El futuro (incierto) del puente aéreo Madrid-Barcelona: Moncloa tiene otros planes

Eficiencia energética, nuevos medios de transporte... e ideología. La fórmula que puede dar al traste con una institución en la comunicaciones en España: el puente aéreo entre Madrid y Barcelona. El Gobierno de Pedro Sánchez ya lo anunció. Apuesta por suprimir todos los vuelos de los trayectos que puedan realizarse en tren en menos de dos horas y media, una medida tomada para reducir el impacto medioambiental que producen los viajes en avión. Al menos eso se asegura desde La Moncloa. Una situación que ha sumado, además, el peso de la guerra de Ucrania y la falta y encarecimiento de combustibles.

Aunque esta medida no afecta a muchos trayectos ni destinos, sí que hay algunos vuelos importantes que podrían suspenderse en el marco del proyecto estratégico España 2050,un documento de nueve medidas a implantar a lo largo de estos 30 años. Unas medidas, por lo demás, como hemos apuntado, que han entrado en un limbo ante la invasión de Ucrania ordenada por Putin.

El Plan del Gobierno, anunciado antes de la pandemia, planteaba objetivos con sendas en 2020, 2030 y 2050 y una reducción de emisiones del 37% en 2020 y del 90% en 2050

Hoy por hoy, más allá de las nuevas incorporaciones de trayectos en tren, ya tenemos unos buenos ejemplos de viajes que peligran. Algunos de estos vuelos cortos disponen de una alternativa en tren de menos de dos horas y media y que podrían verse afectados por medida:

• Madrid - Valencia (dos horas y cuarenta minutos en tren)
• Madrid - Alicante (dos horas y veinte minutos en tren)
• Madrid - Sevilla (dos horas y veinte minutos en tren)

E importante por el número de viajeros a los que afecta: está el puente aéreo que cubre la ruta Madrid - Barcelona o Barcelona - Madrid, un recorrido que también dispone de una ruta en tren que tarda, concretamente, dos horas y media, justo el límite marcado por el plan ‘España 2050′. Por ello, no se sabe si este servicio de vuelo podría suprimirse o no, aunque es cierto que durante el año 2019 lo utilizaron más de 2,5 millones de pasajeros.

Lo mismo sucede con el recorrido entre Barcelona - Valencia, que tarda solo 10 minutos más que el tiempo de dos horas y media marcado por el Gobierno. Estas rutas en tren que se quedan tan al límite podrían reducir sus tiempos en los treinta años que faltan para llegar a 2050, de tal modo que se suspenderían las rutas en avión.

Tensión entre los usuarios que, por ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha calmado.