No es de aquí. Seguramente no sepa ni hablar español. No parece haber tenido nunca voz ni elección. Debe de vivir reprimida por su marido. Es infeliz. ¿Cuántos pensamientos caben en ese instante del primer contacto con alguien?, ¿y si el cruce de miradas es con una mujer que cubre su melena con un velo?
DiceMaysoun Douasque lo peor que ha aprendido de España son los prejuicios y ve en sí misma la prueba de que, a veces, las cosas no son lo que parecen, empezando por su lugar de nacimiento: «Mis padres estudiaron en centros de enseñanza españoles en Tánger y después continuaron sus carreras en Granada, donde nací; al acabar volvieron a Marruecos, pero no encontraron trabajo y al poco se mudaron a Madrid, cuando yo tenía cinco años», cuenta sobre sus raíces la protagonista. Así que, en primer lugar, Maysoun sí es de aquí, y lo es desde la riqueza que le otorga su origen marroquí: «Las personas que tenemos ascendencia migrante y vivimos en España somos la generación bisagra porque entendemos muy bien a nuestros abuelos y a nuestros padres y, al mismo tiempo, entendemos la sociedad en la que vivimos; creo que las personas que estamos en esta disyuntiva llegamos a decisiones propias antes que otras que no han tenido la oportunidad de encontrarse a sí mismas al no verse en la tesitura de tener que decidir y definirse», explica ella.
En segundo lugar, Maysoun Douas no solo habla un español perfecto, sino que es doctora en Física por la Universidad Autónoma de Madrid después del largo y duro camino que para muchas mujeres supone la conciliación. «Nuestra carga de responsabilidad familiar desequilibra los tiempos de estudio y yo me permití el lujo de casarme y de acabar el doctorado con tres hijos, todo ello compatibilizándolo con dar seminarios o asistir a congresos, pero porque detrás tenía a mi familia, que me apoyaba», cuenta agradecida. Y aunque confiesa que «las chicas en la carrera tienen que trabajar las asignaturas mucho más que sus compañeros», ahora ha descubierto en el mundo de la innovación un ambiente «diverso e inclusivo, donde lo importante no es quién eres, sino lo que aportas».
Precisamente, fue en el mundo de la innovación en el que, casi por azar, conoció a Manuela Carmena en julio de 2018:«Entonces yo llevaba las relaciones públicas y la creación de ecosistemas en La Nave, uno de los proyectos impulsados por su gobierno, y nos visitó; fui yo quien la acompañó, enseñándole lo que estábamos haciendo, y creo que le gustó lo que vio, porque en febrero me llamó una persona cercana y me dijo que a Manuela le haría muchísima ilusión contar conmigo en las listas electorales de Más Madrid», recuerda la que se ha convertido en la primera concejala musulmana en el Ayuntamiento. Es decir, que Maysoun Douas sí tiene voz, y mucha.
En cuanto a si vive esta mujer reprimida o no por los hombres que la rodean, parece evidente por todo lo anterior que, de nuevo, quien prejuzga se equivoca. «Soy activista ayudando a la juventud musulmana a conocer sus derechos y sus deberes y que una mujer se dedique a ello en un ámbito que por desconocimiento se supone tan machista hace pensar que yo no soy una persona normal y corriente: soy musulmana y el feminismo vive en mí como yo vivo dentro del feminismo», proclama Maysoun orgullosa, y dice más, con las lágrimas apuntándole en los ojos: «Algunas mujeres me dicen que llevan mucho tiempo luchando para que no vista este trapo, y hasta aquí podíamos llegar, ¡yo lucho todos los días para poder llevar mi hiyab!».
¿Que si es infeliz? Este quizás es el peor de los prejuicios que se pueden verter sobre nadie y Maysoun Douas lo aplaca concluyendo de forma contundente: «Las personas tenemos que ser libres de hacer lo que queramos sin esa mirada de lástima, que las mujeres musulmanas no necesitamos mejores condiciones que nadie ni tener ninguna ventaja sobre el resto, las mujeres musulmanas únicamente necesitamos el espacio; es un acercamiento en doble sentido, el que tú las dejes participar sin juzgarlas y el que ellas vean que pueden participar sin ser criticadas, entonces, surge la magia». Pues que surja.