Ruido. Mucho ruido, pero nunca estruendo. Tampoco bombas y balas pudiendo elegir bombo y caja. En esta pugna los ritmos marcan los pasos libres de cada frente y las rimas improvisadas saben mejor que la venganza. Jadeos de emoción en lugar de llantos de desesperación. Contrincantes que comparten bailes y bandos que llegan juntos al lugar de combate. Y entre los aullidos de los que asisten a la contienda y las miradas cruzadas de quienes se enfrentan, está ella, la reina: «De pequeña quería ser corresponsal de guerra, pero la vida me llevó por un camino diferente y acabé llegando por casualidad al ‘freestyle’, así que, aunque no vivo guerras, vivo batallas de rap en los escenarios, que tampoco está mal». Queen Mary es pionera en subir al trono de las batallas de gallos como presentadora, reservado durante demasiado tiempo a los hombres. Su corona le ha costado más de una lucha a lo largo de sus 40 años de vida. Y algunas las sigue peleando.
Mary Ruiz, que así se llama, tenía alrededor de 25 años cuando tuvo que encarar la realidad con los puños en guardia por primera vez. Desencantada con el panorama laboral, su contrincante fue entonces la apatía de quienes marcan sus normas. «Estudié Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense con mucho entusiasmo y alegría, pero cuando empecé a trabajar me di cuenta de que, en realidad, el sector es mucho más empresarial que creativo, incluso noté un ambiente clasista; lo que hasta entonces había sido mi sueño se rompió, necesitaba desconectar, así que, lo dejé todo, cogí una mochila y me fui a recorrer Brasil y Argentina», cuenta la madrileña sobre su golpe maestro. Y continúa explicando la experiencia que ella califica de «reveladora»: «En Latinoamérica tuve la oportunidad de replantearme mis objetivos y me di cuenta de que lo que yo realmente quería era conocer a las personas y el mundo que me rodea».
A su vuelta, Mary Ruiz empezó a dar sus primeros pasos en radio y televisión y, quizás sin darse cuenta, retó al que, por el momento, sigue siendo uno de sus grandes enemigos: el racismo. Ella misma lo confiesa: «Si no estudié Periodismo fue porque no tenía referentes de mujeres negras más allá de Francine Gálvez, por lo que pensaba que sería imposible hacerme un hueco». Pero no lo fue, y este 2020 Mary Ruiz sustituyó a Elisa Mouliaá durante su baja por maternidad presentando el programa «Tvemos» en La 1: «Me sentí agradecida cada día al montar en el coche de camino al plató porque, además, coincidió con el confinamiento, por lo que era el único momento que salía de casa», asegura la que ahora se define como «comunicadora global».
Antes había formado parte del equipo de «El Intermedio: International Edition» de La Sexta y colaborado en el programa «Alma de León» de Radio 3 o en «Yu, no te pierdas nada» de Los 40 entre otros. Pero, en esta lucha de la que, más que activista, Mary Ruiz se siente altavoz, hay barreras que todavía se le resisten: «Como actriz, casi todos los papeles que he interpretado han sido de prostituta, de inmigrante o de prostituta inmigrante, y puede parecer un detalle sin importancia, pero los microrracismos mantienen un mensaje negativo sobre las personas negras, por eso, tenemos que revisarlos, y en esto España va atrasada».
Y la tercera razón por la que Mary Ruiz o, mejor, Queen Mary, merece un reconocimiento como guerrera con todas las letras es a raíz de su incursión en la Red Bull Batalla de los Gallos, una aventura nada fácil que describe así: «Empecé en 2016 sustituyendo a Mbaka Oko y el primer año fue muy duro porque recibí muchísimos insultos por ser mujer y por ser negra, e incluso cuando yo pedía ruido para los gallos el público respondía haciendo gestos para mantener el silencio y dejarme claro que no querían que yo estuviera allí, y me dolía, porque no lo entendía; fue horrible, pero, no sé muy bien por qué, decidí aguantar, y me alegro, porque ahora me he ganado el respeto de la gente y me siento súper feliz donde estoy». Y es que, aunque ella lo reconoce con la boca pequeña, Mary Ruiz ha abierto la puerta a muchos cambios en una competición en la que ya no hay azafatas para entregar trofeos, pero, en su lugar, cada vez hay más mujeres implicadas con voz: «Quiero pensar que yo como ‘host’ de la Red Bull he impulsado que, poco a poco, seamos más visibles en las batallas, tanto en la pista como en el escenario».
Con una importante comunidad creada en torno a sus redes sociales, Mary Ruiz ahora se lanza a la conquista de Twitch y hasta del universo «gamer», porque «el mundo gira y está en constante cambio, también las formas de expresarse, y no hay que detenerse, hay que ir moviéndose con él». Y lo dice desde lo más alto de Vallecas, enfocando el horizonte con la ciudad a sus pies, como buscando entre las nubes la que será su próxima conquista.