Opinión
Elecciones a Rector en la URJC
Ramos y Van Grieken se disputarán el puesto en la segunda vuelta de votación
Fuera de mi columna habitual de los lunes, escribo en calidad de Profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, institución pública que el 18 de marzo va a elegir, en segunda vuelta, al Rector que nos va a dirigir durante los cuatro años que se avecinan. Y me voy a mojar. En mi ya provecta vida, me he dado cuenta de que hay dos clases de personas: aquellas que dan su opinión, libre y sin coacciones, y esas otras que piensan que somos todos limitados de pensamiento y que hay que orientarnos en nuestras decisiones, aunque ya tengamos años de profesionalidad y de vida suficientes como para pensar por nosotros mismos.
Voy a concretar en lo referente a mi universidad y a este proceso electoral que estamos viviendo. Entre las primeras, está el profesor Ángel Gil, a quien profeso gran respeto y de quien me considero amigo. Al principio de este proceso, hizo un comunicado en el que manifestaba su postura –y daba sus razones– por las que iba a votar al candidato que se presenta a la reelección. Y punto. Completamente respetable. Entre las segundas, está la directora del Departamento de Humanidades que se ha arrogado la representación de todos los miembros y en un correo nos dice que no nos olvidemos de «animar a nuestros estudiantes a votar y [falta una coma aquí] sobre todo, a que voten por el candidato que desde el Departamento de Humanidades apoyamos, Javier Ramos López». Dice, más adelante, que este «representa el cambio (…) y no alguien como Van Grieken, cuyos apoyos están en un pasado que muchos nos estamos esforzando en dejar atrás», pasado al que ella pertenece.
Aparte de la muy discutible redacción que podría rozar la falta de respeto al candidato que ella no apoya, me gustaría saber cuántos son ese «todos» que apoyamos al candidato Ramos. Pues no, como yo no pertenezco a esos sabios acomodaticios que dicen «hemos ganado, pero todavía no sabemos quiénes», voy a votar a Rafael van Grieken. Razones: ha estado en la gestión política casi diez años y ha vuelto sin una mácula en su labor. Ni una. Ha gestionado presupuestos de miles de millones de euros, y ni una queja de propios y extraños. Es un hombre con un intachable currículo académico y excelente profesor, además de ser el mejor Vicerrector de Investigación de la historia de nuestra universidad. Es dialogante, trabajador y, sobre todas estas virtudes, es una bellísima persona. Por todo ello, por su programa, del que dice que es un contrato, ha ganado mi confianza. Yo la deposité hace cuatro años en el actual Rector en funciones. Y, como a muchísimos, a mí me defraudó por razones varias que no son al caso.
Espero, por el bien de la Universidad Rey Juan Carlos, que gane Van Grieken, pero respeto a aquellos que van a votar a Ramos –tienen derecho a equivocarse como yo lo hice–, que van a votar en blanco o que van a abstenerse. Pero a quien me toma por adolescente inmaduro, y me dice el qué y el cómo, les aseguro que no solo no la respeto, sino que gane quien gane daré la batalla por abandonar un Departamento al que fui engañado, que ha solucionado la vida de algunos, pero no ha resuelto nada, que empezó con mal pie y que, por ese motivo, cojea gravemente. Y esta es, según dicen los políticos «como no podía ser de otra manera», mi opinión.
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