Cultura

¿Quiere renovar su bandera usada? En Madrid puede hacerlo gratis

El artista que trabaja en el proyecto “Bandera a Bandera” afirma que ha tenido un aluvión de ofrecimientos

Banderas de España en los balcones del centro de Madrid
Banderas de España en los balcones del centro de MadridGonzalo Pérez MataLa Razón

Era chocante y muy jugoso desde un punto de vista informativo... pero no. El Ayuntamiento de Madrid no ha impulsado un «plan renove» de banderas ajadas en los balcones por el paso del tiempo. La explicación a esa subvención de más de 12.000 euros es menos rebuscada, pero no deja de tener su interés. En realidad, el beneficiario de esa cantidad, dentro de una convocatoria municipal para financiar el arte contemporáneo, será Mario Gutiérrez Cru.

Artista plástico, Manuel ha puesto en marcha un proyecto bautizado «La bandera». A través de una web creada para la ocasión, solicita a los madrileños que le donen 150 banderas desgastadas, a cambio de una flamante que él mismo les entregará. De hecho, afirma que los 12.750 euros de subvención irán destinados a comprar las nuevas enseñas para los donantes. Su objetivo, dice, no es «ni una crítica ni una ironía», sino «un cuestionamiento del concepto de pertenencia a una identidad única, ya sea nación, bandera o himno. Sobre todo es una pregunta más que una respuesta».

En todo caso, su iniciativa ha sido un éxito, a tenor del “aluvión” de participantes que le han escrito a labanderadeespana@gmail.com, dentro del proyecto «Bandera a bandera». Ya casi nos hemos acostumbrado, y más aún olvidado. Pero va camino de cuatro años desde que la insignia nacional comenzó a colgarse en balcones de toda España. Concretamente, desde octubre de 2017, tras el referéndum ilegal del 1-O que derivó en el juicio a los responsables del «procés».

Sin embargo, transcurrido el tiempo, las banderas no se han descolgado. Ni Filomena ha podido con ellas, si bien ha causado que muchas envejezcan prematuramente. Al final, han pasado a ser una suerte de talismán al que muchos se aferran. Si nos preguntamos por qué muchos decidieron ponerla, quizá habría que cuestionarse ahora por qué deberían retirarla. De la amenaza que constituía la ruptura institucional del país se pasó en 2020 a la mayor crisis sanitaria, y posiblemente social, de las últimas décadas. A tenor de las previsiones, parece que vamos a seguir conviviendo con la rojigualda largo tiempo.