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La corresponsabilidad como solución a la brecha salarial
Es precisa la asunción empresarial de las medidas de conciliación familiar y laboral no como una carga, sino como una oportunidad de mejora
La existencia de la brecha salarial, entendida como la diferencia de trato en términos de salario a los hombres y las mujeres, no es una cuestión opinable. Los datos evidencian su existencia. La Encuesta de Estructura Salarial del INE, cuyos últimos indicadores publicados datan de 2018, señala que la brecha (comparación de la ganancia ordinaria por hora trabajada) presenta una diferencia de salarios por sexo del 11,3%. En el mismo año, EUROSTAT la sitúa en el 14%. Siendo estas cifras preocupantes, la OIT nos muestra unos datos devastadores como efecto del impacto de la pandemia. España es el segundo país de la Unión Europea, por detrás de Portugal, donde más ha aumentado la brecha, elevándose desde el 24 al 36%. En su Informe Mundial sobre Salarios 2020-2021, advierte que las retribuciones de las mujeres se han visto reducidas un 14,9% frente al 11,3 de los hombres, debido especialmente al descenso en el número de horas trabajadas.
Resuelto a través de los datos el interrogante sobre su existencia, es preciso analizar sus causas para buscar su solución. La brecha salarial es el efecto de la posición de la mujer en el mercado laboral: su excesiva presencia en sectores con bajos salarios, infrarrepresentada en el ámbito de la ciencia, tecnología e ingeniería; la mayor proporción en el trabajo a tiempo parcial; o las menores opciones de promocionar, el famoso techo de cristal.
No obstante, el motivo que subyace en esta situación no es otro que la única diferencia existente entre los hombres y las mujeres: la maternidad. Y no es tanto la consecuencia del momento del nacimiento, dado que ya han sido igualados los permisos, sino la asunción de los cuidados por las madres en los años siguientes. Son las mujeres las que reducen su jornada por este motivo y esta opción no solo aminora proporcionalmente su salario, sino también sus posibilidades reales de promoción. Pero, asimismo son quienes asumen la atención en caso de enfermedad, el acompañamiento a consultas médicas o las relaciones con el colegio, entre otras.
Cuando las familias eligen cuál de sus miembros se encarga de las tareas de cuidado, el elemento de más peso es que son las mujeres quienes reciben una retribución más baja y, por tanto, su dedicación va a causar menores daños a la economía familiar. Así, como un círculo sin fin, las mujeres se encargan de los cuidados y, en su caso, reducen su jornada, percibiendo menos salarios; y como generalmente sus retribuciones son más reducidas, son ellas las que deciden ocuparse de dichos cuidados. Y como se asocian los cuidados con las mujeres, de la misma forma asumen esta tarea respecto a los dependientes. Una vez constatada esta realidad, el efecto indirecto es que se las contrata menos, se las paga menos y se las promociona menos, basándose en que la maternidad (el cuidado) va a interferir en el desarrollo de su trabajo.
Frente a esta situación, solamente hay un camino hacia la igualdad de oportunidades entre hombre y mujer: la corresponsabilidad. Los cuidados, sobre todo dada la baja tasa de natalidad española, es una tarea que debe ser asumida por todos: obviamente por ambos progenitores, pero también por la empresa. En este sentido, es precisa la asunción empresarial de las medidas de conciliación familiar y laboral no como una carga, sino como una oportunidad de mejora del clima laboral y, consecuentemente, de la competitividad. Pero, además, las administraciones públicas también deben implicarse en este asunto. En definitiva, la corresponsabilidad es una tarea de toda la sociedad.
La Administración Pública tiene una importante labor a través de la puesta en marcha de acciones que colaboren en el cuidado de los hijos y dependientes dirigidas a las personas trabajadoras con independencia de que sean hombres o mujeres. Y por esto apuesta la Consejería de Economía, Empleo y Competitividad de la Comunidad de Madrid, que ha presentado un plan de corresponsabilidad, destacando entre sus medidas la ventanilla única que informará sobre todos los recursos existentes en esta materia con independencia de su procedencia; los incentivos a la contratación de empleados del hogar, que además conseguirán indirectamente la regularización de este sector; el fomento de la contratación de cuidadores por los Ayuntamientos; así como el complemento salarial a quienes reducen su jornada por cuidado de hijos o dependientes.
Solamente cuando el cuidado sea asumido de forma igualitaria por hombres y mujeres, cuando exista libertad absoluta, sin ningún otro condicionante, para desarrollar estas labores, será posible alcanzar la igualdad laboral en todos los aspectos, incluidos los salariales. Y la única forma de conseguirlo es a través de la corresponsabilidad, esto es, de la asunción de los cuidados como una tarea de toda la sociedad.
Eva María Blázquez Agudo es viceconsejera de Empleo de la Comunidad de Madrid
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