Educación
Jóvenes que emprenden: el MIT de los colegios está en Madrid
El proyecto «San Agustín Emprende» se consolidada como la única incubadora empresarial para menores de 18 años de España
Laura, Claudia y María son alumnas de Bachillerato del colegio San Agustín de Madrid. Pero, además de sus estudios, estas tres jóvenes son las creadoras de la marca Unike, una propuesta que se dedica a fusionar moda y música. Actualmente están haciendo una campaña de captación de jóvenes talentos que se están dando a conocer a través de las redes sociales, con el objetivo de convertirse en su soporte y lanzarles al mundo de la música. Su forma de hacerlo: a través de la moda. Y es que han diseñado unas sudaderas con un código que lleva directamente a Spotify para escuchar las canciones de estos nuevos artistas y, en la parte trasera, el título y un verso de la canción. «Vamos a presentar este proyecto a Sony y a Spotify», explica a LA RAZÓN Juan Gorchs, creador de la iniciativa «San Agustín Emprende», una incubadora de proyectos empresariales para jóvenes entre 12 y 18 años que hoy se consolida como la primera en España.
El programa nace cuando Gorch, que es emprendedor y fundador de la empresa Rocket Ventures, decidió que quería que sus hijos se iniciasen en este mundo empresarial desde el colegio. «Mi idea era buscar una extraescolar para apuntarles», dice, «pero o no la ofertaban o estaban muy vinculadas a programación y robótica». Él, sin embargo, lo que quería era que desarrollasen las capacidades que, según el Foro Económico Mundial, van a ser las más demandadas en el futuro. «Quiero que tengan análisis crítico, que aprendan a resolver problemas, a trabajar en equipo…», señala. Así que, ante la falta de oferta, decidió montar este programa.
Esto ocurrió en 2019, y, en apenas dos años y medio han salido del programa más de 20 proyectos, 11 de los cuales han llegado a tener facturación e interés por parte de posibles inversores. «Hasta ahora, lo que nos podíamos encontrar es un modelo en el que le das una hoja a los niños, como si fuera una tarea. Exponen su proyecto y ya está», explica. «Nosotros queremos que tengan una experiencia real: que creen una empresa, la lancen al mercado y vendan a alguien que no sea su familia», añade. De hecho, Gorchs se muestra convencido de que «si tienes una experiencia real en la que te vas encontrando problemas, es muy probable que esa lección se te grabe de por vida». Es el caso de Diego, quien se ha lanzado a la aventura del emprendimiento él solo. Su marca, Crazy Pajarrako, «fusiona la moda joven con la calidad». Se encarga de pedir los materiales a Bélgica, de serigrafiar las prendas, de llevar las cuentas... Y, hace poco, ocurrió algo inesperado: la empresa donde serigrafía las sudaderas cerró. «Tardó 30 minutos en encontrar una solución», apunta Gorchs. «Diego, en los últimos dos años, no solo ha madurado, sino que ha desarrollado una capacidad para detectar y resolver problemas que es increíble», añade.
Factor diferenciador
«El gran problema que tenemos en el mundo del trabajo en España es el ‘y ahora, ¿qué hago?’», continúa Gorchs. Por eso, lo que se pretende con esta iniciativa es que los jóvenes se responsabilicen de sus proyectos, y que, si viene un problema, sean ellos quienes busquen las soluciones. Así, el programa aporta experiencias que acompañan y complementan las habilidades el currículum tradicional. De acuerdo con esto se muestra Ildefonso Trigueros, director del colegio, quien destaca, asimismo, que aunque se trata de una actividad eminentemente práctica, todos los alumnos que han accedido a este taller de emprendimiento «da la casualidad de que son académicamente muy buenos». «Saca de los chavales habilidades que ni ellos mismos conocían», reconoce, y señala, además, que «se vuelven más conscientes de que lo académico es importante».
Muy buenas alumnas son también Alejandra y Mercedes, creadoras de Vokadiyo, una marca de moda con una apuesta muy clara por la sostenibilidad. «Queremos concienciar a la gente joven de la importancia de cuidar al medio ambiente», dicen. Por eso, sus prendas son 100% sostenibles, hechas a base de algodón ecológico y poliéster reciclado de redes de pescadores. «Obviamente, cuando presentan sus proyectos, tú les vas acompañando», dice Gorchs, quien, generalmente, pone un primer filtro en que los proyectos sean viables. «Es verdad que hay mucha sudadera, pero hemos conseguido que cada uno de ellos tenga su mensaje diferenciador en el mercado», afirma.Rodrigo, Álvaro y Jorge también han creado una marca de ropa, RaUp. Ellos han entendido lo importante que es una marca. La suya es el rayo, y el objetivo es que cuando alguien lo vea piense automáticamente en RaUp. «Ahora vamos a sacar una colección con texturas», adelantan. Entre todos ellos, un proyecto especialmente ambicioso es el de Pablo y Alejo, Born to be Basket, quienes decidieron aprovechar el potencial comunicativo del colegio, con más de 2.500 alumnos, para crear un nuevo canal de marketing que permitirá a grandes marcas deportivas llegar al público joven. Primero han empezado con el baloncesto, aunque no descartan ampliar a otros deportes. Por el momento están terminando de consolidar su canal de contenido, una web de noticias de la actualidad del baloncesto. Una vez esté listo, pretenden expandirse a los demás colegios agustinos de España, con más de 25.000 alumnos.
Después de más de dos años en funcionamiento y con más alumnos demandando acceder a este taller, el proyecto se consolida este 2022 pero con una nueva fórmula. «Hemos tomando como modelo el MIT, en el cual se hace una convocatoria de proyectos y, durante un año se trabaja en ese proyecto con mentorías, charlas… Nosotros vamos a traer incluso expertos en inteligencia artificial, blockchain… A final de curso, se hará un filtro en el que se decidirá qué proyectos entran en la incubadora e invertiremos en ello
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