Opinión

En tierra peligrosa

Médicos de urgencias extrahospitalarias de Atención Primaria de Madrid
Médicos de urgencias extrahospitalarias de Atención Primaria de MadridRodrigo JimenezAgencia EFE

Isabel Díaz Ayuso se despachó a gusto con el gobierno en el programa de Ana Rosa Quintana. Con la alfombra roja a sus pies y para desviar el foco mediático de la que tiene liada en la sanidad madrileña, donde su quirúrgico plan de desmantelar lo público para casi obligar al ciudadano a contratar un seguro privado si quiere que le receten unos antibióticos a tiempo, le está pasando factura en forma de huelga por parte de los servicios médicos madrileños. Como hacia su predecesora en el cargo, su apuesta es la de construir hospitales, por encima de contratar personal para trabajar en ellos. La importancia del negocio del ladrillo y cortar la cinta roja de la inauguración para salir en los medios de comunicación, antes que gastar dinero en contratar médicos, algo que no entra en el business plan. Su ideología política nunca ha ocultado la predilección por lo privado sobre lo público, pero decir salvajadas en la tele para que no se hable de la gestión actual de la sanidad debería tener un límite. Insinuar que Pedro Sánchez quiere meter a la oposición en la cárcel o dar un golpe de estado para reinstaurar la república es pasarse de frenada. El todo vale, que a la presidenta le ha funcionado bastante bien hasta ahora, termina por tener consecuencias bastante graves, como estamos viendo en otros países. Son momentos ya para la historia el asalto al capitolio americano por los seguidores de Trump que no aceptaban la derrota electoral, el esperpento de la política inglesa desde que sus ciudadanos se tragaron doblada la mentira del brexit, como imposibles de olvidar son las trolas cada vez más insultantes del independentismo catalán que llevaron a incendiar las calles de Barcelona allá por 2017. Hay muchas maneras de hacer política. El propio Moreno Bonilla lo está demostrando en Andalucía, pero Ayuso, en una deriva que arrastrará con ella al líder de la oposición si este no pone pie en pared, ha elegido un camino con una dirección tremendamente peligrosa para la democracia.