos del decreto expone «la necesidad de seguir favoreciendo actuaciones y medidas que contribuyan tanto a la mejoría de la situación actual como a la prevención de situaciones que puedan facilitar el contagio».
A pesar de todas estas restricciones, el consistorio se ha esmerado para que los más pequeños, aunque estuvieran distantes, y solo pudiesen acceder, unos pocos, eso si, al lanzamiento de cometas, no se quedaran sin una jornada que es tan importante para ellos, de ilusión y también de, aunque dormidos, mirar de reojo por si viesen a los Reyes llegar a sus casas. Pero ya se sabe que son mágicos, no tienen coronavirus pero sí que piensan en las familias para evitar al máximo los contagios que se pudiesen dar en el caso de que hubiese sido una exposición multitudinaria.
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